
Si la semana pasada te contaba todas las cosas que puedes hacer por el planeta cuando aún vives con tus padres, esta semana tengo para ti algo relacionado, aunque distinto. Casi opuesto. Y es que hoy voy a hacer una recopilación de todos los que cambios hacia una vida sostenible que he podido hacer desde que estoy independizada.
No te lo niego: vivir por tu cuenta te permite implementar muchos cambios que de otra forma no hubiesen sido posibles. Te permite elegir cómo, qué, cuándo… y poner en práctica todo lo que has ido aprendiendo en todo tu tiempo de lecturas en la red o en los libros. ¡No tiene precio!
Pero claro, hay que ponerse manos a la obra o no sucederá nada. La parte buena de vivir independizada es que estos cambios dependen de ti. La parte mala es precisamente… ¡que estos cambios dependen de ti! Y si no los haces, ya no hay excusa que valga.
Por eso al entrar en la nueva casa ya hicimos algunos cambios que te cuento aquí. Este artículo puede serte muy útil si estás en una de estas situaciones:
- si estás a punto de mudarte, porque te dará ánimos para saber que es posible hacer buenas cosas por el planeta una vez que cambies de casa;
- también si te acabas de independizar, para coger ideas que puedes ir implementando poco;
- y por supuesto también te vendrá bien si ya llevas algún tiempo fuera de casa, porque nunca es tarde para trabajar por un planeta mejor.
Los 17 pasos hacia la vida sostenible que di en 2017 (y que tú puedes dar también)
(y todos ellos al emanciparme).
EN MI FORMA DE CONSUMIR
#1 – Compro muchos menos productos envasados. No es que antes consumiera muchos y los haya reducido, pero soy mucho más exigente con los envases que llevo a casa, eligiendo los que mejor se reciclarán o los que incluso puedo reutilizar (como los tarros de vidrio).
#2 – He hecho migas con los tenderos de mi barrio, que me facilitan la vida cuando compro, con muchas menos bolsas que nunca.
#3 – He hecho un recorrido por las tiendas del barrio para tener localizado todo lo que puedo comprar sin mover el coche.
#4 – He aprendido a organizar el menú semanal y las comidas para que no sobre nada, para que lo que sobre se pueda comer, y también para llevar una dieta mejor para el planeta y para nosotros incluyendo más verduras y menos carne.
#5 – Tengo mucha menos ropa en el armario. Al mudarme tenía menos sitio que antes para colocarla, y me vine con mi ropa favorita, dejando lo que menos me gustaba o no me convencía del todo. Sólo he echado de menos un par de prendas que he ido a buscar después, y seguramente no tengo un armario completo porque sé que siempre puedo volver a mi antigua casa a por lo que me falta, pero de verdad que me siento como si tuviera todo lo que necesito.
#6 – He comprado sólo aquella ropa que me hacía falta, la que necesitaba reponer. En mi caso, pantalones, que son los que se me rompen.
Para dar estos pasos pregúntate, por ejemplo:
- ¿Cómo puedes cambiar la forma en que haces la compra?
- ¿Es factible que la hagas en las tiendas del barrio?
- ¿Puedes planificarte de otra manera para hacerlo?
- ¿Te vendría bien organizar las comidas?
- ¿Cuánta ropa necesitas realmente?
- ¿Pensaste bien la última compra de ropa que hiciste?
- ¿Te pones todo lo que tienes?
EN MI PRODUCCIÓN DE BASURA
#7 – Separo los residuos compostables aunque vivo en un piso. Hace unos meses te conté cómo separaba los residuos orgánicos viviendo en la ciudad, algo que a veces puede sonar imposible, o cuanto menos extraño. Pues bien, no lo es tanto, y en muchos distritos de la ciudad de Madrid y de otras ciudades de España ya se está implantando el quinto contenedor para residuos orgánicos. Si tienes la suerte de que en tu ciudad o en tu barrio está presente este es otro de los cambios que podrías poner en marcha desde ya.
#8 – Se está reduciendo, y mucho, la bolsa de basura (entiéndase: la de residuos no recuperables de ninguna manera). Una vez separado el vidrio, los envases reciclables, el papel y todo lo orgánico compostable, la bolsa de basura dura días y días, y a veces tenemos que recordarnos que hay que bajarla antes de un viaje.
#9 – Nos hemos informado de dónde están los puntos limpios más cercanos, para tenerlos controlados en caso de necesidad.
Para dar estos pasos pregúntate:
- ¿Eres consciente de la basura que generas en casa?
- Cuantificar ayuda mucho a verlo más claro. ¿Cuántas veces bajas la basura a la semana?
- ¿Cómo podrías reducir esta cantidad en tu siguiente compra, sin ir más lejos?
- ¿Cuidas los residuos especiales que a veces es necesario tirar? (bombillas, pilas, etc.)
EN EL CONSUMO DE ENERGÍA EN CASA
#10 – Hemos colocado bases de varios enchufes con interruptor por toda la casa. De esa forma cuando no hacen falta apagamos todos los aparatos con el gesto tan fácil de apagar el interruptor de la base de enchufes, y evitamos que los aparatos consuman electricidad en modo stand-by (la televisión, las bombas de calor o los aires acondicionados, los cargadores de móviles enchufados a la red, etc. Casi todo consume en modo stand-by).
#11 – La calefacción no tenía un termostato, y se lo hemos puesto para poder regular la temperatura y ahorrar energía.
#12 – Hemos cambiado progresivamente a bombillas LED toda la iluminación de la casa.
#13 – Con el tiempo hemos aprendido a conocer la casa para poder aprovechar mejor las horas de luz, saber cuándo es mejor ventilar, etc. Con eso mantenemos estable la temperatura con menos esfuerzo.
#14 – He aprendido a ahorrar toda la energía que puedo en la cocina, que es uno de los lugares donde más se consume. Todo lo que hago son cosas muy sencillas: tapar las cacerolas al cocer alimentos, usar calores residuales para terminar de cocinar, hervir el agua con un hervidor antes de echarla en la cazuela y cocinar más raciones de una vez, para comer otros días o congelar.
Para dar estos pasos pregúntate:
- ¿Dónde están los mayores focos de consumo de energía en casa?
- ¿Está bien aislada tu vivienda?
- ¿Cómo puedes mantener mejor el calor?
- ¿Sabes cuánto consumes al año en energía? (de nuevo, cuantificar es fundamental)
EN LA RELACIÓN CON EL ENTORNO (cercano y lejano)
#15 – Hace unos meses buscamos los huertos urbanos que hay en la zona y hemos ido a visitar uno de ellos, con la increíble sorpresa que ha supuesto para nosotros la calurosa bienvenida que nos dieron (sin conocernos de nada) y la impresión de que aquello es un vergel en medio del asfalto. ¡Muy recomendable!
#16 – Nos hemos unido a una Colmena en el barrio, aunque aún no hemos hecho ninguna compra porque no nos hemos organizado bien o no hemos encontrado lo que buscábamos. Seguiré informando sobre esto…
#17 – Recogemos el agua fría de la ducha, y casi cualquier agua que se vaya a desperdiciar, en un cubo que luego utilizamos como agua de la cisterna, regar las plantas o fregar los suelos. Parece que es una medida desesperada para el ahorro de agua porque hemos pasado unos meses malos en España, pero la verdad es que llevamos haciéndolo desde el principio, y es algo que deberíamos llevar a cabo en cualquier época del año, independientemente del estado de los embalses. Y sí, nos da lo mismo que las visitas que vengan vean el cubo al pasar al baño.
Para dar estos pasos pregúntate:
- ¿Qué puedo hacer para que la comunidad donde vivo sea mejor, para que tenga más raíces?
- ¿Hay alguna iniciativa que pueda interesarme? (a veces las anuncian en las bibliotecas, en los tablones de los ayuntamientos, etc).
- Y en cuanto a lo que está más lejos: ¿con qué causas me identifico?
- ¿Cómo puedo colaborar incluso en aquello que está más lejos?
¡Esto es un camino!
He visto que mi recorrido el año pasado ha sido grande; mi camino de vida sostenible va creciendo, porque poco a poco son más cosas las que me veo capaz de hacer, más cosas las que dependen de mí y en las que puedo elegir.
Por eso creo que es importante tener en cuenta todo lo que ya hacemos antes de empezar a hacer propósitos de vida verde. Se trata de construir sobre lo ya construido y seguir creciendo.
Pero también es una forma de ver que siempre hay algo que estamos haciendo. Estoy segura de que no es verdad que no hagas nada por el planeta. Sí que puede ser cierto que puedes hacer mucho más (lo es en el caso de muchas personas como tú y como yo) pero recordarte lo que sí haces te ayuda a seguir caminando sin pensar, con derrotismo, que lo estás haciendo fatal y que, total, para esto mejor no hacer nada.
Precisamente este es el punto de vista que recojo en la mini-guía Esto es un camino: diseña tu vida sostenible en 3 pasos. Si quieres leer esta guía sólo tienes que unirte al boletín que mando cada quince días y te la envío enseguida.
Me gustaría que esta vez pensaras, más allá de si vives independizada o no, cuáles son todos esos pasos que podrías dar hoy mismo para hacer que tu vida vaya siendo sostenible.
¿Te animas a compartir alguno?
Irene, con los ejemplos que comentas, me has dado alguna que otra idea para probar a implementar en casa. ¡A ver si implantan el 5º cubo de basura por otras ciudades pronto, que es una magnífica idea!
¡Me alegro, Sara! Y sí… a ver si van poniendo el quinto contenedor ya… Un abrazo,