El albedo: o por qué el calentamiento global se retroalimenta

El albedo: o por qué el calentamiento global se retroalimenta

Hace unos meses, leyendo el libro sobre el cambio climático La catástrofe que viene, de Elizabeth Kolbert, me encontré con el interesante concepto de que el calentamiento de la tierra se retroalimenta. Saber que algo que puede influir tanto en nuestra vida y en nuestro planeta puede llegar a amplificarse tanto, incluso sin control, me hizo pensar más, si cabe, en las acciones de nuestro día a día y en lo que hacemos a la Madre Tierra.

Nos preocupa el calentamiento de la tierra y de los polos

Una de las razones por las que escribo este artículo es que, a los que nos interesa y nos preocupa la salud del planeta, nos preocupa también el calentamiento de los polos. Que el polo norte y el sur sigan siendo reservas de hielo es fundamental para seguir en el equilibrio climático en el que estamos (o estábamos) instalados.

Los cambios que sucedan allí nos afectarán más allá de si sube el nivel del mar y nos quedamos sin lugar costero al que ir de vacaciones, porque todo está interrelacionado y las variaciones pueden ser imprevisibles en tantos aspectos…

Que la radiación que recibe la tierra se quede en la tierra y no salga es causa del calentamiento del planeta y, por tanto, de que las superficies que mejor reflejan esa radiación estén desapareciendo a pasos agigantados. Lo veremos unas líneas más abajo.

Por eso, al leer el concepto de «albedo» tuve claro que quería compartirlo aquí, porque es uno de esos conceptos clave del cambio climático que puede ayudarnos a entender muy bien por qué tenemos razones para estar preocupados y, sobre todo, por qué es importante que sigamos al pie del cañón, trabajando cada día por hacer que nuestro impacto en la tierra sea menor, informándonos y aprendiendo.

Qué es el albedo

El albedo es la medida de la radiación que refleja la superficie de la Tierra. Se define en forma de ratio, de la siguiente manera:

albedo = luz reflejada / luz incidente

Cuando el albedo es 1 estamos hablando de una superficie blanca ideal, es decir una superficie que refleja toda la luz que incide en ella.

En cambio, las superficies negras ideales tienen un albedo 0, es decir: absorben toda la luz que incide en ellas.

En el libro La catástrofe que viene se señala que el albedo general de la tierra es aproximadamente 0,3 (refleja algo menos de un tercio de la radiación que recibe). Esta es la media, teniendo en cuenta que en el planeta hay diferentes tipos de superficies sobre las que se refleja la luz.

Cómo funciona el albedo y por qué se retroalimenta el calentamiento en la tierra

Ahora vayamos a los polos, al lugar donde hay hielo y nieve y, por tanto, superficies blancas y reflectantes.

El libro señala que cuando el hielo del polo está cubierto por la nieve se forma una superficie de color blanco y brillante que refleja muy bien la luz, y que tendría un albedo de 0,8 o de 0,9. Casi 1, casi perfecto. Reflejaría, por tanto, la mayor parte de la luz que incide en esa parte del planeta, de forma que la radiación no se quedaría en la tierra calentándola.

En cambio, cuando se funde el hielo y lo que queda es océano, estamos ante una superficie que tiene un albedo inferior a 0,1 (se habla de, aproximadamente, 0,07). Es decir, casi 0, absorbe prácticamente toda la radiación que recibe.

Donal Perovich, estudioso del hielo marino que aparece en el libro, hace esta apreciación, y la señalo aquí en cita textual, porque me parece un excelente resumen para entender bien el concepto:

El albedo del hielo recubierto de nieve no sólo es alto, es el más alto de todos los que encontramos en la tierra (…). Y el albedo del agua no sólo es bajo, sino que es, con mucho, el más bajo de todos los que se pueden encontrar en el planeta. De modo que lo que estamos haciendo es reemplazar el mejor reflector por el peor de todos.

Y todo es un círculo…

… un círculo vicioso del que no hay salida. Una vez que aumenta la temperatura de la tierra el hielo comienza a derretirse en los polos. Lo estamos viendo con la retirada de los glaciares y los bloques helados que flotan a la deriva, desprendidos de las grandes masas de hielo a los que deberían permanecer unidos.

Una vez que se derrite ese hielo estamos ante simple agua, océano, que como hemos visto absorbe estupendamente la mayoría de la radiación que recibe, aumentando por tanto la temperatura de la tierra, y contribuyendo a que el hielo de los polos se derrita… y volvemos a empezar.

De esa forma el derretimiento del hielo en los polos de la tierra pasa a participar activamente del calentamiento global. Ya es un agente implicado más, no sólo uno de los daños colaterales de todo esto.


El calentamiento de los polos parece algo muy lejano a nosotros, que no vivimos en un observatorio situado en el Polo Norte, o en una de las comunidades que pueblan en círculo polar ártico (por decir una región). Pero está ahí, igual que los niveles de contaminación de nuestras ciudades, aunque parezca que estos nos afectan mucho más.

Y, por cierto, los gases de efecto invernadero que producimos con nuestra actividad diaria también contribuyen al aumento de las temperaturas, creando esa capa que impide escapar a la radiación (es decir, que impide enfriar la tierra), de la que reciben su nombre.

Con este ratio tan sencillo que es el albedo se mide, sin mucha complicación, una realidad: que el cambio de hielo por agua no es inocente ni baladí, porque se trata de una especie de bola de nieve que cae rodando por la montaña y va creciendo a medida que baja. Si es que consideras que en este caso la metáfora de la nieve es adecuada.

La semana que viene compartiré contigo algún comentario más sobre La catástrofe que viene, de Elizabeth Kolbert.

¡Cuéntame!

¿Crees que estamos prestando la atención que merece al calentamiento de la tierra?

¿Y crees que prestamos la atención suficiente a los factores que causan ese calentamiento?

¿Cómo podemos paliar esta situación, esta bola de nieve que que parece que se precipita, cada vez más grande?

Para aprender más sobre el albedo: 

[Nota] Me veo en la obligación de aclarar que no soy científica de profesión, ni te encuentras es una web o un blog científico. Se trata de un blog personal, en el que comparto contigo mis averiguaciones sobre este y otros temas.

38 comentarios

  1. Gracias Irene.
    Probablemente alguien que lea sobre estos temas seguro que está al día y sabía de este «circulo vicioso»del que nos hablas. Personalmente ha sido un descubrimiento que te agradezco, con una explicación sencilla al alcance de todos, que nos recuerda que cuando los expertos hablan de estos temas no están exagerando…aunque como bien dices, nosotros no lo veamos o miremos hacia otro lado auto-convenciéndonos de que» no podemos hacer nada».
    Te sigo leyendo. Feliz día.

    1. Hola Isa, me alegro de que hayas encontrado útil este artículo y este tema.
      Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario, y sigamos caminando para intentar parar esto. Un abrazo,

  2. Has tenido en cuenta que en verano en el polo el Sol tienen una inclinación de 23.5º?. Eso es como como si el albedo fuera sin(23.5º)=0.13 (suponiendo albedo de la nieve pura=1)
    En definitiva, el albedo de los polos es ridículo.

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