En el artículo anterior te conté qué es el albedo, esa medida que utilizamos para medir la radiación que irradia la superficie de la tierra. También te contaba que con esa medida podemos decir que el calentamiento de la tierra y el derretimiento de los polos son situaciones que van a más, porque se retroalimentan.
Todo esto lo aprendí del libro La catástrofe que viene, de Elizabeth Kolbert, que es el libro del que voy a hablarte hoy.
Sabes que de vez en cuando en este blog te recomiendo un libro sobre medio ambiente o ecologismo, porque leer e informarse es importante para saber qué es lo que estamos haciendo y, por supuesto, para aprender más y seguir creciendo en nuestro camino de vida sostenible. Ya te he recomendado algunas lecturas que espero que hayas disfrutado, pero esta vez te traigo un libro que, más que disfrutar, que no es la palabra, me ha servido para CONOCER, con mayúsculas.
Ya te contaba en Instagram que no es precisamente un libro que «te guste», porque lo que cuenta no puede gustarte. Te remueve en el asiento. Y aún así deberíamos leerlo, o leer libros como éste de vez en cuando, libros que fueran de datos, de experimentos y comprobaciones, de resúmenes de hallazgos, porque sabríamos mejor a qué nos enfrentamos y porqué muchas de las iniciativas legislativas que emprenden nuestros políticos sobre cambio climático (cuando las emprenden) son apenas paliativas.
Elizabeth Kolbert es colaboradora de la prestigiosa revista The New Yorker y en ella escribió durante años unos artículos sobre el cambio climático, muchos de los cuales están en este libro. En 2006 recibió el National Magazine Award por ese trabajo, y desde su experiencia en el periodismo medioambiental sigue trabajando en artículos y libros como este que hoy comento.
La catástrofe que viene tiene un título un poco catastrofista, si me permites la redundancia, pero no puede ser más ajustado a lo que está sucediendo en realidad. El título en inglés, Field notes from a catastrophe, podría haberse traducido mejor como Notas de campo de una catástrofe, hubiera sido mucho menos alarmista.
Esta versión que yo misma sugiero no es mejor, necesariamente, que la que se eligió para la edición española, aunque es cierto que el libro tiene un aire de cuaderno de trabajo o diario de viaje que lo hace muy atractivo y nada farragoso, dada la cantidad de términos científicos que tiene el texto.
Cada uno de los capítulos es un artículo en el que la autora ha hecho un trabajo de campo in situ, desplazándose a aquellos lugares donde podía entrevistar a los protagonistas de los datos que presenta: aquellos que están haciendo mediciones, experimentos y nuevos proyectos para averiguar qué está pasando, o incluso para frenar las consecuencias de todo esto que, en 2006, año de publicación del libro (e incluso antes) ya se veía venir.
Pero el libro no habla sólo del calentamiento de los polos porque esta catástrofe tiene muchas más zonas cero: hay capítulos dedicados a los insectos y a sus ciclos de vida, porque también son indicativos de los cambios que ya se perciben en el clima; también se habla del protocolo de Kioto y de los entresijos de las negociaciones; y de ciudades como algunas en los Países Bajos, que ya han visto venir el aumento del nivel de agua y saben que hay zonas que quedarán inhabitables a menos que diseñen nuevos tipos de viviendas. En fin, que el albedo y el calentamiento de la tierra es sólo el principio, porque hay mucho más.
La única pega que le veo a este libro, si es que puedo ponerle una, es que es del año 2006. En un libro como este, que no constata opiniones sino que expone datos, la fecha es un elemento importante a tener en cuenta: es posible que muchos de ellos se queden desactualizados. El libro pierde vigencia, aunque no valor, porque el año de los datos mostrados siempre es la referencia y siguen siendo ciertos en ese momento. Otra cosa es que ahora la situación sea distinta… (¿Peor? Pues a lo mejor en algunos casos sí…).
Me ha gustado mucho el estilo de estos artículos y la forma de trabajo de investigación que toma cada uno de ellos. Son, realmente, notas de campo de una escritora que investiga y aprende para luego mostrarnos los resultados. Estoy deseando leer su último libro, La sexta extinción, que se publicó en 2015 en Estados Unidos.
Y como siempre, termino este artículo charlando contigo.
¿Crees que los términos en los que hablamos de cambio climático son justos? ¿O los crees catastrofistas?
¿Cómo crees que sería mejor que nos aproximásemos a esta realidad?
¿Me recomiendas algún otro libro sobre cambio climático o calentamiento global? ¡Gracias!