Comprar con menos plástico (no diré «sin plástico al 100%» para no ser injusta contigo) es uno de los retos a los que tengo que enfrentarme en cada compra. Como tú.
Estas son algunas frases que me he encontrado al intentarlo en apenas unas semanas visitando cierto mercado de mi ciudad.
Ir a la compra es una de las cosas que más me gusta de todo lo que implica la vida doméstica. Me gusta elegir lo que cocino, saber por qué lo he elegido y ver lo que hay en el mercado.
Cuando compro productos frescos siempre lo hago en el mercado o en tiendas de barrio que no venden productos en bandejas de corcho blanco. Ahí se elije mejor, se habla con el tendero y se conoce el producto que se compra. O esa es mi opinión, porque seguro que en esto hay para todos los gustos. Eso, como te decía arriba, me encanta, porque soy muy cocinillas y además me gusta mucho comer bien.
Comprando de esta forma reduzco el plástico de la compra también, porque aunque hay productos que tengo que seguir comprando envasados (pescado, carne, queso, huevos) existen formas de llevártelos a casa sin que sea plástico de usar y tirar. Por ejemplo, el papel o los envases que yo misma lleve.
Como yo de momento no tengo tarteras suficientes para llevarlas a la compra (las que tengo están todas en el congelador, con comida preparada de antemano) me decanto por la opción del papel de envolver, que reciclo convenientemente y que, de estar limpio, me sirve en casa para envolver otras cosas.
Mientras hacía la compra en las últimas semanas he escuchado alguna que otra frase relacionada con las compras con menos residuos que creo que merece la pena que leas.
Aquí van…
La gente prefiere estos envases de plástico, porque así ven mejor en lo que tienen en la nevera.
Nos lo dijo el charcutero. Me coló un par de tarteritas de plástico en un momento que me pilló desprevenida. Ahora uso esas tarteras en casa, pero me dejó clara una cosa: muchas veces elegimos la opción más fácil a la hora de hacer nuestra compra, y eso no le hace bien al medio ambiente.
Nuestra comodidad, nuestra pasividad, o a veces nuestra falta de previsión hace daño al planeta.
Pero digo yo (lanzo la pregunta): ¿no puedes, también, llegar a casa con un envase reciclable y biodegradable (como el papel) y colocar ese alimento en una tartera que tú tengas y en la que veas el contenido? ¿No sigue siendo eso igual de cómodo a la hora de buscar en la nevera?
A la gente ya no le gusta el plástico, y no entiendo por qué…
Frase lapidaria pronunciada por el señor de la pollería cuando le dije que no quería la bandeja de corcho blanco. Pues no nos gusta porque ese, en concreto, es de usar y tirar, porque no se recicla tan bien como parece, porque al final acaba en los mares y porque estamos haciendo un uso excesivo de él. Así, por decir algunas cosas…
Esto me hizo pensar que hay alguien más como yo pululando por el barrio, o que alguna otra persona le ha hecho ya ese comentario. ¡Bien!
Pero, muy amable, me puso la compra en el papel.
Deberíamos aprender de estos jóvenes…
Esta es buena… nos la dijeron también en la misma pollería, si bien fue otra persona quien nos despachó la semana siguiente.
Sucedió después del «me lo pone sin la bandeja, por favor» y del «ya llevamos nuestra bolsa, gracias». Y nos dijo que íbamos muy bien preparados y… eso, que tendría que aprender de nosotros.
Será, digo yo, que tenemos que dar ejemplo también, aunque sea poco a poco y paso a paso, sin grandes gritos ni milagrosas conversiones.
Sí, yo te lo pongo donde tú quieras.
Esta la hemos escuchado en, digamos, el 90% de las tiendas que hemos pisado hasta ahora. Es decir: aunque por defecto suelen acudir al plástico, por lo general no nos ponen pegas.
Es interesante conocer esto porque ya sabes que uno de los mitos de la vida sin residuo es que es más difícil comprar así, sin envases, o minimizándolos… Mi experiencia me dice que este mito no es cierto del todo, porque los comercios siempre tienen a mano el papel en el que han despachado siempre, además de las bandejas de corcho y los envases de plástico, y están encantados de usarlo.
Lo que pasa es que creen que despachando en esos envases proporcionan un valor añadido al comprador, o le facilitan la vida.
Sí, ¡no hay problema!
Este es nuestro dependiente favorito, sin duda alguna (al menos el mío, no le he preguntado a P.). Es un extranjero muy valiente que ha abierto una frutería en el barrio hablando muy poco nuestro idioma.
Nos encanta su producto porque nos permite elegir entre una gran variedad de precios. La primera vez que entré en su tienda le pregunté: «Tú pesas todo aquí, en caja, ¿verdad? ¿Puedo juntar todo en una bolsa y luego me cobras?»
Me dijo que sí, que no había problema. Así que cuando vamos llenamos nuestra bolsa con las piezas de fruta y verdura que queremos, y luego él las separa para pesarlas y meterlas de nuevo en la bolsa. Nos entendió a la primera, y no nos puso ni una sola pega.
He querido escribir este artículo hoy para romper una lanza a favor de los comercios, porque en esto de la vida sin residuo a veces se llevan la peor parte. No es cierto que sea difícil, o imposible, comprar productos con menos envase, o incluso con ninguno en el caso de frutas y verduras.
Todas estas frases son reales, nos las han dicho en este último mes al hacer la compra y vienen a reforzar lo que ya he escrito en anteriores ocasiones: que el pequeño comercio es el lugar ideal para hacer una compra con muchos menos residuos.
Si quieres seguir leyendo sobre vida con menos residuo puede que quieras entrar en estos artículos de archivo:
- España podría liderar el movimiento zero waste
- ¡Usar y reusar mola! Entrevista a Yve Ramírez, La Ecocosmopolita, que nos cuenta por qué mola tanto eso de usar una y otra vez los objetos
- 5 recursos para perder el miedo a comprar a granel
Únete a la conversación:
¿Qué te han dicho a ti cuando has ido a hacer tu compra sin residuos?
¿Cómo se lo ha tomado tu tendero? ¿Tienes experiencias positivas, como estas, para compartir?
Y… ¿alguna experiencia negativa? (¡Espero que no!)
Pues experiencias negativas afortunadamente tampoco tengo. Si normalmente en los pequeños comercios te atienden mucho mejor. Todo es más personal, menos frío. Y pronto te conocen y ya y están preparados para ponerte tus cosas en la bolsa que llevas, sin ningún problema.
Besotes!!!
Buenas,
en la frutería de mi barrio sin problema, les dije lo mismo que comentas:
– Lo pongo todo en una bolsa y luego lo pesamos, ¿vale? a lo que me contestó que claro que sí. Luego me dio las gracias y me estuvo contando que alucinaba con la gente que usaba una bolsa para una manzana, otra para una pera, otra para 3 tomates y al final salían con 8 o 9 bolsas. Además me dijo que a ellos les cobraban bastante por las bolsas, así que eso que se ahorran también.
Pero vamos que he ido al mercadona y he llevado mis propias bolsas y sin problema tampoco, la cajera tan normal y yo pegué el ticket en la bolsa de tela, aunque hay que tener cuidado porque se despega fácilmente y me toco darme una carrera para volver a pesarlo. A veces es mejor dar por hecho que lo puedes hacer y no pedir permiso ;).
Un abrazo
Hola,
Me llamo Irene y ahora mismo vivo en Ciudad Real. Quería preguntarte más sobre ese último comentario. Estoy intentando reducir el plástico de un solo uso, y la mayor dificultad me la encuentro a la hora de comprar frutas y verduras. Existen pocas fruterías cerca de mi casa y de todas formas insisten en usar sus bolsas, por lo que acabo yendo a supermercados tipo Mercadona/Día/Carrefour… ¿Hasconseguido usar de verdad tus bolsas para comprar a granel en Mercadona? Eso me arreglaría el problema. Siempre me había dado apuro preguntar… maldita vergüenza! ¿Lo has hecho muchas veces? ¿Qué tipo de bolsas llevas? ¿Opacas o de mosquitera? ¿Has tenido problemas con alguna otra cajera menos comprensiva?
Buenas, perdona que no lo vi antes. Lo he hecho muchas veces en Mercadona, y en Día que son los que me pillan cerca de casa, en otros no he probado todavía. Llevo mi propia bolsa de tela, de las normales, me las dieron en una tienda y llevan el dibujo de su publicidad… Lo que hago es pesar las verduras sin bolsa y luego meter todo en la misma bolsa ( los tomates, un pimiento y un pepino, para el gazpacho por ejemplo) y por la parte de fuera pego todas las etiquetas seguidas para que la cajera lo tenga más fácil. Cuando llego a la caja, abro la bolsa y le cuento lo que llevo y que lo he metido todo en la misma bolsa. Nunca me han puesto pega, en alguna ocasión me han mirado con cara de alucine, pero no mal, solo extrañadas, pero nunca nunca me han dicho nada negativo. En Día, que lo pesan en caja, les voy sacando lo que tengo en la bolsa y luego lo vuelvo a meter. En ese caso si tengo muchos tomates, por ejemplo, lo dejo para lo último y lo peso con la bolsa (que se suma en el precio) pero si hay gente detrás me da más apuro por el tiempo de espera y no me importa pagar unos céntimos más. En Día ni una sola pega tampoco. Sólo es cuestión de atreverse, ya verás!
Me parece genial lo que haces pero si estas comprando pollo te estás saboteando a ti misma