La vida sostenible se hace cada día. A pasos grandes o pequeños, como prefieras, a tu ritmo, pero todos los días.
He escrito ya algunos artículos sobre cómo empezar en esto de la vida sostenible, qué hacer cuando nos abruman las responsabilidades medioambientales, qué pensar cuando hay tanto que hacer que parece que, hagamos lo que hagamos, nunca será suficiente. En todos esos casos suele pasar que no sabemos por dónde comenzar ni qué cambiar en nuestras vidas.
También he escrito sobre la importancia de lo pequeño, la maravilla de esas acciones que parece que no cambian nada, pero que sumadas a lo pequeño que hacemos todos son lo más grande… Eso se llama sinergia, y si nos la tomásemos un poco más en serio otro gallo cantaría.
Pero en el artículo de hoy quiero hablarte de las acciones de cada día. Es un concepto ligeramente distinto al anterior, pueden ser también acciones pequeñas, pero no se quedan ahí, sino que van más lejos y las llevamos a cabo todos los días. Esas acciones son, sin duda, las más importantes.
La vida sostenible de cada día
Hay una aproximación a la salud que a mí me gusta mucho porque permite no agobiarse cuando uno intenta cuidarse o sentirse mejor. Se trata de preguntarse ese mismo día: «¿qué puedo hacer yo hoy para cuidarme?» Así de simple, sólo hoy.
De esa forma no piensas en metas a muy largo plazo, ni en suscripciones trimestrales a gimnasios, ni en dietas de varias semanas. Cada día te haces la pregunta y cambias eso que no es cuidarte o quererte por algo que sí lo sea.
Bien, pues he pensado que con la vida sostenible podemos hacer lo mismo, es decir, preguntarnos: «¿qué puedo hacer yo hoy para llevar una vida sostenible?». De hecho, puede ser una estupenda manera para no dejarse llevar ni por el agobio, pensando que hay mucho que hacer, ni por el derrotismo, diciendo que lo que hagamos no servirá de nada.
Si estás suscrito a mi Boletín sabrás que con la suscripción te envié una mini-guía para llevar una vida sostenible adaptada a ti y al estado de tu vida, de manera que tú eres quien diseña cuáles son los siguientes pasos que tienes que dar para llevar la vida sostenible que quieres.
Puede ser que hayas trabajado esa guía y te hayas propuesto una serie de metas que quieres conseguir. Otras se habrán quedado fuera porque no es el momento, o porque ahora mismo no puedes abordarlas, pero quizá te gustaría hacer algo al respecto también… ¡Estupendo! Yo te propongo que cada día pienses «¿qué puedo hacer yo hoy para llevar una vida sostenible?», y a partir de esa pregunta vayas tomando decisiones que beneficien al planeta.
Preguntas para hacerte hoy mismo
He hecho una lista de algunas de las preguntas que puedes hacerte ya si quieres empezar con el ejercicio. Se trata de que, cuando estés ante un hecho de los que te pasan a diario, elijas la opción más sostenible, o la menos dañina para el planeta.
Por ejemplo:
- ¿Puedo tomarme este café en la barra del bar en lugar de pedirlo para llevar (con su vaso desechable)?
- ¿Puedo guardar la merienda de mi hijo en un recipiente reutilizable, en lugar de envolverla en papel de aluminio, o en un bolsa de congelar que luego voy a tirar?
- ¿Y si aprovecho el envoltorio del pan para llevar el bocadillo?
- ¿Y si meto una servilleta de tela en la bolsa de mi comida?
- Si tengo mi servilleta en la bolsa de la comida no hace falta que use una servilleta de papel de las que hay en la oficina…
- ¿Cómo puedo reutilizar esta pila de papel usado que tengo en mi mesa?
- ¿Necesito imprimir este documento?
- ¿Es necesario que la televisión quede con el piloto rojo encendido toda la noche?
- ¿Me hace falta esta luz ahora mismo?
- ¿Cabría el desayuno de mañana en el lavavajillas?
- Voy a recoger el agua fría de mi ducha en un cubo.
- Hoy voy a pedir el refresco «sin pajita».
- ¿Me hace falta otra camiseta más ahora mismo?
- ¿Puedo congelar la comida que me sobró en la cena para tenerla disponible otro día que me haga falta?
- Entre dos productos similares, hoy elijo el que lleva menos envoltorios.
- En esta compra saco mi propia bolsa, sin vergüenza ninguna.
- Hoy voy a probar a hacer una compra a granel.
- En esta visita al supermercado voy a intentar llevarme a casa muchos menos productos envasados.
Y así todo… a base de decir «hoy» y de tomar decisiones para el día en el que estás viviendo.
Pensar en ese plazo tan corto de tiempo te ayudará a no ver como radicales los cambios que estás haciendo, pero a la vez los estás llevando a la práctica y vas a ver que no pasa nada, que has seguido disfrutando igual de la vida llevando el bocadillo en un envase reutilizable, por ejemplo; que no ha sido dramático ni exagerado, que nadie te ha mirado raro (algunos ni te han mirado siquiera) y que tampoco te ha supuesto mucho trabajo…
¿Y mañana?
Claro, esa es la cuestión. Por que sin mañana no hacemos mucho… No digo que no hagamos nada, porque menos da una piedra, pero no llegamos muy lejos.
La cuestión es que mañana te levantes y pienses de nuevo «¿Qué puedo hacer hoy para llevar una vida sostenible?». Y ante las encrucijadas que tengas ese día tomes, de nuevo, las decisiones más conscientes para el planeta.
De esa forma es como, entre todos, vamos construyendo ese mundo que queremos.
Es obvio que si esas preguntas te las haces hoy, y no vas más allá, no habrás avanzado mucho. Se quedaría todo en el terreno de la anécdota. Y las anécdotas están bien, las cuentas en el grupo de amigos y te sirven de experiencia. Dices: «yo un día fui a a comprar a una tienda de legumbres, las tenían en sacos, ¡qué bonito!, como en las tiendas de antes…». Pero…
Saber que «hoy» es todos los días nos hace sentirnos responsables.
Pero a la vez, pensar que es sólo «hoy», relaja mucho cuando quieres llevar a cabo cambios en tu vida que pueden ser un poco mayores de lo que estás preparado para afrontar.
Pregúntate, cada día, «¿Qué puedo hacer hoy para llevar una vida sostenible»? Y verás la cantidad de buenas elecciones que haces en una sola jornada. Realmente son gestos pequeños, pero lo importante es hacerlos habituales.
¿Has hecho hoy algo bueno para el planeta sin que estuviera en tus planes?
¿Te ha supuesto un gran cambio, un enorme reto? ¿O tu vida ha seguido su curso (¡aunque mejor para el planeta)?
¿Te has planteado hacer muchos poquitos todos los días, en lugar de ponerte metas más ambiciosas?
Para los suscriptores de mi Boletín he creado una guía que te ayuda a llevar la vida sostenible que quieres (y que puedes llevar) en este momento de tu vida. No hay nadie mejor que tú para saber qué pasos tienes que dar a continuación.
Hola Irene,
no hay nada para avanzar en la vida, sea cual sea el ámbito, como las pequeñas acciones diarias.
A mucha gente el tema «vida sostenible» se le hace un mundo por no saber por dónde empezar y este árticulo me parece muy útil para dar esos primeros pasos: simplemente, haz algo hoy, por pequeño que sea. A lfinal, a base de repetírtelo, acabas por automatizando y vas tomando mejores decisiones.
Ayer, por poner un ejmeplo, se le rompió la tartera del colegio a mi hijo. La tiene desde hace más de 10 años pero inmediantamente pensé: ¿a dónde va a ir a parar esto si lo tiro a la basura? El enseguida me dijo que iba a reutilizarlo para guardar no sé qué objetos, y yo decidí en ese momento que se acabaron las tarteras de plástico. A partir de hoy, usaremos bolsas de tela o tarteras ecológicas (bambú, fibra de arroz, acero inoxidable).
Gracias por este gran artículo y un abrazo,
Kiki
Gracias Kiki, por tus palabras y por compartir tu experiencia de vida con nosotros.
El mero hecho de que haya tenido esa tartera tanto tiempo ya es estupendo, si encima la quiere reutilizar, mejor, y si todo eso te ha servido para reflexionar sobre la siguiente tartera que vas a comprar, ¡mejor que mejor!
Lo que decimos: pensar cada día… 😉
Un abrazo enorme,
Hola Irene,
Ayer mismo estaba pensando que a veces hace falta ser consciente del daño que hacemos al medioambiente. Aunque reciclemos, somos conscientes de la cantidad de productos que usamos y que no són indispensables?: Mi propuesta es analizar la basura que generamos cada uno y ver si podemos sustituir los productos por otros más sostenibles. Siempre hay alguna cosa que podemos cambiar. Grácias por el artículo.
Gracias por dejar tu comentario, Pilar. 🙂
Estoy de acuerdo contigo en que analizar la basura es una de esas cosas que podemos añadir a nuestro día a día. Cada vez que generemos un residuo, sería estupendo pensar por qué lo hemos generado, qué va a ser de él y cómo podríamos hacerlo mejor. Ojalá mucha gente baje hasta tu comentario para leer tu idea… Un abrazo.