3 razones para no tirar comida

El otro día oí algo que nunca había oído antes. Créeme cuando te  digo que he escuchado muchos argumentos a favor y en contra de la vida sostenible, del reciclaje, de la contaminación, del cambio climático… es lo que pasa cuando hablas de esto con tus familiares y amigos. Pero esto era nuevo.

Oí que decían: «Siempre nos han dicho que no tiremos comida, por todos los niños pobres* del mundo. Pero, si no tiro esto, ¿acaso alguno de los niños que pasan hambre podrá comérsela?«

Justo unos días después pasé por el blog El Nutricionista de la General. De vez en cuando me gusta  leer a Juan Revenga porque me lo recomendó mi hermana, que también es nutricionista, y sobre todo porque aporta lucidez a un mundo que, a veces, se me hace complicado: el de la nutrición. Ese mundo en el que cada día hay una nueva teoría, un nuevo concepto, un nuevo alimento que es mejor que los demás, o un nuevo descubrimiento que hace que todo lo que hemos pensado hasta ahora se venga abajo.

Y en esos días leí este artículo suyo (publicado del 19 de marzo de 2015) en el que hablaba de nutrición desde otro punto de vista y decía que en el mundo tiramos comida a punta de pala… o más bien de retroexcavadora. Mencionaba el documental La Comida No Se Tira, que ya os he recomendado en alguna ocasión, y se me vino a la cabeza esa curiosa frase que había oído recientemente.

Para romper una lanza a favor de quien lo dijo, a quien aprecio, diré que fue un comentario distendido y jocoso, no en serio ni mucho menos, y que hay que reconocer que la lógica de la frase es aplastante. Es verdad que aunque no tires esa comida los niños pobres no se la podrán comer. Igual que es cierto que los polos se derriten y que parar una guerra a los simples mortales se nos hace un poco difícil.

También es verdad que no toda la comida que se tira en el mundo se desperdicia en los hogares. En ese desperdicio estamos metidos todos los que pertenecemos a la cadena alimenticia, incluyendo a algunos agricultores, las cadenas de distribución, los supermercados, los restaurantes…

Pero como yo pienso que siempre que podamos actuar debemos hacerlo, por pequeño que sea lo que hagamos, en ese momento pensé en escribir estas razones para no tirar comida en casa. Dos de ellas son muy prácticas, nada sentimentales, porque muchas veces nos cuesta explicar estas cosas a quienes nos preguntan; en cualquier caso, yo creo que todas ellas son igual de ciertas. Puedes usarlas si alguna vez se te pasa por la cabeza (o por la vida) una frase como la que yo oí.

Razón #1. El que guarda encuentra

Vale, esos niños no van a poder comerse lo que tú no tires, pero ¡tú sí! Si hoy no te comes todas las lentejas que preparaste, mañana puedes tener listo el primer plato. O si te sobra un poco de verdura ya tienes preparada una pequeña guarnición para la cena. Tú guárdalo todo en la nevera, y siempre que esté bien conservado podrás comerlo después.

Razón #2. Ahorrarás dinero

Si no tienes ninguna otra razón para no tirar comida, vamos con esta. Un tercio de los alimentos que producimos en el Planeta acaban en la basura. Si esto no fuera una media y fuera cierto que todos tiramos esta cantidad de comida podríamos hacer este simple cálculo: extrapolando el dato a tu compra mensual significaría que si gastaras 100 € al mes en comida estarías desperdiciando más de 33 € (cuando digo desperdiciar me refiero a tirar, literalmente, a la basura).

¿No te parece que es muchísimo? ¿No merece la pena dejar hacerlo?

Razón #3. Tirar comida es tremendamente injusto

Es injusto para la Tierra, que ha tenido que hacer crecer esos alimentos, como una madre que está gestando un hijo; y es injusto para los que pasan hambre en el mundo, que son un colectivo muy heterogéneo al que casi nunca ponemos cara, pero existen, y están ahí, a veces más cerca de lo que creemos.

Y si de verdad crees lo mismo que yo, si de verdad crees que todos somos uno en esta Tierra, creerás que siendo injusto para otros también es injusto para ti.

Así que ya tienes argumentos para no tirar nada de comida a la basura (nada de comida que esté en buen estado), para convencerte a ti mismo del cambio que estás a punto de hacer, o para hablar con quien quieras de este tema.

Si quieres un extra de motivación, muy claro y muy sencillo, que incluso tiene propuestas para empezar el cambio, no te pierdas este vídeo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente:

>> Food Wastage Footprint (en inglés).

(*) NOTA: A lo largo de este artículo me he referido en varias ocasiones a los «niños pobres». Lo he hecho para mejor entendimiento de este artículo, porque es un término que usamos muy a menudo en nuestro lenguaje cotidiano, y porque es cierto que es lo que se les dice a nuestros niños. Sin embargo, no pienso que sea un término muy preciso ni adecuado y, por supuesto, no lo he utilizado de forma despectiva.

16 comentarios

  1. Muy buenas razones. Esto ya lo llevo yo en práctica desde hace tiempo. Me educaron bien en ese aspecto. E intento ahora educar a mi hija en ese sentido.
    Besotes!!!

    1. ¡Hola Margari! Lo más importante es educar a los peques… ¡me alegro de que le inculques eso a tu hija! (además del placer y el gusto por la lectura 😉 y tantas otras cosas buenas)
      Un abrazo,

  2. Muy buenas reflexiones!!!! A mi se me rompe el corazón si tengo que tirar algo, intento no hacerlo nunca, porque como tu dices, es muy injusto, para las personas que no tienen para comer, para el planeta que nos ofrece sus recursos… Que pena que estemos tan mal acostumbrados a tirar cosas (y eso viene porque se vende comida super barata en los supermercados… y claro, no le damos el valor que tiene!!).
    Gracias por otro post genial!!! Besos guapa

    1. Ester; es muy interesante el punto de vista del precio de la comida… Los precios de algunas cosas, sobre todo de muchos alimentos envasados, me hacen pensar sobre sus ingredientes, el proceso productivo, la mano de obra, etc. porque si no no habría manera de ofrecer ese precio por un producto así. No quiero confundir precio con valor, porque no es lo mismo, pero a veces tienen relación, y me ha gustado eso que apuntas. (Tengo que reflexionar más sobre ello).
      Un abrazo,

  3. Hola, a mi en mi casa siempre me dijeron lo de «piensa en los niños que no tienen nada» creo que por buscar una forma de fomentar la empatía, de ponerte en el lugar de quien no puede tener lo que tú quieres tirar a la basura y así lograr que se valore lo que tenemos.

    Por cierto, he alucinado con lo de que un tercio acaba en la basura, me parece una cantidad vergonzante….

    Un beso!

    1. ¡Hola Isa! A mí también me lo decían… y es muy normal usarlo con los niños, de otra forma no podríamos explicarles muchas cosas que queremos que aprendan desde pequeñitos. Ojalá todos nos pusiéramos en el lugar de esas personas antes de enfrentarnos al cubo de basura con un plato en la mano.
      Muchas gracias por pasarte por aquí.
      Un abrazo,

  4. ¡Hola Irene! Acabo de descubrir tu blog a través de un comentario que dejaste en Organicus, ¡y me encantó!

    Desde chica me enseñaron que la comida no se tira… y ahora de grande lo aplico tanto como puedo (no puedo negar que algunas veces se me olvida que tengo alguna fruta y se daña, o algo por el estilo).

    Pienso que muchas veces no somos conscientes de que al tirar comida estamos tirando dinero… la comida no es gratis, ni siquiera cuando uno la cultiva, pues ese cultivo requirió mucho esfuerzo y una que otra inversión, con seguridad. Está eso… claro, pero para mí lo más importante es la cuestión del uso de recursos. Vivimos en este planeta como si tuviéramos uno de repuesto, y estamos tan habituados a las cosas desechables que pensamos que la comida es desechable, que los animales son desechables y que las personas son desechables. Pienso que cuidar la comida y aprovecharla como el maravilloso recurso que es, es una manera de ser respetuosos con el planeta y de ser agradecidos con lo que tenemos.

    ¡Saludos! 🙂

    1. ¡Hola Mariana! Bienvenida a Recolectora, y muchas gracias por dejar tu comentario.
      Me encanta el tema que planteas: el de las personas desechables, la comida desechable, etc. No nos damos cuenta, y es lo peor, de que el desperdicio de recursos que se lleva a cabo cuando tiramos ese tercio de los alimentos que producimos es brutal.
      Un abrazo, (y me voy a tu blog, que además de ser precioso tiene artículos que me interesan… me da que nos vamos a descubrir mutuamente en este comentario).

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