Hace unas semanas hablamos de las cifras de desperdicio alimentario en los hogares españoles durante 2019, y te proponía algunas medidas, ideas y reflexiones para disminuir el desperdicio de alimentos en tu casa. Puedes ir a leer el artículo si no lo has hecho todavía.
En ese artículo ya te contaba cuánto suponía, en el total del desperdicio de alimentos, lo que tiramos a la basura en los hogares. Pues bien, ¿qué pasa con el resto del desperdicio alimentario? Nos falta por desglosar un 47% de la comida que se desperdicia en la UE, y una buena parte de ello se despilfarra en restaurantes.
Las cifras totales del desperdicio de alimentos en la UE
Según el Fusions Report 2016 «Foodwaste data set for EU-28», con datos de referencia en 2012, el desperdicio de alimentos en la Unión Europea se divide como sigue:
- El 53% de los alimentos se desperdician en los hogares, como ya vimos.
- El 19% corresponde al desperdicio de la industria alimentaria.
- El 12% se desperdicia en los restaurantes.
- El 11% en el sector primario, en la fase de producción.
- Y el 5% restante de las cifras totales de desperdicio de alimentos corresponde a los comercios, el retail y la venta al mayor.
En este texto voy a seguir desgranando más aspectos de este tema, en concreto, cómo podemos reducir el desperdicio alimentario en un ámbito en el que, como consumidores y usuarios, puede parecer que tenemos poco poder: los restaurantes.
Cómo reducir el desperdicio de alimentos de los restaurantes
Siempre me ha parecido escalofriante la cantidad de comida que se tira en bares y restaurantes. Cuando lo veo en mi entorno, con gente que conozco, o con la que a veces trabajo, me entran sudores fríos.
Es como si al entrar en un restaurante se nos olvidara que ganamos cada grano de arroz y cada miga de pan con el sudor de nuestra frente, y que para cultivar y cocinar todos esos alimentos hacen falta recursos, tanto personales como de la tierra.
También me deja perpleja esa especie de disfraz de ricos que nos ponemos cuando traspasamos el umbral de la puerta de un establecimiento de restauración. Existe la creencia de que los ricos comen poco y es elegante dejar comida en el plato. Como si esa displicencia hacia los alimentos nos hiciera estar por encima de «la bajeza» de cultivarlos, cocinarlos y servirlos (lo entrecomillo con toda la intención).
También, y voy a decirlo, como si en nuestras casas hiciéramos lo mismo, como si comiéramos pan de oro, como si no fuéramos, en gran mayoría, personas normales y corrientes que se ganan la vida como todo hijo de vecino.
Por supuesto pluralizo por mera cortesía y por no señalar con el dedo. Pero no me incluyo en esa clase de personas.
Por eso me asombra y me entristece ver los platos de comida que a veces vuelven llenos a la cocina. ¿Cómo puede pasar eso? En la era de la información, en la que sabemos casi todo de todos los lugares (con la venia de los medios de comunicación y de lo que nos quieran ofrecer), ¿cómo podemos mostrarnos tan faltos de solidaridad y tan negligentes con las personas y la tierra?
¿Cuánta comida se desperdicia en el ámbito de la restauración?
Más allá de mis apreciaciones subjetivas, el hecho es el que ya hemos visto: que en la Unión Europea el 12% del total de la comida desperdiciada se tira en establecimientos como bares, restaurantes, cafeterías, hoteles, etc.
En el año 2012, fecha de la que tenemos datos, esto supuso 11 millones de toneladas. O lo que es lo mismo, 3 kilos de comida por persona y por año.
El informe referido, no obstante, indicaba las propias carencias de los datos a este respecto. Al parecer no todos los países aportaban información. Un toque de atención para seguir mejorando a la hora de recabar estos datos, para poder tomar medidas.
Propuestas para evitar tirar comida cuando comes en un restaurante
A lo mejor, por el tono en el que escrito los primeros párrafos de este artículo, has visto que el tema no solo me entristece, sino que me enfada. Pero, lógicamente, no me quiero quedar ahí, prefiero que vayamos al asunto que nos interesa: existen formas muy sencillas de no desperdiciar comida cuando vas a comer fuera.
Por supuesto, como consumidores no podemos reducir al 100% el desperdicio de alimentos en un establecimiento: no somos quienes gestionan la cocina, las compras de aprovisionamientos o la reducción de las raciones (que eso sería un tema interesante en algunos locales). Sin embargo podemos reducir aquello que está en nuestra mano, que no es poco. ¡Aquí van estas ideas!
- Pide lo que vayas a comer, o lo que creas que puedes comer. Yo muchas veces consulto al personal, que sabe si los platos son grandes o no, o suficientes para los que somos.
- Esto implica, a veces, avisar con tiempo para que no te pongan una tapa o aperitivo si no te lo quieres comer. Se agradece el detalle, no obstante, pero si no nos lo ponen es un alimento que no irá a la basura con absoluta seguridad.
- También puedes hacer un pedido para tantear y, si es necesario, hacer otro cuando hayas comido lo primero. A mí me sirve esto cuando no conozco el local y no sé cómo son las raciones.
- Si sobra comida, pídela para llevar, porque tampoco es cuestión de darse un atracón. Sin miedo, y sobre todo sin vergüenza ninguna. Es muy sencillo y cada vez los restaurantes están más habituados. Si llevas tu envase, como una compañera mía que ya se conoce las raciones del restaurante que frecuenta, estás en nivel pro. Si te pilla desprevenida puedes pedirlo con el mínimo envase posible. Yo siempre digo: «con que me lo envuelvas un poco está bien» para evitar que me pongan un envase de corcho blanco que no quiero.
¿Llevarnos la comida que sobra?
Me detengo un momento para hacer una reflexión sobre este tema. He notado en buena parte de mi entorno que llevarse la comida que sobra no es algo habitual cuando salimos por la puerta de un establecimiento.
Es un comportamiento que se abre paso poco a poco, quizá con el aumento de la concienciación sobre la emergencia climática que vive el planeta (que todo suma) pero sin que sea un comportamiento mayoritario o siquiera normalizado.
Una reciente encuesta la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios en España) preguntaba a los encuestados si se llevaban la comida que sobraba en los restaurantes.
El 24% de quienes respondieron dijeron que nunca, el 52% dijo que alguna vez, y sólo otro 24% dijo que siempre.
Preguntados por las razones de esta respuesta, el 35% decía que le daba vergüenza pedirlo y al 46% no le resultaba cómodo hacerlo (por ejemplo, no iban a su casa después de esa comida).
Que sólo un 24% de quienes comemos alguna vez fuera de casa nos llevemos la comida que sobra es una cifra muy baja, sobre todo cuando se junta con el hecho de que nos da reparo pedirlo (podemos volver a reconsiderar eso de que es elegante, o de personas adineradas dejarse comida en el plato).
Debemos cuestionar nuestro sistema de creencias si nos lleva hasta el punto de pensar semejante cosa, cuando hay gente pasando necesidad.
Yo te recomiendo que, si vas a un bar, a un restaurante o a una cafetería, disfrutes del momento, de la compañía (si se puede, cuando se pueda) y de la suerte de poder estar ahí. Que comas y disfrutes, que pidas con mesura, y que si sobra te lo lleves para mañana. Porque, aquí entre tú y yo: ¿hay algo mejor que comer de nuevo algo que ya te gustó el día anterior?
Espero que con este artículo tengas más claro que, incluso donde parece que no podemos hacer nada, tenemos un papel. En cuanto al tema del desperdicio alimentario, siempre que estemos comiendo o adquiriendo alimentos, podemos hacer el cambio.
Pero cuéntame: ¿tú eres de ese 24% que siempre se lleva la comida que sobra?
¿O te da reparo hacerlo?
¿Lo harás a partir de ahora?
Irene siempre tan acertada . Me gusta mucho tu sencillez y llevas toda la razón . Tenemos todavía interiorizado lo de dejarnos comida y la vergüenza de llevarnos lo en el restaurante como si eso nos rebajará a menos por desgracia en esto y en muchas cosas más .
Como anécdota te cuento que yo lo he visto hacer con más normalidad en grandes ciudades pero no en los pueblos al menos esa es mi percepción.
Un saludo bonita
Hola, Gemma, muchas gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.
¡Espero que estés bien!
Pueda ser que en las ciudades, al ser más anónimos, nos preocupe menos el qué dirán (sé que en algunas zonas rurales esto es muy importante).
Un abrazo, 🙂
Pero tu dónde vives y con qué gente te codeas? Llevo un rato intentando buscar la fecha de este artículo, a ver si es del siglo XXI.
Que a la gente le corta pedir un tupper? Será cuando quedan cuatro restos en el plato, porque si queda comida de verdad los primeros que te ofrecen ponértelo para llevar son los del restaurante.
En fin, que seguro que aún queda gente tan fina como dices, pero yo no la conozco
¡Es estupendo, Teresa!