Hubo un tiempo en el que tomar un café no contaminaba el planeta. Me refiero a que no lo contaminaba más allá del impacto ambiental que tiene cada una de las acciones de los humanos sobre la tierra.
Hubo un tiempo en el que tomar un café no generaba más residuos que el de sus posos, y si me apuras ni eso, porque hubo un tiempo en el que hasta los posos volvían a la tierra, porque se convertían en abono, como el resto de residuos del hogar.
Hubo un tiempo en el que nos tomábamos el café sentados, o acodados en la barra de un bar. Hubo tiempo, y parece que hace mucho de eso, en el que si teníamos prisa nos tomábamos el café en poco tiempo, pero no salíamos corriendo por la ciudad con la taza en la mano.
Sí, parece que hace una eternidad de todo esto, pero en realidad no ha pasado tanto tiempo. Lo que sí han pasado son muchas cosas desde entonces. Algunas son buenas, otras no, y muchas se han convertido en costumbres de dañan el planeta poco a poco, aunque cada vez más deprisa.
Algunos datos sobre los residuos que genera la industria del café hoy en día
Hay muchos aspectos relacionados con el café que implican comportamientos nada sostenibles con el planeta, y algunos ya te los sabes: el cultivo intensivo y poco respetuoso con los agricultores, el propio envase del café que compramos, el café en cápsulas, las tazas para llevar que, aunque sean de cartón, no son reciclables como parecen…
Te dejo aquí algunos artículos por si quieres profundizar sobre el tema:
- Las tazas desechables son una mala idea (por Isabel Vicente en eldiario.com, septiembre 2018)
- ¿Porqué el 99,75% de los vasos de café no se recicla? (BBC News, en inglés y en referencia a cifras del Reino Unido, abril 2018). Si lo prefieres te resumo: porque sean vasos de papel más plástico, o vasos compostables, no acaban en el contenedor adecuado.
- Cada hora se desechan 22.000 tazas de café de usar y tirar en Irlanda (mywaste.ie, en inglés y en referencia a cifras de Irlanda, julio 2018)
- Cápsulas de café: un grave problema medioambiental (XLSemanal, agosto 2017)
- El inventor de la cápsula de café «se siente mal» por el daño ambiental (Independent, en inglés, marzo 2015). John Sylvan, el susodicho, reconoce que él mismo no las usa, aunque es porque son caras.
- Informe Cadena de Valores (Intermón Oxfam, con motivo de la presentación de Tierra Madre, junio 2018). En él se explica dónde se queda el dinero de la producción de café en el mundo.
Habría mucha más tela que cortar, pero con esto nos vale.
Café en modo residuo cero desde el inicio hasta el final
Pero como este es un artículo en positivo, como intento que sea siempre, voy a recopilar, desde el inicio hasta el final, todo lo que sé sobre el café en modo residuo cero.
1 – Intenta comprar café de comercio justo
En la medida en la que tu bolsillo pueda, claro. Sé perfectamente que tiene un precio superior al del resto de cafés que hay en el mercado, pero es un producto que respeta el medio ambiente de los países productores y la mano de obra que lo recolecta.
Es un asunto muy controvertido porque es cierto e innegable que, aunque sea un producto de comercio justo viaja muchos kilómetros hasta tu mesa, pero ¿qué café viaja menos cuando quiere llegar a Europa?
2 – O café de una fábrica local
En Europa no hay café local, que yo sepa. En España menos. Pero puestos a comprar un café que no sea de comercio justo yo elijo uno que se tueste y se empaquete lo más cerca posible de mí.
Como te decía arriba el café no es un producto excesivamente sostenible, pero si se prepara en un lugar cercano sigo restando kilómetros.
En mi caso, además, se trata de un productor pequeño, no de una de las grandes marcas. Fíjate en eso si quieres comprar café de esta manera, porque hay marcas poco conocidas que tuestan más cerca.
3- O café a granel
Como afortunadamente han proliferado las tiendas de productos a granel, es posible que encuentres alguna que venda café en grano, al menos si vives en una ciudad. Puedes consultar el mapa de tiendas a granel de Vivir Sin Plástico para ver si hay alguna cerca de donde vives.
En mi experiencia, comprar café a granel suele ser un poco más caro aun que comprar café de comercio justo, pero la calidad es estupenda. Además lo compras a una tienda pequeña que prima las compras sin envase, o con envases muy reducidos. Puede ser un café para un momento especial, o para los domingos, y si te gusta el café notarás la diferencia.
4- Tómate el café en la cafetería
Sí, como antes. Entras en la cafetería o en el bar, pides el café, si vas con prisa lo pides templado, te lo tomas, pagas y te vas.
O haces un poco de tiempo para llegar antes a la cafetería y desayunar tranquilamente antes de entrar a trabajar.
O quedas con esa amiga un rato más y os sentáis tranquilamente a tomaros el café mientras os contáis vuestra vida, en lugar de andar por ahí con una taza de cartón en la mano pasando frío (o calor) por la calle.
5 – O lleva tu taza reutilizable
Si de verdad quieres ese café para llevar y no te lo puedes tomar en la cafetería, lleva tu taza reutilizable a mano.
No debes tener vergüenza a la hora de pedirlo en tu taza, porque no estás pidiendo nada malo. Pero si te ponen alguna pega, lo que puedes hacer es que te lo sirvan en una taza o vaso normal, y tú te lo echas en la tuya. ¡Listo!
6 – Hazlo en cafetera italiana
Ni siquiera voy a mencionar las cápsulas de café en este artículo porque no las considero opción sin residuo, por más que hayan habilitado puntos de reciclaje para las más famosas del mercado y nos digan, por activa y por pasiva, que son reciclables. Para mi gusto la mejor opción sin residuo es la cafetera italiana.
Claro, que si tienes una cafetera tan estupenda que haga espresso en tu casa, mejor aún… porque sería sin residuo extra, y muy rico.
7- O prepáralo en puchero, como mi abuela y como la tuya
Es la manera en que la yo preparo café cuando no tengo la cafetera. Consiste en hervir agua, y cuando esté hirviendo, apartarla del fuego para echar el café molido (una cucharada por persona, o al gusto). El café no tiene que hervir, tiene que reposar en ese agua. Es el mismo sistema que si tuvieras una cafetera de émbolo.
Luego se cuela con una manga de tela (las venden en ferreterías) y se bebe como se prefiera.
Hay quien dice que este café no sabe igual, que les gusta más cualquier otro. No lo dudo, es un café diferente, yo diría que más flojo, pero depende, como todo. Sobre todo depende de tu gusto, y también del café que le eches.
8- O compra filtros de café compostables
Esto aplica a las cafeteras que en España se llaman «americanas», las que requieren filtros de papel. Igual que en el caso de las bolsas de té, existen filtros de café compostables que pueden convertirse en compost sin riesgo alguno. Si tienes este tipo de cafetera puedes optar por ellos.
9- Utiliza los posos
Esto es fundamental y es bueno tenerlo en cuenta porque se trata de un asunto de concepto. Los posos de café, aunque sean un producto de (aparente) desecho pueden tener vida por delante. Por eso, y da igual lo que diga quien sea, se pueden usar una vez los extraemos de la cafetera o los colamos con la manga de tela.
Puedes usarlos como exfoliante corporal (te lo explico todo en este artículo) o puedes echarlos a las macetas que tengas en casa. A tu cuerpo le viene bien exfoliarse con un producto como ese, y a la tierra de tus plantas les viene bien también ese alimento.
Te decía eso de «da igual lo que diga quien sea» porque, cuando hablamos de aprovechar este tipo de subproductos entran en juego muchos prejuicios, sobre todo los relacionados con nuestro estatus económico. No pasa nada por utilizar estos posos de esta manera: no quiere decir nada sobre tu economía, más bien quiere decir que te preocupas por el planeta y sus recursos limitados. Sé que lo sabes, pero te lo recuerdo por si acaso.
10- O compóstalos
Es lo mismo que echarlos en las macetas de tu casa, solo que esta vez lo echas en la compostera. Porque podría darse el caso de que ya hayas utilizado los posos como te describo arriba, o de que no puedas hacerlo. Estos son unos residuos que son perfectamente compostables y que enriquecen el compost que estés fabricando con tus residuos vegetales. Es el paso final para un café sin residuo.
Te lo resumo todo en un par de frases.
Intenta comprar café de comercio justo, o envasado local, o a granel.
Tómate el café en la cafetería, o lleva tu taza reutilizable si de verdad lo quieres para llevar.
Hazlo en cafetera italiana, o al puchero, o compra filtros de café compostables si tu cafetera es americana.
Y utiliza sus posos para algo, y si no los utilizas, compóstalos.
Después de todo lo que te he contado yo es hora de que hablemos las dos.
¿Qué te parecen estas maneras de hacer café sin residuo?
¿Qué opinas de la cantidad de residuos asociados al café en los últimos años?
¿Has probado a pedir tu café para llevar en una taza reutilizable?
Creo que se habla demasiado poco sobre este tema, y la moda de las cápsulas era un suicidio ecológico desde el principio.
Lo más eco sería una cafetera italiana o una prensa francesa, pero el café es una de mis pasiones más allá del mero placer de una taza caliente, así que me permití tener una máquina de espresso.
Aun así, es más o menos igual de cómodo que usar cápsulas con la incomprable ventaja de que puedes tomar buen café y además, más allá de la máquina, que espero que me dure mil años, es 100% zero waste. Curiosamente, mi pasión por el café se entrecruzó inesperadamente con la sostenibilidad y el zero waste ya que entrar en el interesantísimo mundo del café de especialidad te involucra totalmente con la producción del café, y es totalmente normal conocer exactamente de dónde viene el café e incluso el nombre del productor particular si lo hubiere, y además, la pasión por el café te «educa» en comprar a granel. Podría hablar de este tema durante horas, y me llena de satisfacción que mis pasiones y mis principios casen tan bien como lo hacen en este caso.
Felicidades por el artículo y por dar más visibilidad al problema 🙂
Hola Fran 🙂
Muchísimas gracias por tu comentario, es un placer leer experiencias como estas que completen lo que yo escribo.
La cafetera que describes es uno de mis sueños. Igual un día se cumple, pero mientras tanto me quedo con la italiana, que me encanta, y con el hecho, como tú dices, de que el buen café puede ir de la mano de la vida sostenible.
Un abrazo,
Hola, Irene.
He descubierto esta mañana tu blog y quería felicitarte por los artículos tan interesantes que escribes.
Te escribo a raíz del comentario de que en España probablemente no se produce café. Soy de Gran Canaria y tenemos la suerte de tener, al menos, una marca de café de producción local. Se llama La Aldeana. Ignoro si se comercializará en la Península (y aunque lo haga el impacto del transporte puede ser mucho menor desde otros lados), pero para quien sea de aquí, es una opción que existe y no es difícil de encontrar en los comercios. Además, está muy bueno.
Un saludo.
¡Hola Magda!
Muchas gracias por escribirme sobre este tema. No conocía La Aldeana pero estoy buscando información a ver dónde produce y si se vende en la península.
Investigando a raíz de tu comentario he encontrado que el único café que se cultiva en Europa es el de Agaete, en Canarias también. No sé si será el mismo. Sigo buscando por si acaso, porque sería estupendo.
Un abrazo,
¡Hola!
He descubierto tu blog mientras buscaba cafeteras que no dejaran residuos. He encontrado este que se trata de máquinas de cafés para empresas, pero que no dejan residuos, lo cual es genial. Os dejo el enlace por si queréis echarle un ojo: https://concafe.es/maquinas-de-cafe-para-empresas/
Un saludo!