Hubo un tiempo en el que las cosas no era de usar y tirar, sino que se utilizaban una y otra vez porque tenían un valor. Fabricarlas y comprarlas era costoso, porque en ellas se invertían tiempo y materias primas, por lo que no tenía ningún tipo de sentido tirarlas a la basura nada más utilizarlas.
¿Te imaginas a tu abuelo tirando un botijo al terminar el agua?
Luego llegaron los nuevos tiempos, y en pos de algo supuestamente mejor fuimos cambiando lo que duraba por lo que era efímero, por lo que apenas pasaba por nuestras manos unos pocos minutos.
Hoy tengo el honor de traer a mi blog a Yve, La Ecocosmopolita, que lucha contra el usar y tirar en su vida y en su pequeña tienda Usar y Reusar.
Le he planteado todas las preguntas que se me han ocurrido acerca del usar y tirar y, sobre todo, acerca del usar y reusar, que es lo que nos importa.
Y también hemos hablado largo y tendido de cómo comprar sin bolsas de plástico, que es un tema candente que nos interesa mucho. Por eso al final del artículo verás lo fácil que nos lo pone Yve, y cómo te va a ayudar con tus compras futuras.
Te dejo con ella para que te cuente…
Pregunta – ¿En qué momento te paraste y pensaste: “tengo que crear USAR Y REUSAR”?
Yve – Hacía mucho que quería dar un paso adelante con La Ecocosmopolita, pero me costó tiempo darle forma. La inspiración nació a partir de la idea de las bolsas de comprar a granel. Como ya sabes, en Barcelona -y en muchos otros lugares- cada vez hay más tiendas de granel. Yo quería unas bolsitas de tela para comprar sin residuos y sin necesidad de llevarme los botes de casa, que se me hacía muy pesado. Sabía que no son difíciles de hacer, pero últimamente la verdad no tengo mucho tiempo para ponerme a coser y no es algo que esté en mis motivaciones, (además de que tampoco tengo máquina de coser). Así que empecé a buscar bolsas de granel confeccionadas en España con tejido orgánico y no encontré ninguna en un comienzo. A partir de ahí, todo fue una cadena, que acabó en una tienda especializada en productos “zero waste”.
P – Seguro que ha supuesto un esfuerzo enorme crear esta iniciativa desde cero. ¿Quién te acompaña en esta aventura?
Yve – Desde antes del momento cero de esta nueva etapa me acompaña Tere Castillo, una amiga a quien considero parte de mi familia desde hace muchos años. Hace tiempo que quería involucrarla en La Ecocosmopolita porque sabía que era la socia perfecta para el proyecto: es una persona de absoluta confianza, es comunicadora como yo (estudiamos juntas en Caracas), comparte el compromiso de sostenibilidad que mueve a este blog, y complementa lo que yo puedo aportar con conocimientos de diseño gráfico y programación. Además es una crack del DIY y la cocina saludable, y una súper manitas nata (¡sí, tiene que volver a escribir en el blog!).
El concepto del proyecto lo trabajamos juntas, y ella se encargó directamente del desarrollo de todos los artes con Ramón París, que es el ilustrador (y su pareja). Ahora, ella está encargada de toda la logística y atención al cliente principalmente, mientras yo llevo todo lo relativo a la comunicación, y compartimos todas las decisiones sobre productos.
P – ¿Qué productos podemos encontrar en la tienda y por qué los habéis elegido?
Yve – Poco a poco vamos armando un completo Kit “zero waste”. Es decir, un pequeño equipo con una estética muy cuidada, que puede ayudarte a evitar la producción de residuos de una forma más sencilla. De momento ponemos el foco en dar alternativas a típicos productos desechables que encabezan las listas de residuos encontrados en cualquier limpieza de playas.
Para evitar bolsas desechables, hemos desarrollado dos productos propios: las bolsas de granel y una bolsa grande, tipo totebag, en la que cabe una buena compra y que puede ir cruzada en la espalda, que es algo que nos gusta mucho porque te da más libertad de movimiento, y no es fácil de encontrar.
Tenemos otra parte dedicada a “productos para beber residuo cero”, pues es otro asunto en el que podemos generar muchísima basura: una taza de acero esmaltado, como la de antes, con una ilustración bellísima de Ramón. La idea es que puedas llevarla a un pícnic, de camping, a un concierto o una fiesta en un parque, y ahorrarte los vasos plásticos. Además, es ideal para beber bebidas calientes cuando estás en la calle sin riesgo de “tragar” plástico.
También hay botellas reutilizables de acero inoxidable, diseñadas para durar prácticamente toda la vida. Tres tamaños de botella de agua y una cuarta botella isotérmica para mantener bebidas frías o calientes. Para completar este apartado, lo que yo llamo las “chuches” de la web: las pajitas reutilizables de acero inoxidable. Totalmente innecesarias pero -sobre todo como madre- me encantan porque ponen un toque de diversión y de relax, y porque representan una opción.
El último apartado de momento es la higiene íntima femenina. Copas menstruales, de las que personalmente soy usuaria feliz hace casi diez años, y compresas lavables, preciosas, súper suaves y además, grandes ahorradoras de residuos y dinero.
P – ¿Cuándo crees que perdimos la sana costumbre de reutilizar los objetos cotidianos?
Yve – Es impresionante lo rápido que ha sido. Diría que en muchos países, España incluida, prácticamente ha sido cosa de una generación. De todas formas, a finales del siglo XIX o comienzos del XX, ya existían algunos productos desechables.
Ayudó a su popularización los avance en materia de producción industrial y en el desarrollo del plástico en concreto, y, muy de la mano de estos dos últimos, el mal invento de la obsolescencia programada, que nace de la idea de que es más rentable producir y vender productos destinados a tener una corta vida, que aquellos hechos para durar muchos años.
Sin embargo, creo que es a mediados del siglo XX cuando realmente empieza a popularizarse la idea de que los desechables son un signo de progreso y liberación, sobre todo en Estados Unidos, algo que en unas pocas décadas se instaló en casi todo el mundo. ¿Seremos capaces de hacer el camino de vuelta igual de rápido?
P – A parte de la facilidad de uso, uno de los argumentos que se esgrimen cuando hablamos de productos desechables es la higiene. Es más “seguro” que cada fruta vaya en su bandeja, o en su bolsita, y tirarla al llegar a casa para que no contamine nada más. ¿Crees que esto está justificado siempre?
Yve – Vamos a ver. Yo creo que, como en todo, lo importante es no perder la perspectiva. Y en materia de frutas y hortalizas, te digo un no rotundo con toda seguridad. Para algo los lavamos antes de comer (y que no me digan que los de la bandeja están limpios).
No creo que los desechables estén justificados por motivos de higiene, más que en el caso de ciertos artículos de uso hospitalario. Creo que es importante apelar al buen juicio y educar a las personas en términos de seguridad alimentaria, etc -además de trabajar la innovación cuando toque.
Te cuento otro dato histórico. Los vasos de papel, que llegaron antes de los platos y todo lo demás, vienen porque en Estados Unidos (tal vez también en otros países, pero es la referencia que he leído) era común que hubiera en la calle fuentes de agua con tazas de las que bebía cualquiera que pasara por ahí. ¡Te imaginarás la cantidad de gérmenes y virus que había en esas tazas!
Entonces los vasos de papel parecían una buena solución porque estaban frente a un problema de salud pública y no había conciencia del problema ambiental que se nos venía encima. Pero los tiempos han cambiado y hay que buscar soluciones adaptadas a estos tiempos en los que no nos podemos seguir escudando en la excusa de la ignorancia. Una botella reutilizable puede ser un foco de gérmenes si no la lavas como debe ser cada día, pero ¿qué me dices de beber de una lata, por ejemplo? Lo mismo pasaría con los vasos de tu casa si no los lavaras.
Para muchas personas hoy en día las compresas lavables, las copas menstruales e incluso los pañales de tela son algo antihigiénico, pero estoy convencida que es un tema de prejuicios. Me preocupa mucho más, en términos de salud y de medio ambiente (que a la larga también es salud) la cantidad de químicos que puedo introducir en mi vagina con un producto desechable comercial.

P – La comodidad es otra de las principales bazas de los productos de usar y tirar. Si tengo sed puedo comprar una botella de agua en cualquier momento. Pero no comprarla requiere ser previsora… ¿Cómo podemos organizarnos para que, situaciones como esa, o parecidas, no nos pillen desprevenidas?
Yve – La verdad es que, una vez eres consciente del problema de los productos de usar y tirar, que es por una parte los residuos, y por otro el desperdicio de recursos, seguramente cada uno de nuestros fallos son, o por falta de previsión o por pereza. Así que para lograr acercarte a una vida residuo cero, recomendaría identificar en qué cosas sueles “colgarte” más, y buscar herramientas que te gusten, que te resulten cómodas y que te ayuden a solucionarlas.
Yo creo que si tienes una buena botella, bonita, de buena calidad y en la que da gusto beber, te acordarás más de llevarla contigo que si tienes una en la que el agua sabe a plástico, y que te da apuro sacar en medio de una reunión de trabajo porque tiene el plástico manchado, por decir algo. Y si tienes unas tres o cuatro bolsas de varios tamaños en el bolso o en la mochila, puedes improvisar una compra cuando haga falta sin cometer pecados porque no estaba en tu agenda. O si tienes las pajitas de acero en el bolso, es más fácil darle una alternativa a un niño de dos o tres años que pretender que se mueva sin más por conceptos de sostenibilidad que no está aún en capacidad de entender. Ve donde flaqueas y por qué lo haces, y busca alternativas o ayudas.
P – ¿Qué llevas en el bolso para que sea más sencillo llevar una vida sin residuo?
Yve – Ahora mismo, mis imprescindibles son muy básicos: para cada día, un par de bolsas de granel al menos, la totebag grande y, en su interior un par de servilletas de tela para poder envolver cualquier cosa de comer sin ensuciar demasiado la bolsa.
Cuando me llevo el desayuno o la comida al trabajo, llevo también un tupper o un bote de vidrio y me vienen estupendamente para algunas cosas, pero la verdad no suelo llevarlo si no es con un objetivo concreto (y valdría la pena). Luego, la taza o la botella (si creo que tendré agua disponible, y no voy a andar mucho en bici, etc, llevo solo la taza).
Una compresa de tela cuando creo que la regla puede estar al caer, porque soy muy irregular. Si salgo con las niñas a comer, las pajitas envueltas en otra servilleta de tela… Me hacen falta pañuelos de tela, que es algo de lo que tengo que ocuparme. Hace mucho que no uso klinex, sobre todo por evitar el plástico, pero aún me toca tirar de papel de water cuando estoy resfriada… ¡y creo que eso es todo!
P – Yo creo que la familia es un nodo fundamental en la educación medioambiental (de pequeños y de no tan pequeños… he de decir). Tú eres madre, ¿cómo podemos incorporar los productos reutilizables a la vida familiar cuando tenemos hijos? ¿Puedes darnos algún consejo o ejemplo?
Yve – El mismo consejo que daría para cualquier cosa que quieras que tus hijos incorporen a su vida: más que pretender obligarlos a compartir tus preocupaciones, explícales pero sobre todo, dales ejemplo. Si quieres que tu hijo lea, ofrécele libros y, sobre todo, lee. Si quieres que tu hijo coma verduras y frutas, ofrécele estos alimentos y come verduras y frutas. Y si quieres que tu hijo use botellas y pajitas reutilizables, ofrécele estas alternativas y úsalas tú también. Y para ellos serán “lo normal”.
Confieso que soy muy pero muy despistada y, ahora, tengamos las pajitas de acero o no con nosotras, mi hija mayor (que pronto cumple 11 años), se acuerda de pedir que le sirvan la bebida sin pajitas aunque a mí se me pase. Porque son cosas que, antes o después, hemos incorporado en la normalidad de casa.
P – Por último quiero hablar contigo del producto estrella de Usar y Reusar: las bolsas de algodón orgánico. Por cómo están hechas son algo más que bolsas, ¿verdad? Háblanos un poco más sobre ellas.
Yve – La verdad es que nuestras bolsas de granel son el producto del que estamos más orgullosas, porque lo “hemos parido”. Primero, queríamos que tuvieran un mensaje claro, ligero, directo y positivo, que animara a usarlas y, más allá, a una vida baja en residuos. Un domingo, mientras merendamos, hicimos un brainsrotming en toda regla con las dos familias. Por cierto, la frase de “mi bolsa de usar y reusar” nació antes que el nombre del proyecto (que nos costó mucho más definir).
También queríamos que fueran bolsas para comprar a granel hermosas para que la gente las llevara con orgullo. Así que Ramón y Tere trabajaron muchas distintas propuestas de diseño hasta llegar a los que ves, que no podrían gustarme más.
Definir los materiales y el taller de confección tampoco fue cosa fácil. Finalmente nos decidimos por tejido, cintas y cordones de algodón orgánico de Organic Cotton Colours, porque era quien nos ofrecía mayores garantías éticas y ambientales. Una empresa que tiene 25 años de experiencia y que tiene detrás un proyecto hermosísimo que vela por los productos que produce desde que se siembra la semilla. Te recomiendo que leas la entrevista que hice a su CEO, Santi Mallorquí, porque es un placer conocer el trabajo que hacen.
Para la confección de las bolsas trabajamos con un taller de Barcelona llamado Estel Tàpia, que vela por dar una salida laboral a personas con discapacidad mental. No sé cuántas visitas les hicimos desde el verano pasado hasta que tuvimos las bolsas listas y siempre era una alegría. No nos gustaría nada la idea de trabajar con un taller que no pudiéramos visitar en cualquier momento. También entrevistamos a Julieta Bermejo, que fue siempre nuestro contacto directo, para que nos contara un poco cómo funciona Estel Tàpia.
Finalmente, y después de mucho investigar, conseguimos tinta ecológica certificada para la impresión, que realizó Ale Alonso. Todo lo más local que fue posible y lo que nos da una satisfacción que no puedes imaginarte.
P – Hay quien aún duda de que se pueda ir a la compra con ellas sin que el dependiente se lleve las manos a la cabeza. Puede que algunas veces no quieran despacharnos en ellas o tengan reparos, pero en otras ocasiones somos nosotras las que nos ponemos la barrera en la mente… ¿Qué consejo me darías si ahora mismo yo entrara en una tienda con la bolsa de algodón, dispuesta a salir sin una sola bolsa de plástico? ¿Cómo debo hacer para que todo salga bien?
Yve – Primero que nada, perder el miedo. Seguramente te sorprenderá el apoyo que recibirás por parte de los dependientes. Creo que sólo una vez me han dicho una tontería, quitándole importancia a mi gesto de evitar el plástico. En una tienda a la que, desde luego, no volví.
Si tratas de comprar algo a granel en un supermercado con tu propia bolsa o tu propio envase puede ser un poco más complicado (¡una razón más para evitar estos establecimientos!). Pero incluso así (tengo un súper al lado de casa e inevitablemente compro alguna vez), siempre nos atienden con amabilidad y ya están más que acostumbrados a nosotros.
Si vas a comprar frutas u hortalizas, por ejemplo, seguramente no tienes más que coger todo en una cesta, pasar al dependiente género a género para pesarlos, y finalmente cogerlos directamente en tu bolsa. Si se trata de tomates cherries, u otra cosa menuda, procede igual que si se trata de granos, harinas, etc.
Al llegar, pregunta si hace falta tarar la balanza (en algunos establecimientos bastará con que tengas marcado el peso de tu bolsa o envase, y luego te lo descontarán), y organízate en función de eso. Si tienes bolsas de distintos pesos, tendrán que tarar la balanza cada vez y no podrán atender fácilmente a otro cliente mientras estés comprando. Así que tendrás que ser muy eficiente en tu compra. Y si todas tus bolsas pesan lo mismo, será mucho más fácil. Puedes dejar una vacía para tarar la balanza al final, y mientras pesan todo lo que ya has seleccionado, rellenas la última bolsa.
Con una sonrisa en la cara, normalmente la cosa sale bien. Y esto seguramente vale para casi todo en la vida. Y la verdad, cuando vamos con nuestras bolsitas tan monas, ¡todo son alabanzas!
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¡Espero que hayas disfrutado de esta entrevista con Yve, La Ecocosmopolita!
Ya te dije al principio que ella iba a contarte muchas cosas y que iba a ponerte las cosas muy fáciles para comprar a granel. Y aquí te traigo la sorpresa final de hoy, algo realmente nuevo para RECOLECTORA y que estoy encantada de compartir contigo.
¡SORTEO UNA BOLSA DE GRANEL DE USAR Y REUSAR!
– SORTEO CERRADO –
Sí, se trata de la bolsa de granel creada por USAR Y REUSAR para que vayas a la compra o… para que la uses como prefieras.
Estas son las bases del sorteo:
- El objeto del sorteo es una bolsa de algodón orgánico de 22 x 29 cm, de Usar y Reusar.
- Para participar, déjame tu nombre y tu correo electrónico, y contesta la siguiente pregunta: ¿Cómo usarías tu bolsa de Usar y Reusar?
- Sorteo válido desde la publicación de esta entrada el 21-02-2017 hasta el 28-02-2017 a las 19.00 h (hora española peninsular).
- El sorteo se realizará el 01-03-2017 por la tarde. Se utilizará un medio aleatorio para elegir el ganador.
- Anunciaré quién ganará la bolsa de granel en redes sociales, y avisaré por correo electrónico al afortunado o afortunada.
- Sorteo sólo válido en España peninsular.
¡SUERTE!
– SORTEO CERRADO –
La verdad es que si hay que usar y reusar. No es normal esta cultura de un solo uso que hoy en día parece lo «normal » . Ive es una mujer superinteresante y le deseo mucha suerte en su nueva aventura. Feliz semana Irene
Gemma, ¡mil gracias por esas palabras, de todo corazón!
¡Hola Gemma! Gracias por tu comentario y por estar siempre por aquí.
¡Vamos a reusar entre todas y a barrer el «usar y tirar» de nuestra mente!
Un abrazo enorme,
Admito que no conocía lo de las copas menstruales. No creo que pueda convencer a mi hija del uso de éstas, pero sí de las compresas de telas. No es algo que me hubiera planteado, sinceramente. Pero tal y como lo ha contado, lo veo mucho más higiénico que las compresas que generalmente usamos. Lo que me ha sorprendido mucho es lo de las pajitas de acero! Muy buena entrada, como siempre. Siempre aprendo algo.
Besotes!!!
¡Hola Margari! Es verdad que pueden chocar un poco. Yo estoy pendiente de prueba aún, pero es verdad que es algo muy íntimo y con niñas me imagino que cuesta más.
Mil gracias por tu comentario 🙂
Un abrazo,
Irene, ¡Muchas gracias otra vez por esa entrevista! Me ha gustado mucho y estoy muy contenta de estar en Recolectora. ¡Muchos éxitos! Y suerte a los participantes 🙂
¡Gracias a ti, Yve! Gracias por regalarnos toda esta sabiduría… 🙂
Un abrazo y…
¡SUERTE A TODOS!
¡Me ha encantado la entrevista, Irene e Yve! Sin duda sois dos ejemplos a seguir : ) Yo estoy totalmente a favor de la filosofía de reutilizar; ¿para qué comprar algo que sabes que en X tiempo va a ser basura?
¡Mucha suerte a tod@s con el concurso! ^^
¡Gracias por tus palabras, Khristina!
La verdad es que Yve ha dado muchas claves en esta entrevista, que creo que tiene mucha miga 😉
Un abrazo,
Ayy qué maravilla!
Gracias a las dos!
Un besazo