Esta semana se está moviendo el mundo. Literalmente, se agita por la Huelga Mundial por el Clima. Hay tantas razones para hacerlo…
No quería dejar pasar la oportunidad de escribir algo en el blog para esta semana, que personalmente ha sido agitada también, y por eso me he sentado en la mesa de la cocina con el ordenador.
Pero no sé desde qué prisma me lees. Aunque conozco tu preocupación por lo que le está pasando a la tierra, desconozco tus posibilidades de unirte a las manifestaciones, a los paros, a las huelgas estudiantiles. Por eso no sabía cómo empezar este artículo.
Estaba bloqueada hasta hace un rato. Verás, si me lees desde hace tiempo ya sabrás que no me gusta meterme donde no me llaman. Pocas veces me habrás leído algo que haya escrito sobre temas muy polémicos, o muy en auge. Prefiero digerir la información y formarme una opinión al respecto antes de escribir. Aun a riesgo de que se pase de moda el tema en cuestión, cosa que me ha pasado alguna vez, y ya no tenga ni pizca de sentido escribir sobre eso que me tuvo reflexionando.
Pero esto es importante. Y esto no es una moda.
Llevo cinco años escribiendo aquí y, aunque solo sea por la fuerza de la costumbre (la costumbre de pensar sobre el mundo y sobre lo que pasa, para luego escribirlo), se me vienen algunas cosas a la cabeza con motivo de las actividades previstas para el 27 de septiembre de este año.
Aunque esta no sea una lista exhaustiva de nada, tampoco de todo lo que pienso, quería compartir contigo estas reflexiones.
En primer lugar, que no pasa nada si no puedes o no quieres hacer un paro, o secundar la huelga estudiantil, o lo que esté convocado para el día de la Huelga Mundial. En serio, esto es un derecho, no una obligación, y cada cual sabe sus circunstancias. Esto es algo con lo que he batallado de manera personal, interna, durante toda mi vida laboral. Y, sin ningún tipo de duda, a este respecto todas las opiniones y decisiones son respetables.
Que es muy importante lo que haces cada día… Es más, es TAN importante lo que haces cada día, que aunque no salieras a la calle el planeta ya te lo estaría agradeciendo.
Que si no hicieras lo que haces a diario, salir a la calle el 27 de septiembre no serviría de nada. Da igual la pancarta que lleves, o los colores con los que te pintes la cara.
Que debemos meternos en la cabeza que no nos manifestamos para que todo siga igual en «nuestro mundo» y poder seguir viviendo como hasta ahora, consumiendo como hasta ahora. Nos manifestamos porque sabemos que no podemos seguir así, y eso es aceptar que algo de nuestro comportamiento tiene que cambiar.
Que tampoco nos manifestamos, por cierto, para que sean otros los que cambien, los que consuman menos, los que no tienen que querer vivir igual que nosotros. Que en todo proceso de llegar al punto medio, el valor máximo baja, y el mínimo sube, hasta que se alcanza un equilibrio.
Que da igual lo que pidamos a los gobiernos de una o de todas las naciones. Que es cierto que hay cosas que sólo pueden hacer desde sus sillones y a base de ley, pero hay otras muchas que dependen sólo de ti: de tus decisiones de vida. Por eso, mientras reclamamos a nuestros dirigentes que tomen medidas, debemos medirnos a nosotros mismos también.
Que tú eres alguien muy importante en todo este proceso. Aunque haya gente mediática que nos hace el gran favor a todos de ponerse delante de líderes mundiales y reclamar lo que considera justo, tú tienes un papel fundamental en esta emergencia climática. Sin ti, sin tu familia (más pequeña, más grande, familia de origen o familia propia), no vamos muy lejos.
Que la huelga de consumo del viernes 27 es tan importante como todo lo demás. Suele ser una parte que pasa desapercibida, pero a veces hay que parar de consumir, hay que decirle al mercado que somos mucho más que consumidores, que somos gente pensante. Reflexionar acerca del modelo de consumo imperante y de sus consecuencias para el medio ambiente es crucial en el momento que vivimos.
Que el día 28 no se ha acabado todo. Ya te decía arriba que esto no es una moda. Lo más valioso de los días como este es que nos permiten dar visibilidad a lo que hacemos todos los días, y conocernos entre nosotros, saber que no estamos solos. Pero salir a la calle, aunque ayuda, no es lo único que tenemos que hacer.
Nos veremos el viernes en la calle o donde quiera que participes de esto.
Y nos veremos CADA DÍA en el mundo, siendo parte activa del cambio que pedimos.
¿Quieres leer un poco más sobre activismo?
- Hace años publiqué un artículo acerca de predicar con el ejemplo.
Greta!!! Que eres una Greta!!!! Desde Catoira, los Martínez Campaña consumiremos responsable y ecológicamente mañana. Eso si, lo del reciclaje de los pañales es harto complicado por estos lares…