Hace muchos meses escribí un artículo titulado «No dejes que te traten como a un consumidor: 5 herramientas para pensar al comprar». Una de las herramientas que enumeré en ese momento eran estas «marcas desconocidas» de las que nadie habla… pero que en mi opinión son interesantes para la sociedad y para nuestra cesta de la compra. Por eso les dedico el artículo de esta semana (y para titularlo me he inspirado en mi admirada J.K. Rowling, que espero que lo entienda).
El otro día, en la radio, escuché un trozo de programa dedicado a las marcas blancas. Por lo visto en España sus ventas han tocado techo, no es que se reduzcan sino que se han estabilizado tras el enorme repunte que tuvieron al comenzar los tiempos de crisis. En el programa se preguntaba a los oyentes si consumían este tipo de marcas y cuál era su razón para hacerlo. La verdad, salieron muy bien paradas.
Por si me lees desde otro país, en España llamamos marca blanca a esos productos que no tienen una marca comercial sino la del propio supermercado. Son productos que hasta hace pocos años se consideraban de peor calidad que los de marca, pero que en los cuales los supermercados se han esforzado mucho para competir en calidad y precio con las marcas más famosas.
QUÉ SON LAS «MARCAS DESCONOCIDAS»
En mi casa consumimos muchos productos de marca blanca desde mucho antes de la crisis. Pero en los productos envasados que compramos también hay otras marcas, que no son blancas ni famosas, y que están en ese limbo del que a veces nadie se acuerda. Para este artículo he dado en llamarlas «marcas desconocidas».
Cuando buscas una lata de tomate frito puedes elegir la marca más famosa, la del supermercado, o… esa que nadie conoce, que tiene un logotipo que no has visto nunca, o ninguno, o una etiqueta modesta, y que tiene un precio comparable al de la marca blanca. Y es a esa marca a la que me refiero.
Algunas veces fabrican para marcas blancas; otras veces no, porque no tienen instalaciones para competir en precio con las grandes, que en algunos casos sí fabrican para los supermercados.
En muchas ocasiones no fabrican producto ecológico aunque en otros casos sí. Si has entrado a un herbolario o la sección «eco» de algún supermercado te habrás dado cuenta de que, incluso allí, hay marcas que se consideran de primera, y otras que están como en segunda fila. ¿Verdad?
«MARCAS DESCONOCIDAS» Y COMPRA SOSTENIBLE
Quizá te preguntes cómo es que hablo de esto aquí, si se trata de productos envasados que, además, en muchos casos no son ecológicos. Pues tengo dos razones.
La primera: sé que últimamente hablo mucho de comprar a granel para llegar a ese mundo mejor en el que queremos vivir. Pero hay productos que siguen en mi cesta de compra y tienen envase, aunque elija el que menos envoltorio tiene.
La segunda: te lo cuento porque sé que a veces necesitamos otras opciones, tanto para productos ecológicos como para los mal llamados «tradicionales» (me refiero a opciones económicas, sobre todo) y conviene saber que esas opciones están al alcance de nuestra mano.
Estos productos suelen aportar su granito de arena a la sostenibilidad y a nuestra vida sostenible. De otra forma, seguro, pero lo hacen.
- Estas marcas desconocidas salen de fábricas modestas que generan empleo, demostrando que uno puede ganarse la vida sin necesidad de pertenecer a un enorme complejo empresarial (no digo que la empresa enorme no sea buena para la sociedad, pero soy de las que piensa que hay sitio en el mundo para todos). A veces esas empresas tienen forma de cooperativa, o han sido empresas familiares durante años.
- Estas marcas forman parte de la cadena productiva, compran materias primas (ecológicas o no) y las transforman para vender un producto. En esa cadena participan muchas personas también.
- Además, suelen ser productos nacionales o locales. Según donde compres encontrarás unos u otros. En mi caso, cuando compro en Madrid me encuentro productos de toda España, pero cuando veraneo en la costa de Valencia el 90% de los productos en los que me fijo son de la Comunidad Valenciana. En este último caso muchos productos podrían ser kilómetro 0. ¡Bien!
- Comprándolas estamos poniendo en práctica nuestro deseo de comprar a los pequeños empresarios. Igual que una tienda de barrio, una fábrica pequeña es un negocio que pretende hacerse un hueco en tu cesta de la compra, y lo hace con mucho esfuerzo.
En definitiva, aportan valor a la sociedad a través de trabajo que realizan, y tienen tanto derecho a tener su cuota de mercado como las demás.
Dónde encontrarlas
Conseguir comprar una marca desconocida no es tan complicado como parece. Es cierto que las tiendas y los supermercados estudian cuidadosamente la forma en que nos presentan los productos para que compremos lo que quieren (por eso es importante hacer aquella reflexión con la que partía al inicio del artículo: dejar de comportarnos como consumidores para pensar cada compra).
Las marcas desconocidas suelen estar escondidas en:
- las baldas de arriba, donde puede que no alcances el producto…
- o en las baldas de abajo, donde asumen que no te agacharás a por él. Como ves, piensan que somos cómodos y cogeremos lo que esté a la altura de los ojos. ¡Pero en este caso se equivocan!
- También están lejos de los pasillos centrales, de las cajas y de casi cualquier cartel amarillo y grande en el que se señale alguna oferta, sobre todo si estás en un hipermercado.
Merece la pena descubrir estas marcas y ver que hay vida fuera del todo o nada, blanco o negro (es decir, de la marca comercial y famosa, y la marca blanca). En el mundo de los productos hay un abanico muy grande de grises que pueden ayudarte con tu compra y con los que, además, estás apoyando vidas normales, como la tuya y la mía.
Como te decía arriba, sabiendo que en nuestras cestas de la compra hay algunos productos que seguimos comprando envasados, este tipo de marcas nos dan la oportunidad de hacer un cambio.
Por ejemplo, si consumes leche prueba una de estas marcas; o hazlo con un tarro de verduras cocidas, o con una conserva de pescado, o de mermelada, o con un tahine. Como te pasa con cualquier otro producto, quizá uno te guste y otro no, pero podrás decir que lo has probado y, en su caso, porqué no lo has comprado de nuevo.
Desde mi experiencia te cuento que he encontrado productos riquísimos entre las marcas desconocidas que he comprado, y que casi siempre he repetido.
¡Cuéntame!
¿Les has dado una oportunidad a estas marcas?
¿Las encuentras con facilidad en las tiendas de tu zona?
¿Cuál es ese producto de marca desconocida con el que has alucinado de lo mucho que te ha gustado?
Holaa!
Pues cerca de mi casa hay una tienda, que se llama «La Tejedora mercado social» que se dedica a vender productos ecológicos y/o de cercanía. Por ejemplo, venden cosméticos de una chica de la ciudad que los fabrica ella misma ( su champú sólido es el que utilizo y me encanta). Por otro lado también tienen productos de limpieza de una asociación de discapacitados psíquicos. Ellos fabrican productos biodégradables y sus envases son retorna bles!!! Bueno, y todo lo que vende esta tienda es del estilo. Me gusta mucho y creo que hacen una gran labor.
¡Hola, Elia! Es cierto que esa tienda hace una labor estupenda, acerca a pequeños productores y compradores, ¡me encanta!
Es genial que la tengas tan cerca. Gracias por compartir ejemplos como este. Un abrazo,
Hola Irene!
Pues estoy de acuerdo. La publicidad nos hace tan familiares unas pocas marcas que no tienen porqué ser las mejores. Marcas como Nestlé que aparecen de cuando en cuando en los medios por sus practicas empresariales y de barbarie y tras un pequeño Ohhh en las redes sociales apenas nacen mella en sus ventas. Esta visión de túnel cómoda no nos hace ningún bien. Reconozco que a veces me influye, sobretodo cuando no lo pienso bien y voy en automático.
Gracias por ponerlo de relieve 🙂
Un abrazo!
¡Gracias por tu comentario, Amelia!
Es verdad que cuando no reflexionamos nuestras compras caemos en lo conocido. Soy consciente de que a veces no tenemos todo el tiempo que queremos para comprar, pero conviene saber que hay otras opciones.
Me alegro de que te haya gustado este artículo.
Un abrazo 🙂