Imagen: Pippalou
Calor, calor y más calor. Es lo que nos ha traído el mes de julio, al menos en el centro de la Península. Yo me he pasado el mes sudando la gota gorda porque el calor me hace sentirme fatal: quizá por eso adoro el otoño y el invierno.
Es habitual que durante los meses de más calor saciemos nuestra sed con refrescos y bebidas varias, de esas con botellas de colores y anuncios que enganchan. Pero hay vida más allá de las bebidas azucaradas y de las gaseosas; puedes beber algo fresco sin ingerir cuatro cucharadas de azúcar de un trago. Palabrita. Y en este artículo te doy unas cuantas ideas….