Es triste asomarse por la ventana y ver los colores del atardecer. Al menos desde mi ventana se aprecian ahora con una cierta tristeza. Lo es porque se ve una capa encima de los edificios. Y se ve desde lejos sobre todo, aunque de cerca yo ya lo noto en el aire. Es duro seguir pensando que ojalá llueva, y seguir viéndolo en las noticias, y ver cómo conectan con las distintas cuencas de España para ver en qué nivel están…
Me veo tentada a salir al parque y hacer la danza de la lluvia. Te lo prometo. Con los tiempos que corren igual nadie pensaba que estoy loca de remate.
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