Si las abejas desaparecieran de la Tierra,
a la humanidad le quedarían sólo cuatro años de vida.
Esto lo dijo Albert Einstein hace cincuenta años.
Las abejas aún no se han extinguido de la faz de la Tierra, pero este ya es el segundo año que yo escribo sobre el tema, y eso me preocupa.
Hace unos meses publiqué un artículo sobre la crisis de las abejas. Desde entonces han cambiado pocas cosas en lo que a ellas se refiere, quiero decir que siguen tan en crisis como cuando empecé a leer sobre el asunto, y a veces van a peor.
Aproximadamente el 80% de los cultivos europeos dependen de la polinización de las abejas, lo que significa que sin su labor no sería posible contar con ese 80% de alimentos. Sin embargo en nuestro continente hemos asistido a un declive enorme de la población de estos insectos polinizadores: más de un 25% en 30 años. Esto, que parece paradójico, es el resultado de algunas técnicas de cultivo poco respetuosas con el medio, como los monocultivos, la introducción de especies no autóctonas o el uso y abuso de pesticidas.
Las abejas y los pesticidas
Una de las cosas que te contaba en el artículo sobre la crisis de las abejas era que buena parte del síndrome del colapso de las colonias que se está produciendo se debe al uso de ciertos pesticidas en la agricultura. La palabra clave a memorizar es neonicotinoide, un tipo de sustancia derivada de la nicotina que actúa en los organismos de las abejas como un neurotóxico y que está causando buena parte de su descenso de población.
Hace unos días, mientras buscaba documentación actualizada para este artículo, me encontré con una noticia que hubiera preferido no leer. Un estudio ha demostrado recientemente que las abejas se han acostumbrado tanto al uso de estos productos que ahora mismo son incapaces de distinguir si el néctar tiene o no pesticidas con neonicotinoides; es más, muestran preferencia por el néctar que los contiene. Esto agrava su problema, pues en el caso de que tuvieran a mano cultivos ecológicos y cultivos convencionales para polinizar elegirían los segundos y sus pesticidas.
Las abejas en España
Mientras no mencione lugares, ni países, ni nombres propios, parece que todo se queda en un limbo en el que aún podemos encogernos de hombros. Sí, esto está pasando, lo dicen los científicos, pero… no lo veo.
Siento decirte que podrás encogerte de hombros poco tiempo más. En febrero de 2015 Greenpeace alertaba con este artículo sobre la muerte masiva de abejas en Murcia, uno de los lugares con más tradición de cultivo de árboles frutales en España. Se perdieron 140 colmenas completas. La causa de la muerte: el uso de pesticidas.
Aunque suene paradójico, un sector que depende en el 70% de la labor polinizadora de las abejas sigue usando pesticidas y perdiendo colonias. Parece que hace falta un cambio hacia otro tipo de agricultura…
Algunos pasos para salvar a las abejas
¿Qué puede hacer una urbanita como yo en un mundo como éste? ¿Qué será eso que puedo hacer para salvar a las abejas? ¿Cómo voy a ayudarlas si no tengo cultivos, si ni siquiera tengo una terraza con un par de macetas?
Siempre puedes hacer algo. Si estás de acuerdo conmigo en esto estás en el lugar correcto.
Desde que publiqué el artículo sobre la crisis de las abejas he ido recopilando información extra sobre el tema. Aquí te la dejo para que sigas aprendiendo:
- En primer lugar, no puedes perderte More Than Honey. Esta película documental es fundamental si quieres saber más sobre la crisis de las abejas, sobre los problemas a los que se enfrentan las colonias y cómo las estamos tratando al primar los cultivos convencionales rápidos y baratos.
- Cambia el chip y ve pensando en la agricultura ecológica o sostenible. Reflexiona por qué siempre buscamos las gangas en los productos de consumo, la rebaja, el ofertón: para tener algo bueno en la mesa hay que pagar un precio, pero para tener algo barato… ¡también! Quizá no puedas asumir una compra entera ecológica, pero cambiando tu mente y pensando en ella llegará un momento en que te chirríen las cosas que ves y empieces a cuestionártelas. ¡Ese es el objetivo!
- ¿Miel? Que sea de la de verdad. Seguro que puedes permitirte elegir la miel que consumes. No solemos consumir tanta como para mirar el ahorro que supone un bote u otro, por eso, igual que hacía con el azúcar y el café cuando hablaba de mis ideas para un 2015 más sostenible, te animo a que empieces a consumir mieles de calidad, que respeten a las abejas y que te ofrezcan confianza (la confianza de saber que no estás consumiendo agua con azúcar).
- Si no eres tan urbanita como te decía arriba siempre puedes echar mano de estas 10 maneras de ayudar a las abejas en tu huerto o jardín.
Habrá que cuidar de las abejas. Pero reconozco que la miel no me gusta…
Besotes!!!
Vaya, Margari… bueno, en ese caso seguro que hay otras muchas cosas que puedes hacer para colaborar. Un abrazo, y gracias por esfuerzo de pasarte por aquí, con todo lo que tienes que estudiar.