Mi móvil tiene un año de vida. Un año desde que cambié aquel aparato que llamaba y recibía mensajes de forma más que digna por un smartphone que hace de todo.
Estoy contenta con él porque me permite hacer mil cosas sin encender el ordenador, desde contar la última chorrada a mi hermana en forma de mensaje instantáneo hasta hacer una transferencia de dinero. Y eso es estupendo para mí, porque paso poco tiempo en casa.
Pero parece ser que mi compañía de teléfono no se puede creer que después de un año no quiera cambiar de móvil…
En menos de dos meses he recibido dos impactos publicitarios del siguiente calibre:
20/02/2015: «Usted elige por ser cliente: renueve su móvil por un [nombre del teléfono] por X euros con una tarifa o por X euros 100% libre, sin compromisos ni ataduras».
27/03/2015: Asunto: Renueve su smartphone. «No pierda la oportunidad de renovar su smartphone a un precio increíble. Llévese un [nombre del aparato] por sólo X euros»
Esto sin contar los que me han ido mandando con anterioridad, más el de «El día del padre regale un smartphone para estar conectado con quien + quiere» y el que decía «El día de la Madre llévese un [nombre del aparato] liberado por X €».
Digamos que desde febrero he recibido un total de unos cuatro impactos para que cambie de móvil. Impactos directos, con SMS dirigidos a mi número personal. Afortunadamente no he recibido llamadas para que me lo cuenten de viva voz (como le sucedió la semana pasada a mi compañera de trabajo).
Imagino que el bombardeo también te llega a ti, independientemente de los años o meses que tenga tu móvil, porque las compañías saben bien que un día pensaremos que nuestro aparato tiene que ser reemplazado por otro mejor (es lo que se conoce como obsolescencia psicológica, la nueva hermana que le ha salido a la obsolescencia programada).
Así que como justo ahora hace un año que tengo mi teléfono me ha dado por pensar si no habrán saltado las alarmas en mi compañía telefónica al ver que mi móvil sigue siendo un modelo inteligente pero modesto, y que no he llamado para pedir uno con más prestaciones.
Por eso hoy quiero dejar claro que yo estoy muy contenta con mi móvil actual y no creo que tenga que renovarlo, y estas son mis razones para pensar así.
1. Sólo tiene un año de uso y, aunque intenten hacérmelo creer, no es ningún dinosaurio
De acuerdo, cuando lo estrené ya no era un modelo puntero, pero estaba nuevo, aunque no fuera el más nuevo de todos los diseños. ¿Con un año de uso se ha hecho inservible? ¿O es que en un año han sacado tantos últimos modelos que el mío ya ni se recuerda?
2. Funciona, y funciona bien
Hasta el momento no me ha dado ningún problema con lo fundamental: comunicarme con la gente que quiero y con la que necesito compartir alguna información. ¿Qué más puedo pedir? Es cierto que carga las webs y la bandeja de entrada del correo con más lentitud que el de otras personas de las que tengo cerca, pero ¿no es eso una preocupación absurda? Bastante es que pueda leer blogs o periódicos esperando al autobús… me parece a mí. Aunque tarde un poquito más en cargarlos.
3. No tengo necesidad de llevar un ordenador del Pentágono en mi bolso
Este móvil me da acceso a mucho más de lo que yo necesito. Aunque mire el correo con asiduidad, porque paso mucho tiempo fuera de casa, y aunque actualice alguna red social con él, no tengo muy claro que esas funcionalidades sean de vital importancia. Si no lo hiciera en la calle lo haría al llegar a casa, aunque fuera más tarde. Como no soy ninguna alta ejecutiva de la que dependa la civilización que hoy conocemos puedo permitirme el lujo de no contestar un correo al instante.
4. No quiero contribuir a generar basura electrónica por que sí
Los vertederos llenos de basura digital me preocupan. Y no sólo por el tema medioambiental, que ya es bastante, sino también por la vertiente humana. Muchos de los aparatos electrónicos que tiramos a la basura se revenden a países del Tercer Mundo para que allí los reparen y les den uso de nuevo. El resultado no es el esperado, y al final los contenedores de basura acaban en enormes vertederos donde muchas personas, incluidas niños y niñas, acaban rebuscando en la basura en busca de materiales que puedan revender. A veces se hieren en esa búsqueda, y pueden contraer enfermedades por la toxicidad de los materiales. ¿No es tremendo?
5. No quiero ser parte de ese grupo de personas que cambia de móvil por causa de la moda
Prefiero ser de las que disfruta de la tecnología que tiene al alcance de la mano sin perjudicar a propósito a los demás. Ya estoy en la rueda del siglo XXI, en su dinámica y en la dinámica de comunicación imperante. De ahí a cambiar de móvil como de camisa… ¡ni hablar!
Como somos seres que piensan tenemos en nuestras manos reflexionar antes de hacer algo. La misión de las compañías que nos venden aparatos electrónicos es hacer que compremos más, es lógico. Pero nuestra misión debe ser comprar cuando lo necesitemos.
Yo he puesto el ejemplo del teléfono móvil porque los mensajes que he recibido son completamente reales y me han hecho pensar sobre la obsolescencia psicológica, pero hay muchos más sectores económicos que llamarán a tu puerta para que compres algo nuevo que dirán que es mejor que lo que tienes. No hay problema, ese es su trabajo, el tuyo es discurrir si necesitas comprarlo o no, si de verdad tienes que adquirir otro nuevo aparato o si es que la moda o la tendencia social te ha llevado a pensar que lo necesitas.
Estas son mis razones para no cambiar de móvil todavía.
¿Te has planteado esto cuando has cambiado de teléfono?
Si has decidido quedarte con el que tienes, ¿cuál ha sido tu razón para hacerlo?
¿Tienes alguna experiencia parecida quieras compartir?
Soy de las que no compra hasta que el aparatito ya no funcione, así que a mí estas campañas no me afectan mucho. Con tener un móvil para llamar, que me llamen y para algún mensajito, me conformo. No quiero más ni necesito más. Que luego no me entiendo con el móvil!
Besotes!!!
Gracias por tu comentario, Margari. Parece que somos raros los que no seguimos modas tecnológicas, pero en realidad somos muchos, cada vez más. Un abrazo,
Hola, lo de la obsolescencia psicológica me encanta! en el sentido del término, no digo que me guste que exista. La verdad es que entiendo que las compañías quieran vender cuanto más mejor pero llegan a acosar con tal de conseguir su propósito y además, como tú dices, esos cambios hechos solo por moda generan grandes problemas en el medioambiente.
Además de las compañías que nos hacen pesar que necesitamos un cambio, también están las personas cercanas que no entiendes que no quieras cambiar de móvil si tiene más de tres años. Pero bueno, si lo piensas luchar por tener el último modelo es una carrera perdida, siempre saldrá un modelo «más actualizado» y al final pagaremos la factura mediambiental entre todos.
Un saludo
Hola Isabel. Efectivamente, muchas veces es más complicado «luchar» con la gente cercana que con la publicidad.
El concepto de la obsolescencia psicológica es fascinante, la verdad es que sí; porque eso de saber que el fabricante hace los productos obsoletos nos hace pensar que nosotros somos inocentes, pero cuando todo está en nuestra cabeza la cosa cambia, ¿verdad?
Un abrazo,
¡Totalmente de acuerdo! Mi móvil ya tiene 2 años y medio, un par de golpes (nada grave) y lo usaré hasta que deje de funcionar por completo… a pesar de que las actualizaciones de Software cada vez hacen que sea más lento (estrategia del fabricante, obvio).
Lo del «ordenador del pentágono» me parece clave. La mayor parte de las funciones «nuevas» que ofrecen los nuevos productos son cosas que ni siquiera necesitamos, o que nos seducen pero al final no usamos nunca. Yo he llegado a tener el móvil lleno de aplicaciones que hasta se me olvida para qué son. Hace poco hice una «limpieza» y lo dejé con lo esencial.
¡Saludos! 🙂
Me alegra que compartas esta visión conmigo, Mariana 😀 Efectivamente, nos han creado muchas necesidades que no son reales. Cada uno tenemos que saber lo que necesitamos para no entrar en el juego.
Un abrazo,
Nunca he entendido a la gente que habla con orgullo de que cambia de móvil cada X meses, desde el principio de los tiempos he tenido a mucha gente así alrededor y no lo entiendo. (Y tampoco entiendo a la gente que no lo cuida y se le cae 3 veces al día).
Mi móvil tiene algo más de un año y sustituyó a uno que había llegado a la demencia y había perdido miembros como alguna tecla, no por golpeado sino por usado. Lo tenía ya 5 años y sinceramente, cuando dejó de funcionar intenté lo imposible, hasta mi pareja lo abrió y me aseguró que iba a arreglármelo con un par de piezas nuevas. Esas personas a las que no entiendo me miraban con burla y se avergonzaban de que sacara mi móvil en la terraza de un café… ¿porqué? Yo estaba orgullosa, hasta que el tío me hizo el feo y pasó a mejor vida… Hasta entonces había logrado evitar los smartphones y ahora tengo que luchar por recuperar mi tiempo cuando me quedo enganchada con el móvil en las manos… 😉
Yo creo que he sido tan decididamente cutre con ellos que dejaron de molestarme con esos anuncios para que me compre uno, además de que me salí de las grandes compañías y estas más modestas te dan menos la paliza.
Este me tiene que durar más de 5 años, con o sin obsolescencia… Irene, ¿a ti cuanto te va a durar el tuyo? 🙂
¡Gracias por este comentario, Amelia! Tu historia con tu móvil antiguo me suena 😉
Se parece mucho a la mía, pero más aún a la de mi chico, que hasta hace un par de meses no ha cambiado de móvil (muy a su pesar y tras muchos intentos técnicos para no hacerlo, he de decirlo).
Respondiendo a tu pregunta… intentaré por todos los medios que el mío dure también esos 5 años, o los que tenga que durar, pero que no sea yo la que lo cambie por capricho.
Un abrazo,
Hola Mariana!
Hace poco que te he descubierto y la verdad que me encanta tu blog!!
Estoy completamente de acuerdo con todo lo que dices y yo también aspiro a llevar una vida más respetuosa con el mundo que nos rodea. En cuanto al tema del móvil, cada vez me niego más a descargarme aplicaciones nuevas (sobre todo esas que nos conviertene en zombies). Incluso me estoy planteando la posibilidad de prescindir de él cuando el que tengo ahora pase a mejor vida. La verdad es que aún no lo he decidido. Con la obsolescencia programada, creo que me queda alrededor de un año para pensármelo.
No sé si después de tantos meses leerás mi comentario. Sólo quería llamar tu atención sobre algo que considero un motivo más importante que cualquier otro: el coltán. Te invito a que leas este post en el que se cuentan muchas de las atrocidades que se viven en la República Democrática del Congo, en relación a este mineral con el que se fabrican piezas de nuestros móviles y algunos aparatos tecnológicos.
http://mujeresdelcongo.blogspot.de/2014/07/minerales-de-sangre-en-tus-manos.html
Gracias por tu blog
Hola Irene, ya han pasado varios años. Me gustaría saber si aún continuas con el mismo celular.
Saludos
Hola, Rodrigo.
El móvil del que hablaba en este artículo de 2015 dejó de funcionar en octubre de 2017.
Entonces me compré uno de segunda mano y todavía es el que uso, aún no he tenido ningún problema con él.
Te lo cuento todo en este otro post >> https://larecolectora.com/ventajas-aparatos-electronicos-de-segunda-mano/
Un abrazo,
Hola. 😀 Saludos desde Guatemala. Leí por primera vez este artículo poco después de haber sido publicado y es mi artículo favorito. Leí el otro de «Más razones para no querer cambiar de móvil» y esperaba un tercero pero creo que no se ha dado. He leído este mismo artículo muchísimas veces. Me encantan los teléfonos pero siempre lucho conmigo mismo para no caer en el consumismo y no comprar uno tan seguido. Mi móvil funciona bien, hace lo que necesito pero la publicidad y los diseños tan bonitos que nos ofrecen cada año me atrae muchísimo. Así que regreso a este artículo y me vuelvo a negar a gastar en otro móvil que no necesito. Agradezco mucho a Irene por el artículo.