Retorno de envases: el «antes»

Retorno de envases: el antes. Aprender de lo que hicimos siempre

La semana pasada te conté qué es lo que se entiende ahora por el retorno de envases, es decir: qué es lo que debes entender cuando hablan de ello en prensa y telediario.

Lo que sucede es que esas palabras se llevan usando mucho tiempo pero no siempre han tenido ese significado.

Antes el retorno de envases era algo distinto.

Y yo pregunto: ¿es retornable?

Yo soy de esas personas que no deja pasar la oportunidad de tener algo bonito en casa, venga de donde venga. Una de las cosas que más me gustan son las botellas de algunas bebidas a las que se puede dar uso de muy diferentes maneras.

Tengo en casa una botella de cristal que es mi jarrón (aunque nunca tenga flores); también tengo una botella de vino que venía con tapón de rosca, y me pareció tan estupenda en el restaurante que pensé «cuando tengas tu propia casa te viene genial», y me la llevé; también tengo botellitas de un conocido batido de cacao porque me parecen únicas; y alguna que otra botella de zumo que me sirve para transportar caldo o gazpacho en mi bolsa de la comida, porque todos los días como en la oficina.

Según estaba enumerando al escribir me he dado cuenta de que puedo parecer una especie de loca de las botellas, y puede ser. También lo soy de los tarros, no te creas.

Lo que pasa es que cuando las veo en el restaurante o en el bar y me enamoro de ellas lo primero que pregunto es: ¿es retornable?

Y cuando me dicen que no es cuando pregunto: ¿te importa si me la llevo?

En este artículo te cuento en qué consistía el retorno de envases hace años.

No se trata de un artículo nostálgico, sino de que aprendamos de lo que hemos hecho siempre para desaprender nuestra cultura del usar y tirar.

¿Qué era un envase retornable?

Según se entendía antes, retornable era todo aquel envase que iba a volver a ser utilizado para el mismo propósito que tenía en un principio. Tras una serie de procesos de limpieza y esterilización se volvía a usar.

Seguro que lo has pensado ya, o te has dado cuenta: estoy hablando de envases de vidrio.

Hace décadas no existía el desenfreno de envases que tenemos ahora. Ni en cantidad ni en la calidad de los envases, porque imperaba el cristal para bebidas y la lata para conservas de alimentos, y en mucha menos medida el plástico para según qué cosas.

La mayoría de bebidas que se comercializaban hasta el último tercio del siglo XX venían en envases retornables. Las botellas de leche, de vino, de gaseosa, de refrescos y otras bebidas se devolvían al tendero o se reutilizaban directamente en el ámbito familiar.

¿Cómo funcionaba el retorno de envases?

Hace años cualquier conocido refresco tendría un esquema de retorno de envases de esta forma:

  • el consumidor compraría una bebida o la consumiría en un establecimiento o en su casa;
  • en ese punto de distribución se almacenarían los cascos de todas las botellas consumidas,
  • posteriormente todas esas botellas se devolverían al fabricante obteniendo descuentos y precios según lo que acordaran entre los dos;
  • Tras los pertinentes procesos de limpieza la botella o el tarro volvían a usarse de nuevo.

En otros casos las botellas o tarros eran de uso familiar; no se devolvían, sino que se rellenaban de nuevo con el producto cuando se iba a la tienda. En ocasiones también se trataba de envases que se tenían por haber hecho un depósito de dinero en la tienda; en un momento dado el envase se podía devolver y recuperar ese dinero.

Retornable vs. Reciclable.

Como te he contado antes, siempre pregunto si el envase que me gusta es retornable. Esta es la cuestión fundamental.

¿Por qué lo pregunto? Por que si el envase es retornable lo dejo en el bar o en el restaurante. Eso quiere decir que ese negocio va a devolverlo al comerciante o al representante que se lo vendió, y que comprará otros rellenos. En España esto se ha conocido siempre como «devolver el casco».

Ahora hay pocos negocios que funcionen así, y menos aún en el caso de las bebidas y refrescos más conocidas.

La mayoría de las veces me dicen que me lo puedo llevar porque lo van a reciclar. Otras veces me dicen que sí, que retornan, que lo llevan al contenedor de vidrio. En ambos casos entiendo que lo reciclan simplemente (si es que la palabra “simple” puede aplicarse en este contexto).

¿Qué ventajas tiene frente al retorno “moderno” de envases?

La semana pasada hablé del retorno de envases tal y como lo estamos entendiendo ahora mismo. En prensa y en medios de comunicación la definición de retorno de envases ha cambiado mucho desde los años de la gaseosa y del botellín de cerveza.

Por supuesto que estoy a favor de esta nueva forma de recoger los residuos, pero la semana pasada ya te comenté los que yo considero que son algunos de los puntos flacos de ese (futuro y posible) nuevo sistema.

Sin embargo encuentro que el retorno de envases “a la antigua” tiene ventajas mucho mayores para el medio ambiente y para nosotros.

  • Devolver un envase para volver a usarlo es más eficiente para el planeta. Devolverlo implica lavarlo y volver a usarlo, mientras que tal y como lo estamos entendiendo ahora mismo se trata de otra forma de separar y reciclar. Reciclando el vidrio, lo cual está muy bien, se ahorran materias primas, pero se ahorra aún más (en energía y en procesos productivos) si no hay que producir de nuevo una botella, sino lavarla simplemente. Teniendo en cuenta que el coste del transporte del residuo hay que hacerlo igualmente, mejor lo hacemos bien, ¿no?
  • Las empresas que utilizan el sistema del retorno de envases se encargan de reciclarlos una vez que han alcanzado X reutilizaciones, según las normas de cada una. Aunque el final de la botella o el tarro sea ser reciclado, no es lo mismo llegar a ese final tras un solo uso que después de 30. ¡Sigue siendo más eficiente!
  • Es muy posible que este sistema también repercutiera en el precio de los alimentos y bebidas que consumimos. En este caso estaríamos ante la misma situación que con el sistema de retorno de envases más actual: pagaríamos el producto, no el envase; o una parte proporcional del envase.

Si la semana pasada te invitaba a pensar en reciclaje y en sus procesos, hoy te invito a que vuelvas la vista atrás y que pienses en lo que te contaban tus abuelos. Piensa si no es más efectivo retornar, reutilizar hasta que sea posible y en la medida de lo posible, en vez de reciclar siempre y pensar que en eso está la solución a todos nuestros problemas.

¡Cuéntame!

¿Te han contado tus abuelos alguna anécdota que tengan con este tipo de envases?

¿Participarías de una forma de consumo como esta, en la que se utilizaran envases retornables?

50 comentarios

  1. Hola! Llevo tiempo dándole vueltas a este viejo sistema de retorno. En otros países sigue funcionando así. Como en Holanda con sus botellines de cerveza. Me gustaría poder incentivarlo en mi comunidad. Un saludo

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