Una de las mejores enseñanzas que hemos sacado de la última década, o quizá del último par de décadas, es que separar los residuos que generamos ayuda a que vuelvan a la vida cuando se reciclan, y a gestionarlos mejor cuando no se pueden reciclar.
Sí, estoy de acuerdo contigo en que la mejor de las filosofías de vida que podemos practicar es la que ahora se llama zero waste, es decir, la que minimiza el desperdicio y la basura que se genera.
Pero muchos de nosotros estamos lejos de conseguir los logros de aquellos que llevan la teoría a la práctica. Hemos reducido mucho la basura que generamos, e intentamos hacerlo de nuevo cada día para alcanzar la meta de no producir basura, pero el cubo sigue llenándose de residuos varios y (por eso escribo este artículo) algunos de ellos nos dan quebraderos de cabeza, porque no sabemos en qué contenedor tirarlos o si se pueden tirar a alguno.
En las aceras de nuestros barrios podemos encontrar contenedores de envases, de vidrios, de papel, de pilas (fundamentales, por que el reciclaje de las pilas es importantísimo para el medio ambiente), incluso algunos de aceite y, por último, los de residuos sólidos, es decir, de todo lo que no cabe en ninguno de los anteriores. Pero, ¿dónde metemos todo lo demás?
En nuestra vida diaria se dan casos que no está previstos en esos cubos que tenemos a mano y que requieren soluciones específicas. Las bombillas que se funden, una grapadora que se estropea, los pequeños electrodomésticos que dejan de funcionar… tirarlos en el contenedor de residuos sólidos es un error porque acabarán en un vertedero contaminando la tierra ahora y para futuras generaciones.
Para eso están los puntos limpios.
¿Qué es un punto limpio?
Es un espacio pensado para separar al máximo los residuos fomentando la recogida selectiva entre los habitantes de las ciudades, y para gestionar debidamente todos aquellos que requieren precauciones especiales.
Pero es que además cuenta con contenedores en los que también se recogen aquellos residuos que podemos depositar en la calle, como el vidrio o el papel. Por eso, si tienes que hacer una visita a un punto limpio para dejar alguna cosa puedes aprovechar el viaje.
Resumiendo, es una especie de oasis donde puedes separar todos los residuos que quieras reciclar.
En la web de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) existe un buscador de puntos limpios en el que podrás consultar cuál es el que está más cerca de tu casa (es sólo para el territorio español, pero si me lees desde otro país me encantará conocer si allí también tenéis algo parecido).
Como yo soy madrileña te cuento que en nuestra ciudad también contamos con una red de puntos limpios móviles: se trata de camiones de recogida selectiva que permanecen un par de horas en puntos determinados de la ciudad y que acercan, aún más, la debida separación de residuos a los ciudadanos. Puedes consultar aquí los puntos limpios móviles de la ciudad de Madrid, por si acaso no pudieras ir a los puntos limpios fijos.
Yo creo en la separación de residuos
Yo creo, para empezar, que debemos intentar reducir al máximo los residuos que producimos en nuestras casas, de forma que cuando hagan las estadísticas de la basura que genera de media cada uno de nosotros no nos caigamos al suelo del susto.
Y después de eso creo en la separación de residuos. Sé que hay quien no piensa como yo pero creo que no hay más remedio que pensar así.
En primer lugar, todo lo que puede ser reciclado se recicla. De acuerdo, no en las proporciones que nosotros creíamos, sino en otras mucho menores (si no te lo crees echa un ojo a este artículo de Vivir sin Plástico sobre sus razones para comenzar su vida sin plástico); pero aún así todo lo que puede tener una segunda vida debe tener esa oportunidad.
Por otra parte tengo la esperanza de que los residuos más complicados (electrodomésticos, aparatos eléctricos, aceite de motor, etc) se gestionen correctamente, de la misma forma que tengo confianza en que la policía me proteja y los jueces respeten la ley. Igual piensas que eso no es mucho decir tal y como está el patio pero si no pensara así, ¿qué haría?
Sé, por ejemplo, que los residuos electrónicos de nuestro primer mundo acaban en los vertederos de ese que llaman tercer mundo, porque como creemos que la tierra se divide con fronteras en compartimentos estancos el hecho de que esos aparatos no contaminen lo que hay dentro de nuestro territorio legal ya es suficiente. Pero lo cierto es que contaminan nuestra tierra de la misma forma, solo que en otro lugar. Lo sé, pero te escribo desde un ordenador, y tú me lees desde otro.
¿Qué hacemos entonces?
- Reducir la basura que producimos.
- Luchar contra la obsolescencia programada y contra la obsolescencia psicológica, que es la peor de todas.
- Reparar en la medida de lo posible y siempre que puedas.
- Y una vez que no haya más remedio que ir al contenedor con lo que necesitamos tirar, separar debidamente y confiar en que quienes recogen eso lo gestionarán.
Cuéntame:
¿Utilizas los puntos limpios?
(¿Me cuentas cómo son el el país desde el que me lees?)
¿Qué opinas de la recogida selectiva de residuos?
Sí que utilizo los puntos limpios. Lo que cuesta a veces es, al menos en mi ciudad, saber en qué sitio se van a poner. Pero merece mucho la pena usarlos.
Besotes!!!
¡Hola Margari! Sería mucho mejor que los horarios y lugares fueran previsibles, de forma que se facilitara la recogida selectiva entre los ciudadanos. La visibilidad y la constancia también son importantes para concienciar… Espero que esto cambie con el tiempo y algún día me digas que ya sabes dónde los van a poner.
Un abrazo 🙂
Buenos días! Con los residuos tenemos un serio problema y la verdad es que toda concienciación es poca. Los puntos limpios son desde luego algo imprescindible. No sé cuánto hace que empezó a generalizarse su implantación, pero recuerdo que en la comarca en la que vivo se construyó hace algo más de una década; ¿a nadie se le ocurrió hacerlo antes?
Los puntos limpios tienen una cara b, y es que suelen ser instalaciones alejadas de núcleos de población y carecer de vigilancia. En varias ocasiones la prensa y la televisión se han hecho eco de cómo chatarreros o revendedores de cualquier tipo entran en los recintos y se llevan cosas, especialmente de electrodomésticos y electrónica, para venderlos al peso en desguaces o tratar de repararlos y venderlos. En materia de seguridad la administración tiene una asignatura pendiente aquí. En cualquier caso, merece la pena hacer uso de estos centros de recogida.
Mencionas también la reparación, y es cierto que cuanto más alargues la vida útil de algo, más tardará en convertirse en un problema a tratar, ideal este que trato de practicar día a día. Hace poco conocí una red a nivel internacional que promueve un proyecto muy interesante, los Repair Café. Cito de su web, http://repaircafe.org/:
“ La idea es que la gente traiga sus objetos rotos y los repare en el Repair Café con la ayuda de los expertos. Así todos los días hay algo nuevo que aprender. Y quien no tenga nada que reparar, puede venir a tomar una taza de té o café. o a ayudar a otros con su reparación. Incluso puede venir a inspirarse con nuevas ideas extraídas de los libros de reparación que encontrará en la mesa de lectura. “
Promueven por un lado la socialización (menos encerrarse en casa a darle al Facebook y más relacionarse cara a cara con la gente) y por otro que unos a otros se ayudan para lograr alargar la vida útil de las cosas.
Muchas gracias por el artículo. Un abrazo.
¡Hola LectorFiel!
Efectivamente la regulación de estos espacios de una forma más concreta es una asignatura pendiente de nuestros gobernantes. Lo que comentas de la entrada de gente para coger esos aparatos, repararlos y revenderlos (puede que no de forma honesta) es uno de los puntos en contra que tienen estos espacios… Una pena. Pero gracias por traerlo al debate.
Sobre el REPAIR CAFÉ… olé, lo compartiré en mis redes. ¡Gracias!
Un abrazo,
En casa siempre tratamos de reciclar todo lo posible, también reparar. Me parece buenísima esa iniciativa del punto limpio móvil. Es verdad que Madrid es mucho más grande que la ciudad en la que vivo ahora que es Las Palmas pero creo que eso sería estupendo en cualquier ciudad.
¡Pido un punto limpio móvil para cada ciudad, por favor!
Como siempre encantada de leer tus publicaciones, Irene.
Un abrazo.
¡Hola Nazaret! ¡Estoy de acuerdo contigo! El punto limpio móvil es una iniciativa MA-RA-VI-LLO-SA y deberían tenerlo todas las ciudades 🙂
Yo tengo la suerte de que todos los viernes para uno debajo de mi casa. ¡En serio! En Madrid tengo todo lo demás muy lejos, pero en esto soy una afortunada, sin duda. (Pero tú vives en Las Palmas… eso también es suerte, al menos para mí, jaja).
Un abrazo y mil gracias por pasarte y pararte a comentar,
se puede poner un punto limpio a lado de zonas deportivas e infantiles