17 ideas para practicar el consumo responsable en la oficina

17 ideas para practicar el consumo responsable en la oficina
17 ideas para practicar el consumo responsable en la oficina
Imagen de: PeopleCreations

A principios de este año recibí el correo de una lectora que quiere poner en marcha una campaña de reducción de consumo de papel en la oficina en la que trabaja. Se propone reducir un 40-50% de lo que consumen actualmente. Intercambiamos un par de correos en los que me dijo que, además, tenía el apoyo de sus jefes para implantarlo.

Tras esas conversaciones he decidido escribir esta entrada en la que voy a intentar contarte qué puedes hacer en tu oficina o lugar de trabajo para que tu comportamiento mientras estás allí sea igual de responsable con el medio ambiente que cuando estás en casa.

Como sabes yo también trabajo en una oficina. Desde hace 4 años llevo practicando estas acciones para hacer que el consumo de recursos fuera menor, al menos en mi puesto de trabajo. Creo, además, que en algunas ocasiones he llegado a contagiar a algunos de mis compañeros, que han comenzado a actuar así también.

Y es que el ejemplo cunde, no lo olvides.

Así que vamos a empezar por el consumo de papel, que es de lo que me hablaba la lectora que me escribió y que es el caballo de batalla de muchas oficinas del mundo.

Reducir el consumo de papel en tu oficina

He de decir, para empezar, que el correo que recibí me hizo una ilusión enorme. Este tipo de ideas y de iniciativas, y conocer a la gente que hay detrás de ellas, me dicen que aunque parezcamos pocos no lo somos en realidad, y que podemos actuar en tantos frentes como nos propongamos.

El papel y las oficinas… las oficinas y el papel.

No voy a ser una extremista en este aspecto porque por mi formación y por mi trabajo sé que hay cosas que no se pueden ahorrar. La factura electrónica, por ejemplo, funciona muy bien cuando somos personas físicas a las que nos pasan un recibo: muchos no descargamos ese documento.

En el ámbito empresarial, en cambio, ahorra costes a las empresas emisoras, pero no a las receptoras, porque tienen que imprimirla de todas formas, y además a su costa.

Esta documentación hay que guardarla en España durante 5 años y, aunque la digitalizaras, habrías tenido que imprimirla primero (hay razones varias para hacerlo, pero no quiero aburrirte).

La cuestión es que hay momentos en los que no puedes evitar imprimir o gastar papel, pero en otros sí o existen formas de reutilizar lo que ya has impreso. Y vamos a ellas, por que son las más interesantes.

#1 – Evita imprimir todo aquello que no tenga ninguna utilidad: e-mails con los que no tengas que trabajar, facturas que ya has impreso, documentos que no son versiones definitivas, o simplemente aquellas cosas que puedes apuntar en un par de líneas en tu cuaderno.

#2 – Siempre que puedas imprime a doble cara. Mucha gente dice que no es serio, que queda “mejor presentado” cuando se imprime a una sola cara. Yo, personalmente, no estoy de acuerdo, queda bien si está bien hecho… y si no, no hay quien lo arregle. Pero como no todo el mundo opina como yo he puesto arriba que lo hagas “siempre que puedas”. No quisiera que imprimieses a doble cara y luego tuvieras que imprimir de nuevo a una sola, gastando el triple de papel del que pensabas gastar en un principio.

#3 – Reutiliza todas las hojas impresas a una cara que puedas. Todo lo que no tenga datos personales o relevantes puede servir para imprimir papeles de trabajo antes de reciclarlos.

#4 – Siempre puedes hacer cuadernos con papel impreso a una sola cara. Sí, gastas una espiral, pero cuando terminas el cuaderno puedes reutilizarla para otro. Esto es algo que aprendí en mi primer trabajo, porque la persona que se encargaba de los servicios generales nos hacía unos cuadernos de trabajo muy bonitos, a veces con nuestro nombre en la portada y todo…

#5 – La misma idea de los cuadernos la puedes aplicar para hacer libretas más pequeñas cortando a la mitad o en cuartos, si tienes una guillotina de papel. Grapando las hojas en bloques finos puedes tener libretas para tomar notas de llamadas telefónicas, o tareas pendientes.

#6 – Cuando no se puede reutilizar el papel a una cara porque contiene datos sensibles, pícalo en la destructora de papel, y luego todo al contenedor azul de reciclaje.

#7 – Y lo mismo cuando ya hayas usado el papel por las dos caras: en las oficinas suele haber (y cada vez más) lugares donde depositar papel para reciclar.

#8 – Un comentario muy frecuente que oigo cuando se trata de reciclaje es que “al final se mezcla todo”. Si tienes la certeza de que quien se encarga de ello no recicla el papel, quizá puedas hacerlo tú mismo. Yo lo he hecho. En la oficina donde yo trabajaba antes hicimos un equipo de reciclaje, y cuando los contenedores que habíamos puesto estaban llenos, en la hora de la comida, llevábamos las bolsas de papel y cartón al punto limpio de la zona en la que trabajábamos. Ya sé que esto no está al alcance de todo el mundo, pero si tienes la posibilidad, ¿por qué no?

#9 – Y sobre todo, si ves que no se recicla y que no puedes reciclarlo tú, intenta reducir en la medida de lo posible tu consumo con todos los puntos anteriores. Todo el papel que no utilices será un papel menos que no se reciclará.

Otras ideas para una oficina “eco”

Pero no sólo voy a hablar de papel hoy… Parece que cuando hablamos de oficinas sólo pensamos en eso, y es una parte muy importante, pero no toda. Y a mí aún me quedan unas cuantas formas de llevar un consumo responsable en el lugar en el que trabajas.

Las oficinas son lugares que me preocupan a nivel de consumo, porque como no somos nosotros los que pagamos las facturas podemos tender a pensar que en esos casos reducirla no es prioritario. Recuerda siempre que tú y yo reducimos la factura porque es bueno para el planeta, sea quien sea quien pague.

[Tweet «Reduce tu consumo de recursos también en la oficina, aunque tú no pagues esa factura @ire_recolectora #ConsumoResponsable»]

Luces y electricidad

Además de mucho consumo de papel las oficinas consumen mucha energía eléctrica. Ahora mismo sin ella no funcionamos y nuestro instrumento de trabajo es un ordenador en casi todos los casos. Por eso es importante cuidar el consumo de energía igual que si estuvieras en tu casa.

#10 – Apaga las luces de salas de reuniones que nadie está utilizando, o de los baños, si es que las luces aún son manuales. Cuando no hay necesidad de iluminación, mejor apagar.

#11 – Apaga también la pantalla de tu ordenador cuando no vayas a utilizarlo durante un rato, por ejemplo, cuando entras en una reunión, cuando vas a tomar un café, cuando estás haciendo una tarea que no lo requiere, etc. La pantalla es una de las partes que más energía consume de todas las que tiene tu ordenador, así que simplemente dando al botón de apagado ahorras un poquito de esa electricidad. Cuando vuelvas a necesitar trabajar con él la enciendes de nuevo, y todo seguirá en su sitio, porque en realidad no has apagado el ordenador.

#12 – Apaga el ordenador cuando te vayas, siempre que no vayas a conectarte desde un escritorio remoto después (se dan casos, sí…). Lo que estoy diciendo es una obviedad, pero yo he visto muchos ordenadores pasar la noche en vela. Una cosa es que se te olvide un día, por alguna razón, y otra hacerlo por sistema. Si no vas a usarlo en remoto, apaga, y déjale descansar a él también.

#13 – Vigila la temperatura del lugar en el que trabajas. Aunque cada uno de nosotros tenemos una temperatura corporal distinta, y puede que las instalaciones en las que trabajamos sean muy diferentes, muchas veces es sencillo ver cuándo nos estamos pasando con la calefacción o con el aire acondicionado. Hay quien está a gusto en verano cuando puede llevar una chaqueta puesta, y en invierno cuando puede ir en manga corta, pero eso quiere decir que la temperatura no es la adecuada y que se está malgastando energía. Por ejemplo, si hace mucho calor es mejor cerrar radiadores antes que abrir ventanas. Seamos razonables, siempre.

En las oficinas también se come, y también se producen residuos

En nuestro lugar de trabajo pasamos muchas horas del día, ¡qué te voy a contar que tú no sepas! Así que es posible que allí comas, aunque sea un tentempié a media mañana, o un café… y eso puede generar residuos. Te propongo algunas acciones para que esos residuos sean menores.

#14 – Si en tu lugar de trabajo se separan residuos en el lugar en el que se come, aprovechalo y separa siempre, cuando acabes de comer y estés recogiendo. Y si no, es posible que no haya problema en empezar a hacerlo…

#15 – ¿Qué estás tirando en la papelera que hay junto a tu mesa? Un bote de yogur, un brick de zumo… quizá una parte de tu tentempié acaba en una papelera que no es correcta. Como te decía arriba, si tienes posibilidad de separar esos residuos, ¿por qué no te levantas en un momento y los colocas donde corresponde? Seguro que no te cuesta nada…

#16 – Puede que al final la basura que se produce en la oficina no se gestione correctamente, como pasaba con el papel. En esos casos, lo que yo haría es asegurarme de que llevo el mínimo residuo en mi comida: por ejemplo, pondría el yogur en un tarro y dejaría el recipiente en casa. De esa forma evitas llevar esos residuos a un lugar en el que sabes que no van a reciclarse.

#17 – Usa tu propia taza para las bebidas, incluso en las reuniones en las que se sirven cafés en vasos de usar y tirar. Si tú tienes la tuya no tienes necesidad de usar esos vasos para nada. Si no hay cocina en el lugar en el que trabajas siempre puedes enjuagarla en el cuarto de baño para que esté limpia. ¡Y otro residuo menos!


Como ves no se trata de cosas muy complicadas, son todos estos gestos los que, poco a poco, van sumando.

Yo he logrado juntar 17 y te prometo que ha sido por pura casualidad… no me he planteado que se tratara del año en el que estamos ni nada por el estilo. Es más, estoy segura de que me faltan cosas aquí, y de que podemos completar la lista con los comentarios.

¡Cuéntame!

¿Qué te parecen estas ideas? 

¿Me he dejado alguna? Comparte con nosotros lo que tú haces para consumir de forma responsable también en tu oficina. 

25 comentarios

  1. Muy buenos consejos todos. En mi caso siempre suelo usar los folios por ambas caras. Aquí no se tira nada hasta que no esté el papel bien aprovechado.
    Besotes!!!

  2. Capitán planeta!!!
    Ya sabes que a mí lo que más me gusta es hacer cuartillas con el papel usado , para coger todo tipo de notas, apuntes o recados. Incluso la lista de la compra!

    Un beso enorme

    1. ¡Aloha, capitana Debora! 🙂
      Cuánto papel hemos reciclado tú y yo… jajaja. Si esas cuartillas hablaran…
      Sigue con ello, ¿eh?
      Un abrazo enorme,

  3. Buenos días! Estupendas ideas! Añado otra.
    Me pregunto porqué en muchas oficinas, cada persona tiene su paperera. 15 trabajadores = 15 papeleras. Eso provoca que, hasta sin querer, terminemos no separando bien los residuos. Sería mucho mejor 3 papeleras para compartir en un despacho de 15 (a parte de los scontenedore específicos de papel y envases). Seguro que reciclaríamos mejor. Y a la persona encargada de la limpieza le haríamos un favor, porqué no tendría que apartar 15 papeleras para barrer.
    Saludos cordiales,

    1. ¡Hola, Núria! Muchas gracias por tu comentario. ¡Creo que sería una buenísima idea!
      Además… reduciríamos las bolsas de basura que se usan, porque muchas veces se cambian en papeleras individuales cuando no están llenas. Porque, ¿qué puede llenar una sola persona en un par de días?
      Un abrazo,

  4. ¡Muy buenas consideraciones sobre el ahorro de papel en la oficina! Nosotros creemos que, si bien es cierto que se trata de un material indispensable, también hay que hacer un correcto uso del mismo. Nosotros recomendamos siempre adquirir los accesorios o elementos necesarios para cualquier espacio de trabajo y llevar a cabo una optimización de los mismos.

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