¿Qué hacer con la despensa cuando todo se vuelve del revés?
¿Cómo seguir comprando alimentos de producción y envasado sostenible cuando atravesamos un momento de crisis?
¿Qué pasa con tu despensa sin residuos?
Antes de seguir quiero contarte que este artículo lo puedes leer ahora, que seguro que te viene bien en tiempos de virus, y también en otros tiempos de crisis. Por ejemplo, cuando tienes más trabajo de lo habitual, cuando tienes un bebé, cuando atraviesas un problema de salud y tienes que centrarte en lo importante, cuando tienes un periodo en el que debes cuidar de un familiar enfermo… Momentos de crisis hay muchos, y aunque yo no quisiera que pasaras ninguno, me temo que no puedo evitarlo.
Este artículo intenta responder a la pregunta: ¿cómo enfrentar el hecho de que, a lo mejor, con una de estas crisis, tu despensa no es la que tú soñabas?
La mayoría de tus residuos salen de la cocina
Si te fijas en tus bolsas de residuos verás que una gran parte de los que produces en tu casa provienen de la cocina. Es decir: el hecho de alimentarte y alimentar a tu familia es una actividad que genera la mayoría de los residuos de tu hogar. Puede ser que se trate de:
- residuos compostables (orgánicos),
- residuos reciclables (latas, vidrio, plástico de determinados tipos)
- o residuos que metemos en el contenedor de envases pero que no pueden ser reciclados (como son muchos tipos de plásticos, especialmente bolsas y plásticos ligeros que envuelven muchos alimentos procesados).
En este contexto es lógico pensar que, si hemos abastecido nuestra despensa para un tiempo de crisis, y hemos comprado con más envases de lo que acostumbramos, generaremos más residuos.
En un escenario de crisis es habitual comprar más comida envasada de la que compramos normalmente. Un momento así, sea el que sea, suele caracterizarse porque tenemos menos tiempo para abastecernos, o porque necesitamos que los alimentos duren sin tener que preocuparnos por ellos.
Los alimentos que cumplen nuestra necesidad de comprar deprisa y de que no se nos estropeen suelen ser alimentos envasados. (No me detendré a diferenciar productos elaborados de alimentos ultraprocesados, porque no es el tema de este artículo ni de este blog. Me refiero, en este caso, a cualquier alimento que se venda empaquetado).
Quizá en ese momento de crisis piensas que la vida te supera, que a veces lo hace, y has llenado la despensa de productos envasados de una manera u otra y de propiedades nutricionales diversas. Y te parece que nunca más podrás volver a tener una vida tan sostenible como te gustaría.
¿Te suena?
¿Te ha pasado en algún momento? Entonces sabes a lo que me refiero. Yo pasé por algo así en julio de 2019 (lo que se conoce como «Julio Sin Plástico»).
Tres pensamientos sobre despensas sin residuos en tiempos de crisis
Si ahora te encuentras en esta situación, puede que pienses que todo lo que has trabajado hasta ahora se ha echado a perder, que tus hábitos han vuelto al «antes» del que saliste tan orgullosa… esto es normal, pero veamos las cosas con perspectiva.
#1. Los hábitos son los hábitos, y esta crisis es una situación excepcional
Si has construido una serie de hábitos de consumo que ahora no puedes seguir, ten en cuenta que se trata de una situación excepcional. Tu vida no siempre es así, de hecho no siempre lo ha sido (y por eso ahora piensas que te estás fallando a ti misma y al planeta).
A veces, y solo a veces, no podemos hacer todo como nos gustaría. Y siempre, tirando a casi siempre, es imposible hacerlo todo perfecto.
No soy muy partidaria de hacer excepciones, tampoco conmigo misma, pero he de reconocer que hay momentos que son como son, y hay que tratarlos como tal.
Imagina, por ejemplo, que te vas de viaje. A lo mejor tu rutina de salir a correr a las 6 de la mañana es incompatible con el viaje que estás viviendo, pero saldrás a correr de nuevo cuando vuelvas a casa, a la normalidad.
#2. Sigue consumiendo como lo hacías antes, en la medida de lo posible
Siempre que puedas, elige comprar igual que lo hacías antes. Sigue leyendo las etiquetas, eligiendo producto de cercanía, priorizando la comida fresca si la circunstancia lo permite, evitando los envases innecesarios…
Por ejemplo, cuando yo necesito comprar comida envasada prefiero botes de conservas, reduciendo los envases de plástico y apostando por materiales reciclables. Y cuando no hay más remedio o no puedo encontrar nada mejor, compro con plástico porque, volviendo al punto #1, las crisis son situaciones excepcionales.
También puedes comprar «al por mayor» (es decir, un poco de más, para tener reservas) en tiendas a granel. Vas como siempre y te llevas más. Si puedes, hazlo; si te pilla lejos o la crisis te llega de sopetón (a mí, al menos, no suelen avisarme de que vienen) te aconsejo hacerlo todo lo mejor que sepas en ese momento.
Te cuento mi historia con el kilo de garbanzos que encontré en un conocido supermercado antes de la crisis del virus. Justo antes de todo esto yo me iba de viaje de trabajo (en una muestra de la sincronización perfecta de mi vida con la del mundo) así que hice un poco de compra en el supermercado que mejor me pillaba. Ese día no me dio tiempo a más, y para más inri, era domingo. Rebusqué hasta que encontré legumbre nacional en un stand lleno de marcas españolas conocidísimas, todas ellas con legumbres de importación.
Sí, venía envasado, pero era mi mejor opción porque era un producto de cercanía, y me alegré de comprar a una marca pequeña.
#3. Esto también pasará
Lo que quiere decir que llegará un momento en que todo vuelva a ser como antes. En mi caso, llegará un día en que coja de nuevo la mochila y me vaya a Granel Madrid a llenar la despensa de esos productos a granel que no encuentro en mi barrio. También volveré a comprar fresco cada semana en el mercado.
Sé que eso sucederá, porque es lo que quiero hacer, y te animo a que pienses como yo, ahora o en cualquier crisis que tengas en la vida. Cuando pase, volverás a tus hábitos de consumo, porque son los que tienes arraigados y porque esa es la forma en la que quieres comprar.
Algunas recomendaciones extra
Dicho esto, te dejo algunas recomendaciones para la compra, el consumo y el almacenaje de alimentos en un momento de crisis:
- Compra lo que necesites, pero no acapares demasiado. No sólo en tiempos de virus, sino en cualquier momento. Porque…
- … la comida es perecedera, aunque la compres envasada. Las latas duran años, pero otros productos envasados no, y el desperdicio de alimentos es una de las mayores lacras de este mundo. Imagina, además, lo que supone desperdiciar alimentos en momentos en los que pueden escasear (no deseo que pase eso, pero en algunas crisis podría suceder).
- Por eso, aunque vayas a mil por hora, revisa las fechas de caducidad y come primero lo que caduque antes, o lo que veas que va echarse a perder, si se trata de un producto fresco. A veces cuando llenamos la nevera no nos acordamos del limón solitario que queda al fondo…
- Aunque vayas corriendo, si puedes elige comercios de tu barrio, pequeños. En algunas ocasiones no es posible, pero a veces los tenemos a mano y no los vemos porque quedamos eclipsados por las grandes superficies, que parece que están ahí siempre, para nosotros…
Antes de despedirme quiero aclarar que, obviamente, no necesitas mi permiso para comprar lo que consideres conveniente en ningún momento. Y sé que siempre haces (hacemos) todo lo mejor posible.
Pero he pensado que este artículo podría servirte ahora para saber que, cuando esto pase, que pasará (sea lo que sea pasará), podrás volver a andar este camino que es la vida sostenibe y volver a tener esa despensa sin residuos que intentas tener en cada día «normal» de tu vida.
Cuéntame:
Además del momento actual, ¿has vivido algún otro momento de crisis personal en el que tuvieras que comprar más productos envasados de lo normal?
¿Cómo fue el momento en el que todo volvió a su cauce?
Felicitaciones por ¿Qué ha pasado con mi despensa sin residuos?
3 pensamientos para un tiempo de crisis artículo, es
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