Cómo lidiar con este mundo furioso

 

Esta entrada nace del pesar que siento al ver que la actualidad del momento me sobrepasa. Las situaciones que leo y veo son tan amargas que no puedo evitar sentir tristeza ante este mundo furioso. Escribo este artículo dejando a un lado todo lo que quería escribir para la nueva temporada. Lo escribo también porque creo que es urgente, muy necesario, y porque estoy muy triste y muy enfadada. No creo que escribir enfadada sea lo mejor que puedo hacer, si te soy sincera, pero he pensado que mejor voy a escribir y ya editaré luego. Que sea lo que Dios quiera…

Estoy muy triste por lo que estoy viendo en las noticias cada día. Estoy apenada por los miles y miles de personas que huyen de un país en conflicto para sobrevivir. Ni siquiera digo «para buscar una vida mejor», digo que huyen para que no les maten, y esto me toca especialmente el corazón. Aunque las dos situaciones sean muy duras, no es lo mismo emigrar que ser refugiado.

Durante mi máster me especialicé en derecho de asilo y refugio, hice mis prácticas en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y ahí he seguido trabajando como voluntaria durante algunos años. Te comento esto para que no pienses que te hablo por hablar. Lamentablemente mi carrera profesional no pudo seguir ese camino, pero en ese tema tengo algo de conocimiento y una parte muy grande de mi corazón.

Un refugiado es quien huye por que sufre persecución contra su persona, ya sea por motivos religiosos, étnicos, de índole sexual, por razones de violencia en su país, e incluso lo serán aquellos que huyan por motivos medioambientales (desgraciadamente cada serán más los refugiados de este tipo). Conviene tener muy presente que esa gente no se va de su país porque quiere, no sale de su casa para emprender la aventura de su vida porque quiera labrarse un futuro mejor, lo cual es muy lícito también. No: se va porque no le queda otra opción. Es importante saber esto y tenerlo claro para no caer en pensamientos equivocados respecto a ellos.

Y lo que veo cada día en el telediario me parte el alma, primero porque soy humana, y segundo porque sé la situación a la que esas personas se enfrentan y sé que lo que están pasando y lo que pasarán a partir de ahora los que sobrevivan será una situación muy difícil.

Ahora mismo eso es lo que ocupa las portadas porque nos atañe a los europeos, porque estamos preocupados, porque no nos venía bien que tantas personas intentaran entrar en esta Europa que hemos vendido como un lugar feliz en el que vivir. No sé hasta qué punto las personas que nos gobiernan van a hacer lo que realmente tienen que hacer con todos estos refugiados.

España tiene leyes al respecto y se ha adherido a convenios internacionales que regulan la aplicación en el territorio español del procedimiento de asilo; las enlazo no para que las leas detenidamente, porque entiendo que no a todo el mundo le guste leer una ley, sino para que les eches un ojo. Es importante que sepas que España ha puesto eso por escrito y lo ha firmado, para que luego puedas juzgar si hizo o no hizo lo que debía haber hecho.

Como te decía, ahora mismo es eso lo que ocupa las portadas porque nos incumbe y nos interpela directamente, pero Siria lleva años en guerra, no es algo nuevo aunque ahora se hable de avalancha humana y de que esto no se puede atender porque no estaba previsto.

Pero el drama de estas personas es sólo el plato que nos están sirviendo ahora mismo. En realidad el banquete de horrores es más amplio. El mundo es enorme y hay otros muchos conflictos que tienen eco aquí según haya más noticias o menos. Y también son conflictos y situaciones durísimas.

Hay sequías y hambrunas casi constantes en lugares de África, de las que sólo nos enteramos si la ONG de turno hace alguna campaña de pósters en las paradas de autobuses; hay niñas secuestradas, vendidas, violadas… no sigo por ahí, que me entristezco más; hay ataques terroristas casi a diario en distintas ciudades, y de esos nos enteramos si el lugar en cuestión fue destino de turistas españoles; hay niños trabajando en condiciones infrahumanas para satisfacer las demandas de consumo de un mundo que nunca parece tener suficiente (nunca es suficiente ropa, nunca es demasiado barata, nunca es una pantalla demasiado grande, nunca tengo suficientes prestaciones en mi móvil, etc). Y eso sin hablar de los desastres medioambientales, de las talas indiscriminadas, de las especies en peligro de extinción…

He empezado por los refugiados porque es lo que me ha hecho llorar esta semana, pero como ves hay tanto malo por el mundo que si me pongo a enumerar no acabo.

Desde la comodidad de mi casa, de mi calle, de mi barrio, de mi ciudad, de mi país, en el que afortunadamente vivo en paz, esto me lleva a la pregunta con la que empezaba el artículo: ¿cómo lidiar con este mundo furioso?

¿Cómo reconciliarnos con tanta muerte injusta, con tanta violencia, con tanto dolor?

¿Cómo ver esas noticias y seguir con nuestra vida, con nuestra cena o nuestro café, como si nada?

¿Cómo volver a pensar que lo que nos pasa es lo más importante del mundo?

¿Cómo no sentirnos unos hipócritas ante ellos y ante nosotros mismos?

He escrito todas esas preguntas de carrerilla. Me han salido solas. Expresan al 100% cómo me siento ahora mismo. Porque ahora voy a coger el coche y me voy a ir a una oficina a hacer mi trabajo, y una vez allí pensaré que la llamada de cierto cliente es lo peor que me ha pasado en el día, o que esto otro que me pide el jefe es lo más urgente del mundo; y cuando llegue a casa diré que he tenido un día regulín, y volveré agotada y me dolerá todo; y tendré que decidir a qué dedico las pocas horas que me quedan de tarde; y pensaré que apenas tengo tiempo para nada y que soy muy desgraciada… y cuando den las nueve y pongan las noticias en la televisión veré de nuevo esa cara furiosa del mundo. ¿Cómo vivir en ambas situaciones?

Si te soy sincera estoy intentado averiguar desde hace tiempo cómo puedo lidiar con este mundo que nos ha tocado y que a veces da mucho asco. ¿He dicho asco? Sí, iba a editarlo, pero mejor lo dejo porque es la verdad.

Es posible que te preguntes si desde tu posición vas a poder hacer algo de verdad, si podrás solucionar alguna cosa. Al menos yo me lo cuestiono casi todos los días.

La respuesta a esa pregunta, desde mi punto de vista, es sí. El mundo te necesita a ti, y me necesita a mí, con nuestra limitaciones, por todas estas razones:

  • Este mundo furioso necesita gente que crea firmemente en él, que no tenga ninguna duda de que puede cambiar, de que este puede ser un buen lugar para vivir. Por eso no conviene que me desanime ante estos (enormes) contratiempos y dificultades…
  • Este mundo furioso necesita urgentemente que le sanen desde lo pequeño, porque la paz se encuentra primero en el corazón de cada uno de nosotros, luego en cada casa que habitamos… y así es cómo va subiendo de nivel. ¿Es esto una utopía? Yo no lo llamaría así, más bien diría que cada persona es tan diferente de las demás que esto es algo complicado de conseguir, pero no imposible. La utopía es pensar que puedo arreglar los conflictos que me son ajenos y que están tan lejos sin arreglarme primero a mí misma.
  • Este mundo furioso tiene urgencia de mi, y de ti también: porque sin nuestras manos no va a ir a ninguna parte. Por eso siempre te animo a que colabores con una asociación que sea de tu gusto y preferencias, porque hay muchas formas de colaborar si de verdad quieres hacerlo.
  • Este mundo furioso necesita tu pensamiento crítico y tu compromiso. Necesita que te informes y leas todo lo que puedas, que no te vendan la moto, que no te hagan creer lo que no es. Necesita que tengas las cosas claras y que luches por eso que crees, que difundas sin miedo, que hables de esto y que mientras lo haces llames a las cosas por su nombre.
  • Este mundo furioso necesita que pensemos más allá, que por una vez en la vida no tengamos los pies en la tierra sino en el cielo, necesita nuestro sentido de la trascendencia y la espiritualidad. Yo lo llamo Dios, pero tú puedes llamarlo como quieras; yo lo llamo rezar, pero tú puedes llamarlo meditar, pensar, escribir… Sin esa espiritualidad corremos el riesgo de no encontrar paz nunca, porque lo que está pasando es incomprensible y no hay forma humana de entenderlo, ni de aceptarlo, ni de tragarlo.

Si también te has sentido igual que yo en las últimas semanas me gustaría que dejaras un comentario en esta entrada. Muchas veces me siento sola porque pienso que soy demasiado empática respecto a ciertas situaciones, pero seguro que no me equivoco si digo que a ti también te sobrepasa la actualidad, ¿verdad?

Dime qué piensas y qué sientes acerca del mundo. Entre todos, y poco a poco, es como tenemos que construirlo.

PD: como he empezado con los refugiados es de justicia que termine con ellos, porque la situación lo requiere. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha puesto en marcha un número de ayuda al que puedes enviar un SMS cuyo coste íntegro irá destinado a esta asociación. También hay otras organizaciones que se han puesto en marcha igualmente para hacer frente a esta crisis: si quieres ayudarles siéntete libre para colaborar con la que prefieras, todas hacen una gran labor con los refugiados. ¡Gracias!

14 comentarios

  1. Furiosa, triste, indignada… Es que es imposible sentirse de otro modo. Y como bien dices, no es el único problema de este mundo. Más bien nos estamos enterando porque nos afecta, que si no… Gracias por todos los consejos que das para ayudar. Toda ayuda es poca en estos tiempos. Pero si todos colaboramos, es una gran ayuda.
    Besotes!!!

    1. Gracias por tu comentario, Margari, y por compartir conmigo cómo te sientes respecto a este asunto. Como dices tú, creo que la palabra TODOS es la clave, es más que posible que no podamos terminar con esto de un plumazo, por más que nos unamos, pero si todos nos sentimos así ya me parece un comienzo. Un abrazo,

  2. Tus palabras me han tocado el corazon y me alegra saber que hay gente tan sensible al sufrimiento de los demas porque a mi tambien me pasa y a veces me siento sola rodeada de un mundo superfluo, el que a veces me atrapa y otras me intento escapar. Es dificil vivir en este mundo… cada vez mas aunque a veces veo a tantas personas que viven en su mundo egoista y casi las envidio porque aparentemente se ven felices sin preocuparse de nada solo de sus modelitos

    1. Hola Gemma.D, y muchas gracias por compartir conmigo tus sentimientos. Es difícil no envidiar a quienes viven a lo suyo, por lo felices que parecen, de hecho siempre se ha dicho que se es muy feliz viviendo en la ignorancia. Pero yo me pregunto, y seguro que tú también, si realmente podría vivir así… Por lo que me dices me da la sensación de que tú no, y yo me alegro por eso, porque prefiero compartir el camino con gente así.
      Un abrazo,

  3. Estoy de acuerdo contigo.Europa se mueve cuando tenemos el problema encima. Ocurrió igual con el ebola . Me ha conmovido tu artículo me ha hecho reflexionar . T

  4. Leyendo tu artículo me he sentido totalmente identificada. Esa sensación de tristeza y decepción absolutas que han oscurecidos los últimos días. Sobre todo, porque como dices, el bombardeo de noticias sobre el tema no implica que nada vaya a cambiar a corto/medio plazo. A veces tengo la sensación de que nos dejamos impresionar sólo «temporalmente» por determinadas imágenes o sucesos, y a los pocos días esa indignación desaparece enterrada por nuestras preocupaciones diarias.
    Lo que más me preocupa no es tanto la perdida de esperanza en que las cosas puedan cambiar, sino la pérdida de energía que este estado provoca en mí. Pierdo toda capacidad para cambiar algo, como dices, cambiar algo en nosotros mismos para luego influir en el resto. Doy por sentado que esos pequeños cambios no pueden mejorar la situación global. Todo me parece demasiado grande y demasiado complejo.
    Lo dicho, gracias por tus consejos y por compartir tus sensaciones.
    Un abrazo

    1. ¡Hola Sombra! Gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario. Me alegro si mis consejos y mi visión te han ayudado a verlo todo de otra manera. Yo creo que no podemos desanimarnos, por mucho que la realidad nos lleve a ello… Es cierto que todo esto es muy complejo y que no sabemos cómo acabará la cosa de aquí a un medio plazo, pero habrá que intentar que sea lo mejor posible.
      Un abrazo muy grande, y mucha fuerza 😉

  5. Me lo pensé mucho antes de dejar un comentario que quizás nunca vayas a leer pero no puedo quedarme sin decir algo.

    Pienso lo mismo que tu, o quizás muy parecido.

    Todos los días veo a las personas en este mundo vivir su rutinaria vida, hablando de política, de economía, del país, ect, ect… un día aparece la noticia de que miles de personas murieron en Siria por «x» grupo terrorista. La gente se lamente, reza, comenta algo y al día siguiente ve una nueva noticia, se le olvida la de ayer y así el ciclo sigue y sigue y sigue.

    No entiendo a las personas. Quiero hacerlo, y por eso al ver que hay otros que piensan como yo, que al parecer no soy la unica que piensa que algo esta mal en general y no que «este país en específico esta mal», me pregunto si realmente podemos hacer algo. Ojala con un post en un blog pudiésemos lograr algo más que solo remover el corazón.

    Un saludo.

    1. ¡Hola Katerin! Muchas gracias por dejarme tu comentario. Claro que los leo, los leo todos siempre, así que siéntete libre de comentar en este blog cuando te parezca, o el artículo que más te apetezca, porque de momento puedo contestaros a todos. ¡Bienvenida!
      En lo que respecta al artículo, efectivamente, ojalá pudiera hacer algo más con este artículo, pero lo único que saldrá de aquí, y no es poca cosa, es conocer a gente como tú que también está preocupada por el mundo.
      Yo no desespero, remover corazones también es algo que tiene mucha fuerza.
      Un abrazo,

  6. Enhorabuena por el artículo. Me ha llegado al corazón y me ha hecho reflexionar en estos días de vacaciones que parece que nos olvidamos de todo y de TODOS.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *