¿Qué hay de nuevo? Volver a la rutina con buen ánimo

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Te doy una idea para que empieces a leer esta entrada: abre tu mente, respira hondo para desatar el nudo de tu estómago y no escuches a la niña mimada (o al niño mimado) que vive en ti. Me refiero a esos enanos que gritan, entre otras cosas, que quieren seguir de vacaciones y que no quieren estar de nuevo inmersos en la rutina. Todos tenemos uno. Hazle callar y dile: ya estamos de vuelta, así que es mejor que guardemos la compostura, los dos.

Sí, la realidad es que hemos vuelto de las vacaciones y lo de «vivir la vida» se nos ha acabado. Se acabaron las horas de relax, el tiempo para uno mismo, el tiempo para los amigos, la familia… el sol, los paseos, poder respirar tranquilos…

 ¿En serio?

 ¡No! ¡Ni hablar! Sólo quería ver si habías logrado callar a ese espíritu inquieto…

¡Nada de eso se ha terminado completamente! El cambio de mes y la vuelta al trabajo o a los estudios sólo quieren decir que tienes que volver a tu forma de vida habitual, a tu rutina. Pero no significa que tu vida se acabe. Eso sí, para seguir teniendo ganas de vivir tienes que poner de tu parte.

Como casi siempre el cambio es brusco he pensado que estas acciones pueden serte de ayuda. ¿Te animas a probar?

Repite: la rutina no es mi enemiga, la rutina no es siempre aburrida

Sin llegar a los límites del tedio, una vida rutinaria no es necesariamente una vida triste y monótona. Algunas personas disfrutan con la idea de no saber qué harán mañana, pero para otras la rutina es sinónimo de estabilidad, de delimitación de tiempo y tareas, de cierto orden en la vida, e incluso de descanso.

¿Te imaginas no pisar tu casa en varios días, haciendo planes totalmente improvisados, durmiendo y comiendo a deshora y haciendo un sinfín de actividades para no dejar que, eventualmente, el aburrimiento te acompañe ni un segundo? Eso está bien durante unos días (durante las vacaciones, por ejemplo), pero a muchos no nos valdría para toda la vida. ¿O es que nunca te has preguntado por qué después de unos días de mucho movimiento siempre quieres volver a casa a estar tranquila?

La rutina bien entendida nos aporta estabilidad y puede hacernos sentir más relajados porque sabremos lo que sucederá mañana. El hecho de pensar que la rutina no es nuestra enemiga, y que tampoco es sinónimo de monotonía, puede ayudarnos mucho en la vuelta al trabajo.

Haz algún pequeño cambio a tu alrededor

¿Qué tal recolocar la habitación? ¿Y cambiar algunos objetos de sitio?

Quizá tienes en proyecto desde hace meses ordenar algún cajón, o el armario.

O llevas tiempo pensando en cambiar la vajilla porque le faltan ya diez piezas.

Incluso puede que tengas una colcha guardada en algún lugar y te decidas a cambiarla por la que tienes para ver el efecto…

En ocasiones estas pequeñas cosas pueden hacer que percibamos las habitaciones como nuevas, o la casa distinta, sin haber invertido mucho dinero. Y eso nos ayuda a mantener a raya la sensación de monotonía.

Piensa en un propósito (o en varios) y llévalo a cabo

A mí septiembre siempre me evoca tiempos de comienzo, así que me doy una segunda oportunidad para hacer aquello que quise ir haciendo a lo largo del año pero que al final no llevé a cabo. Si a ti no te gustan las listas de nuevos propósitos es probable que tengas una buena razón, pero no todas son dignas de arder en el infierno. Algunos proyectos merecen la pena, y siempre que la lista sea realista, corta y abordable puede ser un estupendo aliciente para empezar el nuevo curso.

Casi siempre hacemos propósitos individuales pero también es muy buena idea hacerlos conjuntos. Puede tratarse de un compromiso familiar, como hacer una cena italiana el segundo jueves del mes, algo que os mantenga a todos ilusionados; o también cosas en las que puedas incluir a tu pareja.

Además, cuando hacemos partícipes de nuestros propósitos a otras personas aumenta la probabilidad de nuestro éxito: cuando el propósito es conjunto saltárselo es más complicado; si se trata de algo individual, nuestros allegados pueden actuar como la voz de nuestra conciencia, y recordarnos lo que nos prometimos.

Haz una lista de tareas pendientes

Es posible que al volver de las vacaciones tengas que concertar algunas citas para poner en orden tu vida. En estas fechas solemos aprovechar para hacer todo lo que dejamos en pausa durante el verano (arreglar algo en casa, ir al médico, conseguir aquel certificado que aún no tenemos…). Si hay niños en la familia, los preparativos de colegio exigen también mucho tiempo.

Es mejor hacer todo lo urgente cuanto antes, y si hay algo que puede esperar no sobrecargues este mes que ya es complicado de por sí. Haz una lista de todo lo que tienes que hacer, u organiza bien tu agenda. Así el triunfo es seguro, no olvidarás nada y tendrás todo controlado.

¡Relax!

Esto siempre, pues también es necesario tomarse las cosas con calma. Por mi experiencia, organizar bien el día es la mejor forma de saber que hay tiempo para todo.

Si no perdemos el tiempo delante de la televisión es seguro que encontraremos el momento para hacer todas esas cosas que durante las vacaciones hacíamos: leer, estar con la familia, salir con unos amigos, meditar, practicar nuestro deporte favorito… ¡podrás hacer todo aquello que la niña mimada dice que echa de menos!

Sé consciente de que el tiempo que pierdas en hacer algo insustancial será tiempo que no puedas dedicar a las cosas que más te guste hacer. Y eso es una pena porque en este mes, más que nunca, necesitamos tiempo para nosotros, para relajarnos y ser felices.

 Y tú…

¿Cómo encaras tú la vuelta a la rutina?

¿Tienes algún secreto para que estos días no se te hagan un mundo?

¿Has hecho algún pequeño propósito para empezar el nuevo curso?

41 comentarios

  1. A mí es que esta vuelta a la rutina siempre me ha gustado, incluso cuando estudiaba. Y ahora que estoy en el paro tampoco me cuesta. Será que me cansa ya tanta playa y me apetecen otras cosas. Es lo que tiene vivir en la costa.
    Besotes!!!

  2. Qué genial Irene! Y cuánta razón! Después de hacer este finde algún cambio en casa, todo me parece nuevo y me hace más ilusión(parece mentira que un mantel y dos percheros solucionen las crisis postvacacional..jaja)
    Y lo del plan familiar me gusta!!voy a proponérselo a mis chicos, a ver qué opinan 😉

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