En el mes de febrero se ha cumplido un año desde el lanzamiento de la campaña #DesnudaLaFruta, más que una campaña un grito que clama al cielo. O así lo veo yo. He sido una gran seguidora de esta etiqueta desde el inicio porque, la verdad, ¿quién en su sano juicio no pediría que se desnudara la fruta de plástico innecesario?