Un año con mi libro electrónico

 

El lunes pasado fue mi cumpleaños y eso quiere decir que hace un año que estoy usando mi libro electrónico. En mi anterior cumpleaños mis padres me sorprendieron con este regalo, algo que yo no me esperaba en absoluto, y 365 días después puedo decir que sigo sorprendida con el aparato en cuestión. Sorprendida para bien.

Cuando abrí mi regalo no estaba muy segura de lo que pensaba sobre los libros electrónicos. Ni siquiera me había planteado tener uno, así que no sabía si lo quería o no. Tuve que pararme a pensar si iba a darle uso realmente o si sería una de esas cosas que se quedan en un cajón. No me malentendáis; no soy desagradecida con los regalos, es que nunca pensé que una persona como yo pudiera utilizar con soltura un libro electrónico.

Después de mi reflexión y de informarme bien sobre su funcionamiento llegué a la conclusión de que me lo quedaría para probar, pero también me impuse tres normas de uso, algo que en aquel momento me parecía fundamental. Comprendedme: pensé que con ese aparato llegaría a perder el norte.

Mis tres normas eran:

1. Comprar todos los libros que leyera, sin recurrir a las descargas piratas: por razones obvias, ni lo explico.

2. No comprar un libro nuevo hasta que terminara de leer el anterior: porque comprar en internet  es muy fácil y hay que controlarse.

3. No leer novela en el libro electrónico: con una sola excepción, esos libros clásicos que tengo en casa y que son delicados, en concreto las obras completas de don Benito Pérez Galdós, que son de mi abuelo y para mí son bastante sagradas.

Esas normas han hecho que usara mi libro electrónico que una forma que yo considero racional y sostenible: sin llenarlo de lecturas que nunca leeré, sin perjudicar a los escritores pirateando sus libros y sin arruinarme.

Aunque me sigue gustando mucho más el libro de papel, y por eso sigo leyendo el sagrado género de la novela en ese soporte, un año después puedo aseguraros que estoy encantada con mi libro electrónico. Os cuento por qué.

Me ha permitido hacerme con libros que de otra forma quizá no hubiera comprado

Al leer las normas que yo misma me impuse habrás pensado: entonces, ¿qué lees en tu libro electrónico? La mayoría de los libros que tengo son de divulgación y/o de crecimiento personal, salud, etc., libros que también me gusta leer porque con ellos aprendo muchas cosas.

Suelen ser libros que antes no compraba. Sabía que existían, pero tenía que elegir entre esos u otros. Pero al tener el libro electrónico y comprarlos en ese formato me ahorro un buen dinero y puedo disfrutar de esas obras.

Dos ejemplos de libros de este tipo son El poder del ahora, de Eckhart Tolle, que he comprado hace poco para ir leyendo durante este nuevo curso, o Sweet poison, de David Gillespie, sobre cómo reducir el consumo de azúcar en la dieta diaria.

Llevo dentro esas obras que no me gustaría estropear

Sí, los libros son para usarlos, pero algunos de los que tengo en casa y que quiero leer no son muy aptos para llevar en el bolso o para llevar de viaje. Por un lado son delicados, y además pesan.

Ya tengo en mi libro electrónico la primera serie de los Episodios Nacionales de don Benito Pérez Galdós, así que he pasado las vacaciones leyéndolos incluso a la orilla del mar, sin miedo de que se estropeara la encuadernación o alguna de las páginas.

Es una buenísima opción para leer mientras te desplazas

Antes yo reservaba los libros más finos para llevar en el metro, y cuando tenía que viajar dejaba lo que estaba leyendo en casa (casi siempre de más peso y volumen) y llevaba conmigo los otros, aunque eso significara tener un par de libros empezados. Ahora, como el libro electrónico no pesa, y como todos los libros que tengo dentro me interesan mucho, cuando viajo en metro lo llevo conmigo y paso un viaje estupendo. Sigue sucediéndome que tengo varios libros empezados, pero eso no me ha importado nunca.

Sigo señalando los pasajes y frases que más me gustan

Antes del libro electrónico yo llenaba los libros de banderitas de colores. Luego volvía a esas páginas y copiaba algunos de esos fragmentos en un cuaderno que tengo sólo para eso, o podía encontrar pasajes de forma sencilla. Luego el libro quedaba lleno de señales de colores, y para mí eso significaba que ese libro tenía muchos trozos que merecían la pena. Aún recuerdo cuando Antonio Muñoz Molina me firmó El jinete polaco en la Feria del Libro de Madrid y al verlo, con varias banderitas y el lomo muy usado, me dijo: «Este libro se ha leído mucho». Ah, eran buenos tiempos…

Con el libro electrónico también puedo señalar esos fragmentos. Sí, no es lo mismo que poner una banderita, la sensación ni se le parece y el efecto final del libro tampoco se aprecia, pero me sirve para seguir escribiendo en mi cuaderno y volver a todo lo que considero digno de recordar.

Así que mi balance de este año con el libro electrónico es muy positivo porque además de todo lo que te he contado, he conseguido separar las lecturas que realizo en papel de las que realizo en la pantalla, y para mí eso supone el equilibrio perfecto.

Lo más interesante siempre viene ahora, cuando tú me cuentas:

¿Tienes libro electrónico? ¿Qué sueles leer en él?

¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de este aparato?

8 comentarios

  1. Si es que poquito a poquito hasta las que adoramos el papel, terminamos contentas con este aparatito. Cuando me lo regalaron pensé sobre todo en todos los clásicos que iba a leer, sobre todo cuando son tochitos. Llevarte Los miserables o El Quijote en el bolso sin que apenas ocupe y sin que apenas pese no tiene precio. Pero al final más lo estoy usando para leer todas las novelas de autores noveles que me envían. Comprar reconozco que compro poquito, porque mi lector no es kindle. Es un papyre. Y para el precio que tienen los libros electrónicos para este lector, prefiero comprármelo en papel.
    Besotes!!!

    1. Margari, me has dado una idea estupenda con eso de los autores noveles. Seguro que hay algún libro de un reciente escritor que me interese leer, y a lo mejor el precio es más asequible en libro electrónico. Exploraré esta posibilidad.
      Sobre el precio de los archivos para tu aparato, vaya faena. Desde luego que si está así la cosa mejor invertir en papel.
      ¡Un abrazo!

  2. Madre mía Irene! Me has dejado anonadada con lo metódica que eres! Ten cuidado no se entere Fer porque podía calificarte como friki!
    ¿Mi experiencia entre ambos formatos?
    +no pesa nada, fácil transporte y no se te pierde la página si lees tumbado

    1. ¡Uy! Algo falta aquí… Me da pena perderme la mitad de tu comentario, pero gracias por pasarte y dejar tu granito de arena.
      ¿Que soy metódica? Es que muchas veces pienso que puedo llegar a perder el norte… jajaja.
      Abrazos,

  3. Hola Irene, recién descubro tu blog y me gusto mucho, soy mexicana y para mi el kindle ha sido toda una revolución, decidí comprármelo en mi cumple pasado que fue en noviembre. Para empezar los libros me salen a mitad de precio que los de papel, a muchos de ellos francamente ya no tenia acceso debido a mi economía, además me suscribí a kindle unlimited y por muy poco dinero puedo leer todo lo que quiera de su catalogo que no esta nada mal. En fin, a mi me encanta leer y me había estado restringiendo mucho pues aquí los libros de papel son muy caros en relación al salario promedio, sin duda kindle me ha salvado. Saludos

    1. ¡Hola Mariza! Gracias por compartir con nosotros esta experiencia.
      Realmente los libros en formato electrónico son mucho más asequibles que los libros en papel. Además, si te gusta leer clásicos hay muchos gratuitos, porque han expirado los derechos de propiedad intelectual y son de «dominio público».
      Lo de Kindle Unlimited no lo conocía pero me parece una idea estupenda que voy a mirar detenidamente… jaja.
      ¡Me alegro de que tu experiencia sea tan buena! Un abrazo 🙂

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