Secretos de mi (im)perfecta vida sostenible (II)

Secretos de mi imperfecta vida sostenible II

Hace ya un año me encontraba en una encrucijada ecológica que me costó resolver. Muchas veces a lo largo de la semana me encuentro en una situación parecida porque me doy cuenta de que hay muchas cosas en mi día a día que no son tan sostenibles como me gustaría.

No obstante siempre hay mejoras, cambios y avances, y esta es mi particular forma de contarte que poco a poco yo también voy poniéndome en marcha en todos aquellos aspectos de mi vida que quiero mejorar.

Si no estabas aquí el año pasado, esta entrada es la continuación de los 9 secretos de mi (im)perfecta vida sostenible. Esta vez voy a contarte lo que han dado de sí estos 12 meses, porque aunque a veces tengo la tentación de pensar que no avanzo, no es cierto. He hecho algunos cambios verdes en mi vida desde que escribí aquel artículo…

¡Comenzamos!

Antes iba a trabajar en coche cada día

Ahora ya no, porque he cambiado de trabajo y mi oficina está en el centro de la ciudad. Aparte de que la zona está mejor comunicada que el lugar donde yo trabajaba antes resulta que es casi imposible ir en coche, así que voy al trabajo en metro cada día.

De acuerdo, no ha sido un cambio que haya hecho de forma voluntaria porque he llegado a esto por las circunstancias. De haber seguido trabajando en el lugar de siempre hubiera seguido yendo en coche a trabajar. En cualquier caso, y sea como sea, he reducido mi huella de carbono considerablemente y eso es un motivo de alegría para mí.

No todo lo que compro es ecológico

No lo era hace un año y sigue sin serlo. De momento no es algo que pueda elegir así que espero pacientemente el momento en el que pueda hacer más compra eco (bien porque yo elija, bien porque yo pueda pagarlo, las cosas como son).

Este año, en cambio, sí que he introducido en mi vida algunos productos cosméticos que hasta ahora no había probado en versión sostenible y con los que estoy muy contenta:

  • Se me acabó la máscara de pestañas y compré una ecológica cuando fui a BioCultura Madrid en noviembre.
  • También estoy usando toallitas desmaquillantes reutilizables
  • Me he pasado al lado de los aceites vegetales de herbolario, y he descubierto que es uno de los mejores lados de la vida…

Igual que el año pasado, no todo lo que compro es de comercio justo

Pero sigo intentando consumir productos de este tipo cuando se trata de los cultivos más problemáticos para el mundo, a nivel social o ambiental. El café, la quinoa, el azúcar, el cacao y el té son productos en los que merece la pena invertir cuando se trata de economía sostenible por las condiciones de trabajo que tienen las personas que los cultivan en el mundo. Sigo comprando café de Intermón Oxfam y recientemente mis compañeros me regalaron té de esta misma organización para mi despensa.

Ya no tengo tanta ropa en el armario

¡En esto sí he evolucionado mucho! Sigo teniendo más de la que necesito, pero cuando hice el cambio de temporada en otoño ya hice una buena criba de todo aquello que no iba a ponerme y de lo que no había usado en años.

Gracias a eso tengo un armario en el que las perchas se mueven libremente y en el que no ha entrado ninguna prenda extra desde hace más de cuatro meses (exceptúo de la cuenta unos pantalones que sí han entrado, pero que sustituían a unos que se rompieron).

Tengo pendiente hacer una nueva selección cuando saque la ropa de verano y seguir intentando minimizar esta parte de mi habitación.

Estoy apostando muy seriamente por la cuarta R

Reparar es ya una parte fundamental de lo que se cuece en mi casa. Acabo de llevar al zapatero unas botas estupendas que ya tienen plantillas nuevas. No quería desprenderme de ellas porque son tan cómodas que me daba dolor sólo de pensarlo, y por unos pocos euros las tengo como nuevas.

Te recomiendo encarecidamente que repares todo lo que puedas porque hay muchas cosas que pueden durarnos más tiempo del que parece si primero las cuidamos y luego las reparamos como merecen.

Aún hay muchas cosas de mi vida que tengo que mejorar, obviamente. Como yo siempre te comento la vida sostenible es un camino, cada uno de nosotros estamos en un punto y lo importante es saber cuál será nuestro siguiente paso. Y siempre seguir caminando…

[Tweet «La #VidaSostenible es un camino. ¿En qué punto estás? @ire_recolectora»]

Ahora mismo tengo algunos retos inmediatos que me preocupan especialmente. Sé que escribir esto aquí puede ser un problema para mí y que me la juego al decir esto en público, pero oye, para eso estamos, ¿no? Para aprender entre todos…

Mis próximos retos son: 

  • Ser muy consciente de lo que compone mi basura para poder ponerle remedio.
  • Seguir consumiendo menos productos envasados.
  • Decir NO cuando me ofrecen productos de usar y tirar (algo complicado cuando en esta vida parece que estos objetos son parte del paisaje).
  • Minimizar mi consumo, en general, porque tener menos cosas también es una postura medioambiental responsable

La verdad es esta: mi vida no es sostenible al 100 % pero ¡hago todo lo posible por mejorar!

Te invito a que reflexiones sobre esto:

¿en qué punto de tu vida sostenible estás?

¿Cuáles son las cosas que quieres cambiar en tu vida?

Pero además de eso, ¿qué vas a hacer mañana mismo, para empezar?

63 comentarios

  1. Hola!!
    Buen post, yo tambíen empezé hace un año aproximadamente con la vida sostenible. Comparto que todo no está a nuestro alcance ya que todo lo que sea bio es más caro que lo común.
    Yo me centré en cosas que consumo casi todos los días ya que al consumirlo diariamente hace un impacto mayor sobre nosotros y sobre el medio ambiente; productos de baño sobre todo es en lo que mas invierto (desde que informaron todo lo que llevaban los productos de baño comunes inmediatamente cambié a productos bio), tambíen algunos alimentos, tés, café, pan, harinas…
    Intento tambíen comprar cosas de usar y tirar. Tambíen adiós a decoraciones y objetos inutiles solo por el placer de comprar.
    Lo de la ropa… es lo que peor llevo la verdad. Hice un inventario sobre mi ropa, es verdad que compro con mas cabeza que antes e intento que sea poco y de calidad que al menos me dure dos, tres años que ya es mucho (cada vez la ropa es de peor calidad), además la ropa made in spain o sostenible, es muy costosa, de momento no me lo puedo permitir, prefiero invertir de momento en otros productos.
    En resumen muy buen post, me alegra leerte siempre.
    Saludos Ana.

    1. ¡Hola Ana! Muchas gracias por dejarme tu comentario. Veo que tienes muy estudiado lo que quieres hacer con tu vida sostenible y eso es estupendo. No hay pasos pequeños… 🙂
      Un abrazo,

  2. Es cuestión de alimentación me resulta difícil cumplir con los objetivos, que son productos caros. Y ahora mismo no estoy para mucho gasto. Pero en cuestión de reciclar, reparar, y no tener un ropero lleno de cosas innecesarias, pues más o menos creo que lo llevo bien. Lo que no he investigado aún es el tema de los productos cosméticos. Si no son caros, a ver si puedo por ahí dar mi siguiente paso en el cambio.
    Besotes!!!

    1. ¡Hola Margari! Lamentablemente el tema de la alimentación ahora mismo es ese…
      Yo tengo la esperanza de que aumentando nuestro consumo quizá también tengamos cada vez más opciones y por eso en un futuro me planteo el tema de la comida.
      Sobre los cosméticos te recomiendo que hagas una búsqueda si tienes necesidad de algo porque te sorprenderías del precio. Obviamente hay para todos los bolsillos, como en cosmética convencional, pero la crema facial que uso ahora mismo me costó menos que la que compraba antes, la estoy usando desde el verano pasado y me queda medio bote. Es uno de los bálsamos de MATARRANIA. Puede que algo te encaje… 😉
      Un abrazo,

  3. Buenos días!

    Está bien volver atrás y reflexionar sobre los objetivos que uno se propone y los que alcanza, solo así se tiene perspectiva del camino andado. Muy a menudo nos vemos lastrados por las circunstancias, que marcan lo que podemos y no podemos hacer (o permitirnos…) pero hay que seguir en la brecha pase los que pase.

    En mi caso, quizá en lo que más énfasis he puesto siempre ha sido en reparar todo. Por cada cosa que sigue funcionando quitas otra de circulación además de los residuos que al desecharlo se generan.

    Un abrazo!

    1. ¡Hola, LectorFiel! Me alegro de que te haya gustado este post.
      A veces tendemos a subestimar lo que hacemos pero ya ves que no es cierto. Reparar es fundamental y siempre he creído que las personas que saben hacerlo tienen una especie de clave para cuidar del mundo un poquito más…
      Un abrazo,

  4. Qué bueno todo lo que haces Irene! La verdad es que muchas veces somos conscientes de que no estamos haciéndolo perfecto, pero es que la sociedad lo pone difícil. Por ejemplo, uno de tus próximos retos de consumir menos productos envasados es algo que me planteé cuando llegué a Inglaterra. Aquí se pasa el camión de las basuras (orgánica, plástico y cartón, cristal, etc) una vez a la semana con lo que te das cuenta de todo lo que tiras (no había sido consciente nunca antes porque lo hacemos cada día). Ver varias bolsas de plástico y cartón cada semana (y soy la que menos bolsas saca de todo el vecindario) me tiene un poco preocupada, pero es que aquí es sumamente difícil comprar alimentos y productos en general sin envasar. No hay tiendas de barrio, todo son grandes supermercados y todo va envasado. Es una pena, tendré que buscar la manera 🙂
    ¡¡Sigamos así bonita!! Me ha encantado lo de «No hay pequeños pasos…» <3

    1. ¡Hola Ana! Qué alegría leerte, muchas gracias por pasarte por aquí 🙂
      Ánimo con lo de los envases, ya me imagino que allí el tema de comer comida fresca es más complicado y más caro. Seguro que algo puedes hacer porque mira que las personas que más caña están dando al «zero waste» en Internet son precisamente de países anglosajones 😉
      Lo bueno es que estás viendo de dónde viene tu basura. Saberlo ya es un gran paso.
      Un abrazo grande,

  5. ¡Enhorabuena Irene!

    Por tu persistencia y por la honradez con la que nos la cuentas. Yo hace unos años entré en bloqueo porque me sentía culpable de comprar muchas cosas y la verdad es que es imposible de un día para otro transformar toda tu vida.

    Ahora acepto el hecho de que hago lo que puedo desde el lugar en el que estoy y desde mi visión del mundo. Trato de ser consciente de que la culpa es insostenible, no es ecológica y es tremendamente nociva.

    Yo no soy de tener muchos zapatos (comparada con mi entorno) y cuando he adorado unos he hecho lo imposible por alargar su vida útil, suelo llevar los zapatos al zapatero aunque no siempre el resultado es el deseado. Los zapatos que más rabia me dan son los de las bodas y eventos. Para mi no tiene sentido comprar zapatos para un vestido para una o dos ocasiones, más aún cuando suelen ser incómodos y malos para la espalda y los tobillos. Así que yo llevo casi siempre unos de lo más normalitos pero que no me dan ganas de cortarme las piernas a la media hora, y me los puedo poner otras veces sin problema.

    Ánimo con tus próximos retos!

    Un abrazo!

    1. ¡Hola Amelia! Qué bueno eso de que «la culpa es insostenible, no es ecológica y es tremendamente nociva.» GRACIAS.
      Creo que tienes toda la razón, sentirse culpable no lleva a ningún lado porque eso no te abre los ojos para ver todo lo que sí puedes hacer. Es mejor caminar.
      Y hablando de caminar… olé con ese tema de los zapatos 🙂 Tengo una boda este verano y estoy más preocupada por qué llevaré en los pies para no llorar de dolor que por nada.
      Un abrazo enorme,

  6. No puedo estar mas de acuerdo contigo en que la vida sostenible es un camino que debemos recorrer cada día aunque sea avanzando un solo paso. Me gustaría aportar una experiencia personal en el tema de la alimentación y la cosmética. En cuanto a la alimentación, yo también me escudé una temporada en que «los productos ecológicos son mas caros y mi economía se resiente» hasta que me di cuenta que no ponía en la balanza el tema de la salud. De que me vale pagar menos por alimentos que me envenenan un poquito cada día? dejo la pregunta en el aire y que cada cual se responda a si mismo. En cuanto al tema de la cosmética también recorrí el camino de pasarme a lo eco y asombrarme con el precio de los productos (que seguro están justificados, en ningún momento lo pongo en duda) pero yo ahí no podía pagarlos, así que en el proceso en el que me encuentro de simplificar mi vida me di cuenta que la piel, en realidad, es el reflejo de lo que pasa por dentro en mi cuerpo así que simplifiqué: uso un jabón de fabricación española para lavarme el pelo y ducharme con el que estoy encantada y aloe vera para la cara, cuando me acuerdo; claro que no me maquillo! pero no necesito nada mas. Espero haber ayudado! Y enhorabuena por el post; Estas reflexiones son muy necesarias para animar a la gente a dar pequeños pasos que, sin duda, cambiarán el mundo.

    1. ¡Hola María!
      Muchas gracias por esta interesante experiencia personal.
      Desde luego que pagar por productos nocivos tampoco es ninguna ganga y sí que es verdad que hay quien sugiere que ese dinero se ahorraría en consultas médicas. Ahí lo dejamos para ir sopesando…
      Un abrazo y gracias por tus bonitas palabras.

  7. Desde URUGUAY, estoy en la misma línea que tú. Y también mis cambios comenzaron a partir de la situaciòn particular surgida de una mudanza: de la ciudad al campo. Ahì me di cuenta que la basura que generamos tiene incidencia! Acá en zona rural, no hay recolección de basura; o sea tuve que ingeniarme para reducir, reutilizar y reciclar!! Esto comenzó hace 15 años y fui progresando poco a poco! Mirando hacia atrás puedo ver todo los cambios y mejoras que realizamos. Debo continuar! Saludos, Elena.

    1. ¡Hola Elena! Qué alegría saber que me lees desde Uruguay 🙂
      Y qué estupenda tu experiencia… por las necesidades de la zona en la que vives has tenido que aprender mucho sobre todo eso que tiramos y que consideramos «basura». Seguro que 15 años han dado mucho de sí pero veo que tienes muchas ganas de seguir aprendiendo más. ¡Eso me encanta!
      Gracias por compartir tus vivencias con nosotros.
      Un abrazo,

  8. Buenas!!

    Yo también he empezado en el mundo sostenible hace poquito. Y esa encrucijada de la que hablas también la sufro casi día a día, cuando tiro algo a la pared, cuando veo en un escaparate de una tienda de Fast Fashion alguna prenda que me gusta, cuando como…pero yo creo que tenemos que aprender a vivir con ello, quiero decir, que aun no existe el mundo 100% sostenible en todos los aspectos, manteniendo un cierto nivel, aunque eso depende de lo que quieras en la vida porque una persona que vive en una isla donde se alimenta de lo que ofrece la naturaleza ¡sí que tendría una vida 100% ecológica!

    Así que con cada paso que demos, por pequeño que sea es muy importante para la tierra y para todos nosotros. Si todos damos esos pequeños pasos cada día en nuestras vidas, cambiaría muchísimos el mundo en el que vivimos.

    ¡Gracias por compartir tus reflexiones!

    Un saludo

    1. Gracias a ti, Fátima, por comentar en esta entrada.
      Efectivamente, no podemos desanimarnos al pensar que, como nuestra vida no será 100% eco ya mejor no hacemos nada.
      Un abrazo,

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *