Como muchos otros libros que he leído, El poder curativo de la naturaleza llegó a mis manos sin que me diera cuenta, creo que como regalo en alguna de las revistas que a veces compro cuando me acuerdo de que ya ha pasado otro mes y que hay un nuevo número en el quiosco.
El título, sin duda, me gustó muchísimo y sospeché que el interior iba a encantarme. Lo sé, no hay que juzgar los libros por la portada ni por el título, pero antes de leerlo, ¿qué otras herramientas tengo para saber si me va a gustar?
A medida que avanzaba en las páginas, unas veces con lentitud, otras veces con más brío, me daba cuenta de lo identificada que me sentía con cada una de las palabras que leía, hasta que decidí llevar este libro a donde quiera que fuera (de viaje, o en el Metro) hasta que terminara su lectura.
Déjame que te haga unas cuantas preguntas para que sepas si este libro te interesa. Son preguntas que van al hilo de este libro y que me han surgido a mí al ir leyendo sus páginas. Aunque no sean preguntas «oficiales» que hacen los autores te ayudarán a hacerte una idea de lo que puede aportarte este libro.
- ¿Has sentido alguna vez una enorme necesidad de salir al campo, a ver verde y a olvidarte de todo lo que haces cada día de forma casi automática?
- ¿Alguna vez te has dado cuenta de repente de que hacía días/semanas/meses que no salías del asfalto?
- ¿Te has visto sonriendo ante un paisaje verde cuando te abrumaban tus preocupaciones?
- ¿Tienes en el escritorio una imagen de alguno de tus paisajes favoritos para desconectar un poco de vez en cuando?
- ¿Cómo te encuentras cuando vuelves de una excursión al campo? ¿Sientes que puedes respirar mejor, que te llega más aire a los pulmones? ¿Y qué me dices de la nube que te rondaba la cabeza? ¿Te acuerdas de ella?
- ¿Qué sientes cuando comes tranquilamente, alimentos de verdad, quizá salidos de la tierra a pocos pasos de ti? ¿No notas como si flotaras cuando saboreas platos elaborados así?
- ¿Qué haces cuando te ronda la tristeza o la ansiedad? ¿Sales a dar un paseo o buscas el consuelo de la tecnología? ¿Qué te da un resultado más efectivo?
Yo he sentido más de una vez que me ahogaba viviendo en dos direcciones: de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. Ya te conté un día las que yo consideraba las seis peores cosas de vivir en la gran ciudad; lamentablemente, incluso aunque hayan pasado los meses, ese artículo sigue muy vigente para mí. Algunos días llego al viernes sin fuerza ninguna y con los nervios de punta, y sólo quiero ver verde, y respirar aire fresco, escuchar el silencio y mirar al horizonte. Porque hay días que ni respiro, y otros en los que no veo más allá de mi pantalla. ¿Te ha pasado a ti también?
En este libro Eva Selhub y Alan Logan cuentan, a través de estudios realizados en diversas universidades e instituciones, y con apoyo de casos de personas reales, cómo la Naturaleza nos cura, literalmente, de muchas dolencias.
Con el título del libro en inglés te harás una mejor idea de lo que quieren decir: Your brain on nature. Esto significa que la Naturaleza nos cura de todas esas cosas que están en nuestra mente y que, muchas veces, se manifiestan en nuestro cuerpo haciéndonos verdadero daño: la ansiedad, el estrés, la depresión, los nervios, el miedo, la agresividad, la falta de concentración y de productividad…
Un soplo de aire fresco puede hacer que tu vida parezca otra; el olor de un pinar puede transformar tu día entero si respiras a conciencia; pisar la hierba descalzo o caminar por un bosque a veces hace que te concentres mejor cuando vuelves al trabajo. Seguro que lo has sentido alguna vez… ¿verdad?
En este libro, capítulo a capítulo, he ido encontrando información que me ha hecho asentir con la cabeza en vagones de metro, y he deseado estar caminando al lado de un lago en más de una ocasión, poniendo en práctica los experimentos que otras personas hicieron antes que yo. Muchas veces tengo tantas ganas de escaparme de donde estoy que agarraría el bolso y saldría corriendo, y he entendido un poco mejor a qué puede deberse eso.
Te recomiendo este libro si quieres conocer un poco más cómo funcionamos, cómo funciona nuestro cerebro en la Naturaleza, por qué nos estamos separando de nuestro verdadero ser (que quiere ver, comer, oler y sentir verde) y qué consecuencias tiene eso. Yo las noto, y seguro que tú también.
Cuéntame:
¿Has leído este libro?
¿Conoces algún otro libro similar que puedas recomendarnos?
¿Has sentido alguna vez que la Naturaleza te curaba de alguna manera? Agradezco que compartas tu experiencia con nosotros.
¡Después de buscar en varias librerías, he tenido que encargarlo pero … por fin lo tengo! En cuanto me lo lea te cuento, porque me siento mujy identificada con tus palabras. Siempre he vivido en la ciudad, pero mis escapadas a la Naturaleza han sido contínuas y necesarias desde niña, y lo siguen siendo. Para mi es una vía de escape y un reencuentro conmigo misma.
Muchas gracias por tus palabras, Begoña.
Este libro te va a mostrar evidencias de que realmente la Naturaleza cura. Y la prueba más grande que yo veo de ese hecho es que las ciudades nos están matando, y cada vez necesitamos más medicamentos (sobre todo para la mente, que es una de las cosas en que la Naturaleza es experta médica). Espero que me des tu opinión (aquí o por mail) cuando acabes el libro. ¡Me encantará saberla!
Un abrazo,
Querida Irene, como peregrina sin religión te digo que mi Dios es la naturaleza. Siempre que puedo me escapo al ella. Y somos cientos. El año pasado empece el año en la montaña, helada de frio y feliz y no puedo dejar de pensar en ello. Algún día anterior lo mejor me quedo. Besos.
¡Gracias por compartir esto conmigo y con el resto de lectores, Claudia! En mi caso, cuanto más disfruto de la Naturaleza más quiero y más necesito… ¡me alegra saber que te pasa lo mismo!
Un abrazo,
Hola Irene!
Gracias por la recomendación. Estamos de acuerdo con lo que dices y es verdad que la naturaleza nos hace estar mejor. Muchas de las personas que visitan nuestro Jardín Botánico Medicinal disfrutan del paseo y cuando se van nos parecen más felices y relajadas (especialmente los que vienen desde la ciudad).
Un abrazo!
¡Hola Ecoherbes!
Gracias por pasar y comentar, y por la mención. La Naturaleza es tan buena para nuestra salud física y espiritual… ¡Pero nos cuesta tanto verlo!
Un abrazo,
Joo irene!!No podría haberme gustado más tu entrada, creo que es con la que más identificada me siento y qué ganas de leer el libro me han dado!!!!!
No he leído el libro, pero sí que me siento identificada, para mí sin duda la mejor manera de desconectar del mundanal ruido, es la naturaleza y el campo. Y puedo acordarme de muchos momentos especiales y paisajes que me trasladan. La sensación que más me gusta de estar en la naturaleza, esesa sensación de ver la grandeza del mundo, de la creación y de lo chiquititos que somos nosotros y nuestras cosas frente a la inmensidad de todo eso: ver las estrellas en el campo cuando voy al pueblo de mi padre, o la inmensidad de un pinar lleno de árboles o bien recuerdo…cuando fui a Ecuador y vimos unas cascadas que se llamaban el Pailón del Diablo, que desprendían exactamente la fuerza de su nombre o…un millón de paisajes insólitos que te trasladan a otros mundos…
Gracias por la entrada, Irene!! 🙂 Un besote
PD: Estoy encantada de que vayan a llegarme las notificaciones al correo!
¡Hola Carmen! Me alegro de que te hayan entrado ganas de leer el libro, es estupendo y te lo presto cuando quieras.
Cuando lo leas verás que te sientes mucho más identificada aún, porque no sólo vas a recordar esos momentos maravillosos sino que vas a verte reflejada en estados de ánimo…
Un abrazo,
¡Qué buena recomendación! Muchas gracias.
Nosotros también creemos que en la naturaleza tenemos grandes respuestas y remedios curativos para diferentes afecciones y estados. Sin duda, los remedios naturales y ecológicos son una gran alternativa para mimar tanto el exterior como el interior.