28 creencias que derribar para llevar una vida sostenible

Nuestra vida está llena de creencias que tenemos en la cabeza y que pueden ser ciertas, o no. Mi vida, en concreto, lo está. Suelo tener ideas preconcebidas sobre temas, personas o lugares, y es algo que estoy en proceso de cambiar.

Como hoy es un día especial he preparado una entrada con las creencias erróneas que oigo y leo por ahí, todas acerca de la vida sostenible, o de la vida un poco más respetuosa con el medio ambiente, con nosotros y con los demás.

A lo mejor tú te has cruzado con alguna otra creencia más; yo de momento te voy contando las 28 que yo he identificado.

¡Empezamos!

1. Tengo que ser hippie para llevar ese tipo de vida

Es cierto que la filosofía de vida de este colectivo tiene unos rasgos que lo identifican con una vida más «natural» que la del resto de personas, o eso es lo que parece a simple vista, sin entrar a valorar el fondo del asunto. Pero eso no quiere decir que no puedas llevar una vida más respetuosa con el medio ambiente sin pertenecer a este grupo. ¡Cualquiera que quiera puede hacerlo!

2. Hay que comer sólo verduras para llevar una vida sostenible

Está muy bien que consumas más verduras de las que acostumbras, harás bien al Planeta consumiendo menos carne, y harás bien a tu cuerpo tomando una cantidad más adecuada de proteínas animales; pero no es indispensable comer sólo verduras, y por supuesto no debes ver esa posibilidad como un castigo, sino como una oportunidad de mejorar muchas cosas.

3. Eso de la vida sostenible es una utopía

Las utopías son aquellas cosas que quedan bien en el terreno de las ideas, pero no en el de la práctica. Creo que llevar una vida más sostenible sí encaja en la práctica y en la vida de cada día, poco a poco y paso a paso, y en el momento en que te animes verás que estoy en lo cierto.

4. Yo no veré el cambio

Quizá te refieres a que puede que no veas cómo el Amazonas vuelve a ser el que era, o a como los polos vuelven a tener hielo como hace 30 años. Aunque puede que no presencies todo eso te aseguro que verás cambios poco a poco, cada día que salgas a la calle, en muchas tiendas nuevas que abren y que ofrecen productos sostenibles, en mucha gente que ya no quiere hacer las cosas como le han dicho siempre, en los niños que aprenden estos valores desde pequeños, etc.

5. No puede ser tan malo si todos vivimos así

Pues el hecho es que lo es, y que nunca antes la Tierra se había degradado a la velocidad que lo hace ahora.

6. Mis abuelos no reciclaban y les fue bien

Claro, y en esto tienes razón. No reciclaban porque reparaban la mayoría de las cosas que se rompían y porque todo lo que acababa en la basura podía compostarse (que antes se llamaba «hacer abono»). Lo del plástico de un solo uso y los envases por doquier es algo muy reciente.

7. Para llevar una vida así hay que aislarse como un ermitaño

Hombre, si lo hicieras como lo hacían ellos seguro que reducías tu huella de carbono muchísimo; pero la gracia de este blog, y de otros que conozco, está en emprender un camino hacia la sostenibilidad en tu día a día.

8. Eso de la vida sostenible es de modernos

He de reconocer que este mito me gusta especialmente. En realidad la vida sostenible es más bien algo de muy antiguo que hay que recuperar.

9. No es tan fácil que no te den una bolsa de plástico en la tienda

Es cierto que a veces para cuando te quieres dar cuenta el tendero ya la ha sacado de debajo del mostrador; otras veces no llevas encima tu bolsa plegable… esas cosas pasan. Pero para que no te den bolsa basta con pedirlo; la última vez que yo lo hice (el sábado pasado) la dependienta me dio las gracias.

10. Es complicado vivir  así, con el ritmo de vida que llevamos

Es cierto que tenemos muchas cosas que hacer, que el tiempo es fundamental, pero no por eso tenemos que dejar de hacer las cosas como es debido: separar residuos, comprar lo que necesitamos, no tirar la comida, apostar por marcas respetuosas con el medio ambiente; todas esas acciones y otras muchas no dependen en absoluto del tiempo que tengas, sino de las decisiones que tomes.

11. Sin la ayuda de los gobiernos y de las grandes empresas no vamos a llegar a ningún lado

Es innegable que con su ayuda todo sería un poco más sencillo, pero es fácil empezar a dar pasos en nuestra vida cotidiana, donde nadie regula con leyes ni tiene poder sobre nosotros. Ahí es precisamente donde se fraguan siempre los cambios, en lo pequeño y en lo cercano.

12. Si dejamos de consumir como lo hacemos habrá gente que se muera de hambre

Con este argumento me he encontrado en muchas ocasiones, sobre todo al hablar de ropa fabricada en el tercer mundo y del coltán de los teléfonos móviles. En mi opinión, si hemos llegado al punto de que una persona del otro lado del globo necesita de nuestro consumismo para salir adelante es evidente que tenemos que cambiar de modelo.

13. La vida sostenible requiere mucho tiempo, y mucha preparación para cualquier cosa

En este te doy la razón, igual que en el número 6. Cuando quieres dejar de comprar agua embotellada no te queda más remedio que salir de casa con tu botella de agua preparada; si no quieres que te den bolsas de plástico tienes que llevar la tuya en el bolso… Es verdad que todo esto requiere una preparación, un pensar antes de salir de casa en lugar de agarrar corriendo las llaves, pero el esfuerzo merece la pena.

14. A ver quién es el listo que dice que no quiere ser como el resto…

Salir de los límites establecidos por la manada es complicado, nadar a contracorriente requiere un esfuerzo y hay que plantearse bien hasta dónde quieres llegar, dónde están tus límites, qué es lo que no quieres hacer… Ese esfuerzo va a hacer que crezcas como persona y que tengas claras tus opiniones.

15. Yo ya reciclo

Y te lo agradezco en el alma. Hay que empezar por algún lugar y ese es uno de los buenos, pero una vez que lo hagas verás que hay muchas más formas de sostener el medio ambiente con tus manos. Como digo siempre en mi Boletín Exclusivo, la vida sostenible es mucho más que reciclar.

16. Jamás podré llevar una vida sostenible perfecta

Tranquilo, en eso estamos todos igual. Hubo un día en el que me atreví a escribir sobre algunos secretos de mi (im)perfecta vida sostenible, porque hay tantas cosas que puedo hacer mejor… Lo importante es saber que hay cosas que mejorar y hacer lo posible por ponerse manos a la obra.

17. Yo vivo en la ciudad, no el campo

Tendemos a asociar la vida en el campo con la vida más natural y más beneficiosa para el entorno, pero ese tipo de vida no es sostenible por sí sola: las personas que la viven son las responsables de que eso sea así. De esta manera todo está en tu mano: puedes llevar una vida sostenible en la ciudad si haces por cambiar aquellas cosas de tu entorno que más perjudican al medio ambiente. De la misma forma, puede haber quien viviendo en el campo no deje de desperdiciar energía, o comida, o se dedique a la tala indiscriminada de árboles.

18. Lo de los productos de belleza naturales es de ciencia ficción, no funcionan

Todo requiere un proceso de prueba, igual que el que has hecho con el resto de cosméticos y productos a lo largo de tu vida. Por ejemplo, mi experiencia con el mineral de alumbre ha sido muy buena, pero es posible que no se ajuste a tus necesidades, como les pasa a algunas personas que me hicieron comentarios en redes sociales cuando publiqué este artículo. Por eso te animo a ir probando cosas nuevas poco a poco. La industria de la cosmética ecológica y natural está evolucionando mucho en los últimos años y quizá puedas plantearte comprar algún producto de ese tipo la próxima vez que alguno de los tuyos se agote.

19. Yo sólo tengo justo lo que necesito

Como no conozco tu situación personal concreta voy a tener que creerte porque quizá sea verdad que sólo tienes lo imprescindible. Lo más común, sin embargo, es que tengamos mucho más de lo que necesitamos. Plantearse este punto y ser consciente de ello hará que veas las compras de forma diferente la próxima vez.

20. El Planeta no tiene arreglo

La hemos fastidiado bastante, sí, y hay cosas que va a costar siglos recuperar, sin duda alguna, pero hay otras muchas que podemos proteger, hay muchas acciones que llevar a cabo cada día, y sin ellas sí que creo que esto no tiene arreglo. Lo de los grandes remedios no está a mi alcance, por eso me empeño en lo pequeño.

21. No se puede reeducar al resto de la gente de la noche a la mañana

Otra vez estoy de acuerdo contigo. Por eso vayamos por partes: empecemos por ti y por mí, y luego ya veremos…

22. No quiero vender todos mis bienes y empezar desde cero

¡Menos mal! Como vivir como un ermitaño es complicado (ver punto 7) sospecho que acabarías comprando otros bienes al cabo de un tiempo, y eso sería un desperdicio de los primeros. Puedes comenzar, si te parece, por seguir usando tus bienes, por ser consciente de que los tienes y no adquirir otros nuevos para añadir algo a la colección.

23. Es muy difícil saber lo que hacer y lo que no, hay mucha información

Puede ser, pero en el fondo tú sabes qué cosas hacen bien al Planeta y qué cosas no. ¿Verdad?

24. ¿Cómo voy a cuidar la Tierra si no tengo tiempo ni de cuidar de mí?

Ese es un punto interesante, sin duda. Debes reservar un poco de tiempo para ti, para descansar, para cuidarte… de lo contrario llegará un momento en que tu vida no pueda sostenerse. Pero como decíamos en el punto 10, el argumento del tiempo no tiene nada que ver con cuidar o no del Planeta.

25. El mundo ya está echado a perder

Es cierto que hay motivos para desesperarse, pero a este mundo furioso le haces falta tú, con tus defectos y tus virtudes, por que sin ti sí que es verdad que no tiene remedio.

26. Se necesita un cambio radical para llevar una vida sostenible

Nada más lejos de la realidad; en general todos los cambios radicales que no se hacen de corazón no crean más que aborrecimiento hacia la nueva situación. Es mejor que hagas un pequeño cambio a la semana, al mes, o al año, pero que te llene y al que puedas dar sentido, antes que hacer uno enorme que no te convence. Ya sabes, siempre desde lo pequeño…

27. Lo que yo haga no cambiará nada…

En verdad lo que tú hagas puede cambiarlo todo. Te va a cambiar a ti, va a cambiar tu vida y puede que la de los que te rodean, se irá extendiendo como una onda en el agua. No te subestimes, tus acciones y tu ejemplo tienen mucho poder.

28. Estoy solo ante el peligro

Seguro que a veces ves comportamientos que no te gustan, leyes que no protegen a quienes tienen que proteger, contaminación por todas partes, desperdicio, consumismo… y te miras y piensas que estás solo y nadie te comprende. Pero si miras más allá te aseguro que hay más gente que quiere llevar una vida sostenible. Seguro que tus padres, tus abuelos, alguno de tus amigos, tu pareja, e incluso tu mascota están contigo en esto; o al menos alguno pensará que este mundo se nos está yendo de las manos. Si no es así, echa un ojo al colectivo ¡Hola Eco! al que yo misma pertenezco, para que veas que hay más gente intentando llevar una vida sostenible.

¿Aún te queda alguna creencia que derribar?

Comenta, cuéntame, y vamos a intentar darle la vuelta.

14 comentarios

  1. Pues creo que no te has dejado ninguna. Totalmente de acuerdo con todo lo que expones. En resumen, todo se basa en tener voluntad y querer cambiar. Y poquito a poquito conseguiremos que este mundo sea un poquito mejor.
    Besotes!!!

  2. Hola Irene,

    todo es posible cuando se quiere de verdad y hay que establecer prioridades.
    Sostenible es siempre mejor y aunque a veces no parezca fácil por creencias o excusas, no dejemos que el perfeccionismo nos impidad avanzar y mejorar cada día.

    Gracias por tu artículo!

    Kiki

    1. Hola Kiki; me parece muy interesante lo que expones sobre el perfeccionismo. Pensando que algo no es bueno del todo siempre nos limitamos porque acabamos por no cambiar nada, no nos parece lo suficientemente bueno. Yo me quedo con tus palabras si me lo permites: «sostenible es siempre mejor», y por poco que sea. Un abrazo,

  3. Magnífica recopilación. Viene bien pararse de vez en cuando y hacer un análisis de la situación. De alguna forma es algo así como un «de dónde venimos, a dónde vamos». Hay aspectos que puntualizaría, pero desde luego por cuestión del punto de vista, más que por que puedan estar bien o mal, como por ejemplo en lo relativo al poder de la gente y de quienes la gobiernan: en realidad es la gente quien debe tomar conciencia y poner en marcha ciertas iniciativas, ya que quienes mandan no lo van a hacer. Por otro lado, no me atrevería a hablar de una «vida sostenible perfecta», ya que a mi entender la única forma de pertenecer a esa sostenibilidad absoluta sería no existiendo, de forma que ni consumes ni ocupas espacio ni dejas huella alguna.
    Muy bueno. Como siempre. Un abrazo.

    1. Gracias Corso, por pasarte por aquí y dejar tu comentario. La verdad es esa, que vivir es dejar huella, la cuestión es cuál. Dejemos una buena, en la medida de lo posible.
      Un abrazo,

  4. A mí el 12 me hace mucha gracia (o bueno, gracia del tipo «reír para no llorar»).

    A esas personas hay que explicarles que los investigadores forenses dependen económicamente de que haya muertos… y eso no significa que haya que salir a matar gente para que los forenses no se queden sin trabajo 😉

    ¡Un abrazo!

    1. Magnífica comparación, Mariana. Tan certera como siempre… 😉
      Se lo diré al próximo que me lo diga, ni lo dudes.
      Un abrazo enorme,

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