¡Sal de la burbuja! Reconecta con el medio ambiente

El domingo pasado fue el Día Mundial del Medio Ambiente, otro de los días señalados en el calendario con el que la Organización de Naciones Unidas pretende concienciarnos de que tenemos que cuidar la tierra que pisamos.

Para esta ocasión el Colectivo Hola Eco ha vuelto a unirse y nos hemos puesto en marcha para escribir varias entradas con motivo de este día. Al final de mi entrada tienes los enlaces de todos los demás participantes, con los que estoy segura de que vas a aprender y a disfrutar muchísimo.

Cuando me puse a preparar el artículo que quería escribir en esta ocasión me di cuenta de que me estaba costando horrores comenzar, que no era capaz de escribir nada con sentido ni que, medianamente, pudiera reflejar lo que yo quería escribir sobre el medio ambiente. Ni remotamente.

No se trata de una cuestión de perfeccionismo, aunque alguien de mi entorno podría pensar que sí, sino de que tenía la sensación de que por esta vez había metido la pata al unirme a la publicación colectiva: no tenía nada que decir, o no encontraba la forma de hacerlo.

¿Qué voy a decir ahora sobre el medio ambiente?

¿Qué puedo contar si apenas veo el verde?

¿Qué puede inspirar a alguien de esto que yo hago?

Desconectada

Como tengo un caminito hasta mi parada de metro decidí caminar pensando en lo que me estaba pasando: llevo un tiempo en la ciudad, y vivir aquí tiene algún que otro inconveniente; la rutina me come, el día a día a veces me supera y aunque no tengo responsabilidades que descansen en mis hombros siempre me veo en una cuerda floja intentando mantener el tipo y haciendo lo posible por gestionar mi tiempo de forma sostenible (o como yo entiendo que es sostenible).

La cuestión es que con lo que hago y lo que tengo en la cabeza no estaba en disposición de ponerme a escribir nada sobre medio ambiente: estaba desconectada, completamente.

En una burbuja

Estaba (y creo que a aún puedo seguir) desconectada del verde porque en las ciudades casi todos vivimos en una burbuja. Pareciera que las ciudades existen completamente desvinculadas del campo, del prado, de la tierra, de la lluvia y de la fauna (silvestre o no). Pareciera que lo que nos hace mantenernos en pie es el aire solamente, como si no necesitásemos de nada más para sobrevivir.

Mires donde mires suele haber sólo asfalto, y si hay algo verde es controlado, puesto ahí con cautela, con precisión y con un buen planeamiento. Y eso si es que dura, porque hoy al salir del trabajo me he encontrado con que estaban desmantelando tres enormes jardineras redondas que hay en la plaza donde está el edificio de mi oficina: están arreglando las aceras de esa zona de Madrid y han quitado del medio esas plazoletas de flores y arbustos. Me llamó la atención el olor a madera verde y al girar la cabeza lo vi.

No quiero divagar. Lo que quiero decir es que el medio ambiente nos incumbe a todos, aunque lo único que veamos al cabo del día sea asfalto o cemento.

La tierra nos da de comer, la tierra nos cobija y nos ha cobijado durante miles de años; la tierra nos acoge, porque somos pasajeros temporales de un viaje mucho más largo.

Vinculada a la tierra

Aunque vivamos en esa burbuja en la que no nos enteramos de lo que se cuece a ras del suelo, nuestro vínculo con la tierra es tan fuerte que nuestra vida depende de ella. Pese a todo lo bueno que nos da, también se reserva momentos de ira para con nosotros: la tierra también nos expulsa de nuestro lugar cuando no puede asegurar nuestra supervivencia.

  • Las sequías que asolan una gran parte de la tierra, cada vez mayor;
  • las hambrunas que son consecuencia de esa sequía;
  • la falta de alimento en algunos lugares por la mala distribución de la riqueza;
  • la pobreza que causan a largo plazo algunas inversiones que al principio parecían estupendas;
  • los torrentes de agua que arrasan pueblos construidos robando terreno a un río que siempre pasó por allí;
  • el calor que se instala para siempre con nosotros cuando no tenemos vegetación cerca;
  • el suelo devastado tras la lluvia cuando un incendio ha asolado un monte;
  • la gente que tiene que huir de sus casas por desastres medioambientales…

Estos son sólo algunos de los problemas a los que la tierra tiene que enfrentarse, es decir, a los que nosotros tenemos que plantar cara, porque ella no puede hacerlo sola.

Verás, por muy desconectada que esté o que me sienta, estos son aspectos que no se me pueden olvidar: yo dependo de la tierra, y la tierra depende de mi.

[Tweet «¡Sal de la burbuja! Reconecta con el medio ambiente @ire_recolectora»]

Reconexión

No se trata de una personificación que haya querido poner para sentirme más importante. Cuando digo que la dependencia entre la tierra y yo es mutua es completamente real. Y la tierra también depende de ti, y de tus hijos, si los tienes, y de tus padres, y de tus amigos… y de todos los actos que ellos hagan. Darse cuenta de esta dependencia es fundamental para pinchar la burbuja y empezar a pensar con la cabeza.

Así que busca un lugar en el que te sientas en paz y en conexión con lo que eres en realidad, porque encontrar un lugar así va a hacer que quieras y cuides mucho más ese trozo de tierra.

E intenta pensar a lo grande, sin quedarte en lo pequeño, en la baldosa que ves cada día y en el vagón de metro que te ha tocado. Tira del hilo, ve más allá. Piensa en la electricidad que ilumina la estación y que hace que el vagón se mueva, piensa de dónde viene, pregúntate qué hay a escasos metros de donde te encuentras, en la misma tierra, qué raíces travesarán esa parte de la ciudad…

Esto es sólo un ejemplo, pero me sirve para que veas que conectar puede ser algo que hagas en cualquier parte, no tiene que ser algo que te suceda solamente al pie de una maravillosa cascada en un paraíso tropical. Puede pasarte camino de casa, cuando huelas a madera verde y no sepas de dónde viene.

Se me ocurre que esta es una buena forma de reconectar con lo que eres y con lo que te envuelve, que no es otra cosa que el medio ambiente, la tierra, el lugar en el que haces tu vida.

Y así, cuando alguien te pregunte porqué haces lo que haces, qué es para ti el medio ambiente, de que hablas cuando te refieres a la sostenibilidad o cualquier otra cosa relacionada con tu comportamiento sostenible tendrás algo que decir, y saldrá del alma.


Y ahora, ¡lo prometido es deuda!

Te dejo con los artículos que han preparado el resto de miembros del Colectivo Hola Eco con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente 2016. ¡Que los disfrutes!

9 comentarios

    1. Ay, cómo te entiendo! Yo soy de una aldea gallega y desde hace más de 7 años me encuentro viviendo, nada más y nada menos que en Barcelona! A mí la desconexión con la naturaleza me ha hecho darme cuenta de lo mucho que la necesito pero claro, es que han sido muchos años creciendo a su lado!

      1. ¡Hola Carmela! Qué afortunada eres por haber crecido en un ambiente así, y que distinto tu hábitat ahora…
        Mucha paz, porque en una ciudad como las nuestras se necesita. Y espero que pises pronto tu tierra.
        Un abrazo,

  1. Hola Irene. Yo nací en Formentera y pasé toda mi infancia allí. Es una tierra espectacular y vives plenamente con la naturaleza (sobretodo la marina, obviamente).
    Ahora vivo en Valencia, casi nada, y una vez al mes me veo obligada a hacer una escapadita a algún pueblo del interior para estar una tarde tranquila con mis amigos o familia disfrutando de ese maravilloso regalo que nos ha dado la naturaleza: El Silencio.
    En una ciudad no sientes el rocío de la noche en la cara, ni puedes mirar al cielo para disfrutar de las estrellas, ni siquiera puedes disfrutar de ese maravilloso silencio.
    Espero que algun día pueda volver a mi querida Formentera para poder disfrutar de esas playas tan limpias, tan verdes y tan tranquilas y estar durante horas oyendo tan solo el suspiro del mar.
    Felicidades por este artículo Irene!.

    1. ¡Hola Cayetana! Leyendo tu comentario yo también quiero ir a Formentera contigo… 🙂
      Por una parte es genial que hayas disfrutado todo eso de pequeña y que puedas escaparte a ese lugar cuando lo necesitas. Me alegro de que esa sea tu salida cuando necesitas pinchar la burbuja.
      Un abrazo,

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